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sábado, 30 de junio de 2012

SANTORAL 30 DE JUNIO



30 de Junio


CONMEMORACIÓN DE SAN PABLO,
Apóstol



  He peleado el buen combate, he terminado la carrera,
he guardado la fe. N o me queda sino esperar
la corona de justicia que me está reservada,
y que el Señor, justo Juez, me dará en el gran día,
a mí y a todos los que aman su venida. 
(2 Timoteo, 4, 7.8).

   ¿Quién podría enumerar los trabajos emprendidos por San Pablo, los peligros que ha afrontado, los países que ha recorrido, los pueblos que ha conquistado para la verdad? Nada asusta a su flaqueza: sabe que todo lo puede en Aquél que lo conforta; nada detiene ni cansa a su celo; sabe que tendrá la eternidad para descansar; nada calma la sed que tiene de sufrir: sabe que los sufrimientos de aquí abajo nada son comparados con el peso de eterna gloria que será su recompensa en el cielo.

MEDITACIÓN NUESTRAS BUENAS OBRAS
NOS SIGUEN AL OTRO MUNDO  

   I. Tener fervor en el servicio de Dios, es hacer todo lo que Dios nos pide con ardor, con prontitud y con alegría. Un hombre fervoroso vuela allí donde le llama el deber. Busca grandes ocasiones de dar a Dios pruebas de su amor; no desprecia las pequeñas; nada le parece difícil, por nada tiene lo que ya ha hecho, arde en deseos de hacer algo más heroico en lo por venir para la gloria de Jesucristo. ¿ Te hallas en estas disposiciones? Estuviste en ellas, ¿por qué no has perseverado? Vuelve lo antes posible a ese primer estado de fervor del que te relajaste.

   II. Un hombre fervoroso resiste generosamente a todas las tentaciones; un hombre tibio y flojo sucumbe en ellas. Nada cuesta a un cristiano que está animado de este hermoso fuego: todo incomoda a un cristiano frío, todo le parece difícil e insoportable. El hombre fervoroso está siempre feliz y siempre contento, porque Dios derrama en su alma consolaciones celestiales para recompensarlo por los placeres del mundo que le sacrifica; el cristiano flojo y tibio no goza de los consuelos del Cielo, porque no es lo suficientemente fiel a Dios como para merecerlos.

   III. El medio para encender el fervor en tu corazón es, en primer lugar, servir a Dios cada día como si cada día comenzases a servirle; es olvidar el poco bien qué ya hayas hecho, es considerarte como un servidor inútil. Compara lo que has hecho por Dios con lo que Jesucristo ha hecho por ti. En segundo lugar, cada día sirve a Dios como si fuese el último de tu vida. ¿Qué harías ahora si estuvieras seguro de morir mañana?

El fervor
Orad por los que trabajan
en la salvación de las almas.

ORACIÓN

  Haced, os lo suplicamos, Señor, que la intercesión del bienaventurado Roberto, abad, nos haga agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones las gracias que no podemos esperar de nuestros méritos.

viernes, 29 de junio de 2012

SANTORAL 29 DE JUNIO




29 de Junio


SANTOS PEDRO y  PABLO,
Apóstoles



  A ti te daré las llaves del reino de los cielos; 
todo lo que atares sobre la tierra, 
 será atado también en los cielos.
(Mateo, 16, 19).

   San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, y San Pablo, el Doctor de las gentes, cementaron con su sangre los cimientos de la Iglesia romana. San Pedro murió crucificado. A San Pablo se lo decapitó, el año 69. Los dos tuvieron la dicha de confirmar, con la efusión de su sangre, la doctrina que habían predicado con tanta elocuencia y confirmado con tantos milagros. Nerón, no te imagines haber triunfado: para siempre permanece la gloria del combate a favor de estos ilustres mártires, y muy pronto depondrán a tus sucesores de su trono; los césares abandonarán el Capitolio y cederán su lugar a los sucesores de San Pedro.

MEDITACIÓN SOBRE SAN PEDRO Y SAN PABLO   

   I. San Pedro había sido testigo ocular de la mayoría de los milagros de Jesucristo, y, con todo, lo negó tres veces en la noche misma de su Pasión. ¡Cuánta es la fragilidad del hombre abandonado a su propia miseria! Humillémonos, trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor. Pero no desesperemos: basta una sola mirada de Jesús para sacarnos del pecado. Lloremos, pues, a ejemplo de San Pedro, que derramaba un torrente continuo de lágrimas al solo recuerdo de su perfidia. ¡Que tus lágrimas sean como la sangre que brota de las heridas de tu corazón! (San Agustín).

