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martes, 3 de julio de 2012

PENSAMIENTOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ


NEGATIO
X

No apacientes el espíritu en otra cosa que en Dios, desecha las advertencias de las cosas, y traerás paz y recogimiento en el corazón.

El que de los apetitos no se deje llevar, volará ligero según el espíritu, como  el ave  a que no falta pluma.

Grande mal es tener más ojo a los bienes de Dios que al mismo Dios. Oración y desapropio.

Más quiere Dios que el alma se goce con él  que con criatura alguna, por más aventajada que sea y por más al caso que le haga.

Acuérdate cuán vana cosa es gozarse de otra cosa que de servir a Dios, y cuán peligrosa y perniciosa, considerando cuánto daño fue para los ángeles gozarse y complacerse de su hermosura y bienes naturales, pues por eso cayeron feo en los abismos.

Cualquier gusto que se te ofreciere a los sentidos, como no sea puramente para honra y gloria de Dios, renúncialo y quédate vacío de él por amor de Jesucristo, el cual en esta vida no tuvo otro gusto, ni lo quiso, que  hacer la voluntad de su Padre, lo cual llamaba él su comida y manjar.


No te hagas presente a las criaturas si quieres guardar el rostro de Dios claro y sencillo en tu alma; mas vacía y enajena mucho tu espíritu de ellas, y andarás en divinas luces, porque Dios no es semejante a ellas.

Los bienes inmensos de Dios no caben sino en corazón vacío y solitario.

Cuanto Dios más quiere dar, tanto más hace desear, hasta dejarnos vacíos, para llenarnos de bienes.

No podrá llegar a la perfección el que no procura satisfacerse connonada, de manera que la concupiscencia natural y espiritual estén contentas en vacío, que para llegar a la suma tranquilidad y paz de espíritu esto se requiere; y de esta manera el amor de Dios en el alma pura y sencilla casi frecuentemente está en acto.

Mandaba Dios en su ley que el altar donde se habían de ofrecer los sacrificios estuviese dentro vacío, para que entienda el alma cuán vacía la quiere Dios de todas las cosas, para que sea digno altar donde esté su Majestad.

Al pobre que está desnudo lo vestirán, y a al alma que se desnudare de sus apetitos, quereres y no quereres la vestirá Dios de su pureza, gusto y voluntad.

Quien no quiere otra cosa sino Dios, no anda en tinieblas, aunque más oscuro y pobre se vea en su estimación.

Si quieres ser perfecto vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, y ven a Cristo por mansedumbre y humildad, y síguele hasta el calvario y sepulcro.

Oh almas criadas para tantas grandezas, y para ellas llamadas ¿Qué hacéis, en qué os entretenéis? Oh miserable ceguera de los hijos de Adán, pues en tanta luz están ciegos y a tan grandes voces sordos, pues en tanto que buscan grandeza y gloria, se quedan miserables y bajos y de tantos bienes indignos.



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