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lunes, 19 de julio de 2010

19 de Julio


  • San Vicente de Paúl, Confesor
  • Santas Justa y Rufina, Vírgenes y Mártires
  • San Ambrosio Autperto, Monje
  • San Arsenio El Grande, Eremita
  • Santa Macrina La Joven, Virgen
  • San Símaco, Papa
  • Beata Estela 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SAN VICENTE DE PAUL
Confesor

n. 1581 en Landas, Francia;
† 1660 en París, Francia
(su cuerpo se mantiene incorrupto)

Patrono de sociedades y trabajadores de caridad; hospitales y trabajadores de hospital; personas que necesitan o que brindan ayuda espiritual; voluntarios; leprosos; prisioneros; caballos. Se lo invoca contra la lepra y para encontrar artículos perdidos.
 
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Quien diere a uno de estos pequeñuelos un vaso deagua fresca solamente por razón de ser discípulomío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa.(Mateo, 10, 42)


¡Cómo hablar de todos los infortunios que este santo ha aliviado! Ninguno, al parecer, podría sustraerse de los ardores de su caridad. Expósitos, jóvenes extraviados, niñas en peligro de perderse, mujeres pervertidas, galeotes, cautivos de los moros, obreros inválidos, alienados, mendigos sin techo, todos los infortunados, fueron objeto de su infatigable solicitud. ¡Cuántas obras ha fundado, cuántas se han establecido bajo su patrocinio después de su muerte! ¡Ah! ¡sí, un vaso de agua dado a un pobre da derecho a una recompensa, cuál no debe ser la gloria de Vicente en el cielo!

MEDITACIÓN 
SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO

I. Dios promete recompensar a los que dieren por amor a Él un vaso de agua al prójimo. ¡Qué recompensa no dará a los que hayan hecho grandes limosnas y aliviado a sus hermanos en sus necesidades temporales y espirituales! ¡Cuántas ocasiones dejamos escapar de ejercer la caridad! Jesucristo nos pedirá cuenta de ello en el día del juicio. Parece que nuestra salvación depende únicamente del bien o del mal que hubiéramos hecho a nuestro prójimo.

II. Jesucristo mira como hecho a Él mismo to do el bien o todo el mal que hacemos a nuestro próji mo. Todos los cristianos forman un cuerpo cuya cabeza es Cristo; quien hiere los miembros hiere también la cabeza. ¡Cuál no sería tu dicha, si pudieses dar de comer a Jesucristo, vestirlo y consolarlo! Todo esto haces cuando realizas tus obras de caridad para con los pobres. Aviva tu fe a fin de ver siempre a Jesucristo en la persona de tu prójimo. Fácil te será entonces amarlo, honrarlo y hacerle el bien.

III. Parece que Dios ha querido hacernos dueños de nuestro destino cuando dijo, en varios lugares del Evangelio, que se nos tratará como nosotros hayamos tratado a nuestro prójimo. Se nos juzgará como hayamos juzgado a los demás; se nos dará si damos; se nos perdonará como hayamos perdonado. Así, pues, sobre nosotros mismos recaerá todo el bien o el mal que hacemos a los demás. ¡Cuán extraño, dice San Agustín, es ver a los hombres maltratarse recíprocamente! ¿Las otras creaturas no proporcionan ya bastantes ocasiones de sufrir?

La caridad para con los pobres
Orad por las Conferencias Vicentinas.


ORACIÓN

Oh Dios, que para evangelizar a los pobres y real zar el brillo del sacerdocio cristiano, habéis revestido al bienaventurado Vicente de una caridad y una fortaleza verdaderamente apostólicas, haced, os lo suplicamos, que honrando sus méritos, seamos fortifica dos por el ejemplo de sus virtudes. Por J. C. N. S Amén.

18 de julio


  • San Camilo de Lelis, Confesor
  • Santa Sinforosa y sus siete hijos, Mártires
  • San Arnulfo de Metz, Obispo
  • San Federico de Utrecht, Obispo
  • San Filastro de Brescia, Obispo
  • San Pambo, Monje
  • San Stacteo, Mártir
  • Santas Justa y Rufina, Mártires
  • San Primitivo, Mártir
  • San Nemesio, Mártir
  • San Julián, Mártir
  • San Crescente, Mártir
  • San Eugenio, Mártir
  • San Bruno de Segni 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SAN CAMILO DE LELIS
Confesor

n. 1550 en Abruzzi, Italia;
† 14 de julio de 1614 en Génova, Italia

Patrono de los hospitales y trabajadores de hospital; enfermeros; enfermos.

SAN CAMILO DE LELIS, Confesor

Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin
embargo, no se haga como yo quiero sino como tú quieres.

(Mateo, 26, 39)


Después de una juventud disipada, San Camilo se convirtió a la edad de 25 años, y más tarde comenzó sus estudios para llegar a ser sacerdote y poder así asistir más útilmente a los enfermos en trance de muerte. Fue con este objeto que fundó la Orden de los Clérigos regulares. soportó, a su vez, con inalterable paciencia, cinco enfermedades sumamente penosas, que él llamaba las misericordias del Señor. A menudo se lo oía repetir estas palabras de San Francisco de Asís: "Tan grande es la felicidad que espero, que todas las penas se convierten para mí en motivo de alegría". Se durmió en el Señor el 14 de julio de 1614, a la hora que él mismo había predicho.

MEDITACIÓN DE CÓMO SACAR PROVECHO
DE LAS ENFERMEDADES

I. Dios nos envía a menudo enfermedades para retirarnos del pecado, para hacer que llevemos una vida más santa y, para que, mediante la meditación de la muerte, merezcamos una más alta recompensa. Agradezcámosle, pues, la enfermedad tanto como la salud, porque las aflicciones son presentes de Dios, menos agradables, sin duda, pero con frecuencia más útiles que la prosperidad. Repitamos con Job: Si hemos recibido los bienes de manos del Señor, ¿Por qué no habríamos de recibir también los males
 
II. Dirijámonos a Dios, y roguémosle como el mismo Jesucristo rogó al Padre eterno en el Huerto de los Olivos: "Padre mío, si ésa es vuestra voluntad, si vuestra gloria y mi salvación lo piden, cúrame, consuélame". Cuando así hayas invocado a Dios, déjalo hacer y confórmate con lo que pueda sucederte. Por duras y penosas que sean nuestras aflicciones, todavía sufrimos menos de lo que meremos. (Salviano).

III. Si Dios te deja en ese estado de sufrimiento, alábalo, agradécele, adora su amable Providencia; si te cura, acuérdate de que es para que lo sirvas. Cuídate de no pecar más; es la advertencia que daba Jesucristo a los enfermos que sanaba. Cumple todas las buenas resoluciones que hiciste y no pagues con ingratitud a tu amable bienhechor.

La resignación 
Orad por los moribundos. 

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis adornado a San Camilo con una caridad incomparable para las almas que luchan en la agonía, dignaos en vista de sus méritos, infundir en nosotros el espíritu de vuestro amor, a fin de que en nuestra hora postrera merezcamos triunfar del enemigo y alcanzar la corona celestial. Por J. C. N. S. Amén.