   II. San Pablo, de perseguidor de Jesucristo, llegó a ser el Apóstol de las gentes. ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hemos hecho? Si nos hemos convertido como él, mantengámonos firmes en la virtud, y muramos antes que perder la gracia de Dios. Imitemos su paciencia en los sufrimientos, su celo por la salvación de las almas, su humildad, su amor por Jesucristo. Escuchemos lo que él nos dice: Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo.

   III. Considera la honra que al presente reciben en la tierra estos dos Apóstoles. Los reyes, los emperadores y los papas se consideran dichosos de poder prosternarse ante las sagradas cenizas de un pescador y de un artesano, porque la santidad los ha hecho omnipotentes en el cielo. Ambiciosos: ¿qué son los honores del mundo, comparados a éstos? Regocijé monos de que Dios haya honrado tanto a sus servidores. Pero si los santos son así honrados en la tierra, ¿qué honores no recibirán en el cielo? Humillémonos, imitemos sus ejemplos y compartiremos su gloria.

La penitencia
Orad por el Papa.

ORACIÓN

  Oh Dios, que habéis consagrado este día con el martirio de vuestros Apóstoles San Pedro y San Pablo, haced que vuestra Iglesia sea fiel en la observancia de los preceptos de los que han sido los primeros ministros de la santa Religión que ella profesa. Por J. C. N. S. Amén

jueves, 28 de junio de 2012

SANTORAL 28 DE JUNIO



  • San Ireneo, Obispo y Mártir
  • San Argimiro, Mártir
  • San Basílides, Mártir
  • San Plutarco, Mártir
  • San Sereno, Mártir
  • San Potamiaena, Mártir
  • Santa Marcella, Mártir
  • San Heráclides, Mártir
  • Beato Herón, Mártir
  • San Germano de Valaam, Abad
  • San Sergio, Abad
  • San Pablo I
  • Beato Juan Southworth, Mártir

28 de Junio


SAN IRENEO,
Obispo y Mártir



  Con sumo gusto sacrificaré todo y a mí mismo me
sacrificaré por la salvación de vuestras almas.
(2 Corintios, 12, 15).

   San Ireneo es el apóstol de Lyon. Enviado a esta ciudad por San Policarpo, discípulo del Apóstol San Juan, predicó allí el Evangelio, y fue elegido para suceder al obispo San Fotino. Consagró toda su vida a combatir a los herejes. San Agustín y varios otros Padres de la Iglesia hablan con admiración de la santidad de su vida y de la excelencia de su doctrina. Fue martirizado en Lyon con gran parte de los habitantes de esta ciudad, en la persecución de Se vero, hacia el año 203.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS   

   I. Considera lo que han sufrido los primeros héroes del cristianismo, en la ciudad de Lyon principalmente. Se los atormenta, se les confiscan los bienes, se los destierra, se los hace morir, todo sacrifican para conservar la fe. Compara sus sufrimientos con los tuyos. ¿No eres hijo descaecido de padres tan gloriosos? Si el cristiano es cargado de oprobios, se gloría de ellos; si es acusado, no se defiende; interrogado, confiesa la verdad; condenado, da las gracias. (Tertuliano).

   II. Tanta era su mutua caridad que ponían sus bienes en común, dividiéndolos por igual entre ricos y pobres. ¿Qué se ha hecho esta caridad, entre los cristianos de nuestros días? La fe con la caridad es la fe del cristiano; la fe sin la caridad es la fe del demonio. (San Agustín).

   III. La devoción a la Santa Eucaristía era la fuente de la constancia que mostraban en los tormentos estos ilustres soldados de Jesucristo. El pensamiento de los sufrimientos de Jesucristo sostenía su valor. Nosotros somos los hijos de esos santos, tenemos la misma fe, los mismos sacramentos; tenemos, además, el ejemplo de sus virtudes: nos es fácil imitarlos. ¿De dónde proviene, pues, que sucumbamos tan a menudo? Escuchemos las advertencias que estos gloriosos mártires nos dan desde el cielo. Guardaos, dicen, de perder en el puerto la fe que hemos conservado en medio de las tempestades. (San Euquerio).

La imitación de los primeros cristianos
Orad por los incrédulos.

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Ireneo, haced, en nuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección. Por J. C. N. S.

miércoles, 27 de junio de 2012

SANTORAL 27 DE JUNIO





27 de Junio

SAN LADISLAO,
Rey y Confesor

  
Todo árbol bueno produce buenos frutos, y todo
árbol malo da frutos malos.
(Mateo, 7, 17).

   Ladislao, primer rey de Hungría, unía a sus cualidades de héroe las virtudes de un santo. Fue padre para su pueblo sostén para la Iglesia, y protector para los desventurados. Consagraba todo su tiempo a los deberes de su cargo y a los ejercicios de piedad. Su reputación de sabiduría y de valentía hizo que se le encomendase el mando de la gran cruzada contra los sarracenos. En momentos en que se preparaba para ir a libertar la Tierra Santa, lo llamó Dios a la celestial Jerusalén, el año 1095.

MEDITACIÓN EL CRISTIANO
DEBE HACER MUCHAS BUENAS OBRAS   

   I. Hay árboles que producen hojas y flores, pero nunca frutos. Los hipócritas son semejantes a estos árboles: tienen una devoción de escaparate y de alarde. Todo lo que hacen, lo hacen únicamente para parecer virtuosos y atraerse las alabanzas de los hombres. El vicio es horrible bajo cualquier color que se presente: pero es infinitamente más horrible aun cuando se oculta bajo las exterioridades de la virtud. (San Jerónimo).

II. Algunos árboles no dan frutos o no dan sino malos. Son los cristianos que se entregan a sus pasiones, y no se preocupan en absoluto de corresponder a las gracias y a las inspiraciones que Dios les envía. Para hacerlos volver en sí, Dios los prueba mediante la enfermedad, los reveses de fortuna, la pérdida de un pariente o de un amigo. No te asombres si cada día eres más probado, pues cada día te haces más malo. (Salviano).

   III. Hay árboles que dan fruto, pero en pequeña cantidad. ¿No eres tú del número de estos árboles mezquinos para con la mano que los ha plantado? ¿No es verdad, acaso, que no produces sino pocas obras buenas, que no haces sino aquello que estás obligado a hacer? y aun en esto faltas a menudo. ¿Dónde estarías tú si Dios te tratase del mismo modo? ¿Estaba obligado acaso a crearte, a conservarte, a redimirte, a colmarte de tantas gracias de elección? ¡Oh Dios mío, cuán generoso sois conmigo y cuán mezquino soy yo con vos! ¡Cómo si no fuese trabajar para nosotros mismos el serviros!

El celo de las buenas obras
Orad por el aumento
de las obras de caridad.

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos dais un nuevo motivo de alegría con la solemnidad del bienaventurado Ladislao, vuestro confesor, haced que celebrando su nacimiento al cielo, imitemos sus obras. Por J. C. N. S. Amén.

martes, 26 de junio de 2012

SANTORAL 26 DE JUNIO




  • Santos Juan y Pablo, Mártires
  • San Pelayo, Mártir M. Verde
  • San Majencio o Adjutor, Abad
  • San Juan de Goths
  • San Salvio o Sauve
  • San Superio
  • San Vigilio deTrento, Mártir



26 de Junio



SANTOS JUAN y PABLO,
Mártires



  Honrad a todos, amad a los hermanos,
 temed a Dios, honrad al rey.  
 (1 Pedro 2,17).

   San Juan y San Pablo eran hermanos, Constancia, hija de Constantino, en reconocimiento de sus leales servicios, les había legado una fortuna considerable de que se sirvieron para alimentar a los pobres de Jesucristo. El emperador Juliano los invitó a ir a su corte; pero respondieron que no querían tener trato con un príncipe que había renunciado a Jesucristo. Dióles el emperador un plazo de diez días para que se determinasen a adorar a Júpiter, lapso que aprovecharon para distribuir a los pobres los bienes que les quedaban. Cuando, al cabo de los diez días, Terenciano, capitán del cuerpo de guardias, vino a preguntarles qué decisión habían tomado, le respondieron que estaban dispuestos a dar la vida por el Dios que adoraban. Y fueron decapitados. El hijo de Terenciano fue librado del demonio que lo poseía, en la tumba de estos mártires. Este milagro convirtió a su padre.

MEDITACIÓN SOBRE TRES CLASES
DE IMÁGENES DE DIOS   

   I. Hay imágenes vivas del verdadero Dios, y Él nos manda que las honremos. Son nuestros superiores espirituales y todas las personas consagradas a Dios. Son imágenes de Jesucristo. Les ha participado su autoridad. Quien los menosprecia, al Salvador mismo menosprecia. El honor que les rinde recae sobre Jesucristo mismo que los ha enviado. Sus defectos personales no te deben impedir honrar el carácter que invisten. Quien os desprecia, a Mí me desprecia, quien os escucha, a Mí me escucha. (Jesucristo).

   II. Los príncipes y los reyes, vuestros padres, vuestros patronos, vuestros superiores temporales también merecen que los honres como a imágenes de Dios, y como a sus lugartenientes en la tierra. La autoridad que tienen sobre ti de Dios proviene; debes obedecerles mientras no te manden nada contrario a la ley divina. Pero si, como Juliano el Apóstata, quieren apartarte del servicio de Dios, no tengas con ellos complacencias criminales. No seas como esos paga nos, que tienen más respeto para el emperador que para sus dioses. (Tertuliano).

   III. Los santos que viven en la tierra, tanto como aquellos que reinan ya en el cielo, son las imágenes más perfectas de Jesucristo, porque los ha hecho partícipes de su santidad; les debes, a este título, honores totalmente particulares. Ten devoción, pues, a los santos que están en el cielo. Respeta a los que viven en la tierra y busca su compañía. Conversando con ellos aprenderás a imitar a Jesucristo, cuyas copias fieles son: Despójate de la figura del siglo, y fórmate según la imagen del Salvador. (San Pedro Crisólogo).

El vencimiento del respeto humano
Orad por los pastores de la Iglesia.

ORACIÓN

   Haced, os lo suplicamos, Dios omnipotente, que experimentemos este día doble gozo con ocasión del triunfo de los bienaventurados Juan y Pablo, a quienes una misma fe y un mismo martirio hicieron verdaderamente hermanos. Por J. C. N. S. Amén

lunes, 25 de junio de 2012

SANTORAL 25 DE JUNIO



  • San Guillermo, Abad
  • San Próspero de Aquitania
  • San Adalberto de Egmond,
  • San Próspero de Reggio
  • Santa Eurosia, Mártir
  • San Galicano
  • San Máximo de Turin
  • Santa Febronia, Mártir
  • Beato Enrique Zdik
  • Beato Juan El Español
  • Beato Tomás Garnet

25 de Junio



SAN GUILLERMO,
Abad



  Tened un mismo sentir, conservad la paz, y el Dios
de la paz y del amor estará con vosotros.
(2 Corintios, 13, 11).

   San Guillermo, para dedicarse más libremente a la oración, se retira al Monte Virgen en el reino de Nápoles; pero su reputación de santidad síguelo a su retiro, y lleva a él a gran número de personas que desean practicar, bajo su dirección, los ejercicios de la vida ascética. Llégasele también una mujer para tentarlo. Revuélcase el santo sobre carbones encendidos y Dios no permite que sufra la menor quema dura. Su muerte, predicha por él, tuvo lugar el 25 de junio de 1142.

MEDITACIÓN SOBRE LA PAZ DEL ALMA   

   I. Vive en paz con el prójimo; disimula, sufre antes de romper la paz y faltar a la caridad. Si algún acontecimiento viene a turbar esta paz, restablécela lo antes posible: cede algo de tus derechos, en interés de la paz y de la unión. En esto se conocerá si eres imitador de Jesucristo, si amas la paz y la caridad; y esta paz, que conservas con todos, es guerra cruelísima que haces al demonio. La paz entre vosotros es la guerra contra él. (Tertuliano)

   II. Con todo, es preciso romper esta paz con el prójimo, cuando ella te obligue a hacer la guerra a Dios. Tienes un amigo peligroso, un pariente que te arrastra al vicio, un inferior que se entrega al libertinaje; es preciso advertirle, aun a riesgo de que se aleje de ti y se haga tu enemigo: vale más romper con los hombres que con Dios. Ninguna paz con los pecadores, ninguna paz con el vicio. Esa calma sería una tempestad. (San Jerónimo).

   III. Conserva no obstante la paz de tu alma, al precio que sea. El espíritu de Dios ama a los corazones apacibles y a las almas tranquilas. Si siempre te acuerdas que Dios permite todo lo que te sucede, para su gloria y para tu mayor bien, los acontecimientos, aun los más fastidiosos, no podrán alterar tu paz, ni arrebatar tu dicha. ¿Qué más precioso y más dulce para el corazón, qué más calmo y más tranquilo en la tierra que una buena conciencia? (San Bernardo).

La paz del alma
Orad por la paz en el seno
de las familias.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis dado el ejemplo y la ayuda de los santos para abrir a nuestra flaqueza el camino de la salvación, haced que honrando los méritos del bienaventurado Guillermo, abad, aprovechemos sus sufragios y caminemos siguiendo sus huellas. Por J. C. N. S. Amén

domingo, 24 de junio de 2012

SANTORAL 24 DE JUNIO


  • Natividad de San Juan Bautista
  • San Bartolomé de Farne
  • Los Mártires de Nerón
  • San Simplicio de Atun

24 de Junio


NATIVIDAD DE
SAN JUAN BAUTISTA



  En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos
de mujer ha sido mayor que Juan Bautista.
(Mateo, 11, 11).

   Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia; su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, ex clama: He ahí el Cordero de Dios que quita los peca dos del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.

MEDITACIÓN SOBRE SAN JUAN BAUTISTA   

   I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno, y a quien la presencia de Jesús,  oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su na cimiento hasta de la mancha original. ¿Qué falta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso, y he aquí un niño que lo hace como juego. Pon manos a la obra, y pronto experimentarás cuán indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él. ¡Cuán instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perder las, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha. (San Agustín).

   II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. N o basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin des canso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te can sarás de hacer penitencia.

   III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos. ¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).

La humildad
Orad por la conversión
de los pecadores

ORACIÓN

     Oh Dios, que habéis solemnizado este día con el nacimiento de San Juan Bautista, conceded a vuestro pueblo la gracia de los gozos espirituales, y dirigid las almas de los fieles por el camino de la salvación eterna. Por J. C. N. S. Amén.

SERMÓN SOBRE SAN JUAN BAUTISTA




SAN JUAN BAUTISTA

Hoy, 24 de junio, ocupa nuestra atención y meditación la figura de un gran santo, cuya misión se desarrolló en el período que enlaza y, al mismo tiempo, separa las dos grandes épocas de la historia da la humanidad.

Me refiero al gran San Juan Bautista, elegido por Dios para anunciar la venida del Mesías y para proclamar la llegada de la luz del mundo al pueblo que estaba sumergido en las tinieblas: «Y tú, pequeñuelo, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar sus caminos, para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación, para iluminar a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte». Así profetizó su padre, San Zacarías, el día de su circuncisión.

Con motivo de esta fiesta podemos considerar tres cosas:

1ª) la época en la cual apareció San Juan Bautista y la sociedad a la cual predicó.

2ª) lo que anunció: el Verbo de Dios Encarnado.

3ª) la persona misma del Heraldo o Precursor.

1ª) En cuanto al momento en que se manifiesta San Juan, la sociedad a la cual predica se caracterizaba por la tibieza y las tinieblas.

Una obscuridad muy densa se cernía respecto de los valores religiosos, filosóficos, morales, artísticos. «Sombras de muerte», dice el pasaje evangélico que enmarca su misión.

2ª) Su misión consistió en anunciar, preceder al Verbo, del cual el otro San Juan, el Evangelista, dice que «Él era la Vida, y la Vida era la luz de los hombres. Era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo».

Y el mismo Jesucristo dirá: «Yo soy la luz del mundo. El que me siga no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida… Mientras estoy en el mundo, soy la luz de este mundo… Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que cree en Mí no quede en tinieblas».

Y más enérgica y significativamente agregará: «¡Fuego he venido a echar sobre la tierra, y cuánto deseo que ya esté encendido!».

«¡Fuego!», es decir: calor y luz… Ardor que calienta la tibieza…, y claridad que disipa las tinieblas.

El Verbo anunciado por San Juan Bautista era Vida, era Luz y era Calor, para un mundo, una sociedad que agonizaba en la tibieza y las tinieblas… «sombras de muerte».

3ª)
«Apareció un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Él vino como testigo, para dar testimonio acerca de la luz, a fin de que todos creyesen por él. Él no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz».

Con estas palabras caracteriza San Juan Evangelista al Precursor: testigo de la Luz… ¡Todo un programa!

Nuestro Señor dirá de su heraldo: «Vosotros enviasteis legados a Juan y él dio testimonio de la verdad. Él era antorcha que ardía y lucía. Vosotros quisisteis regocijaros un momento a su luz…».

Testimonio magnífico da Nuestro Señor de San Juan: «Él era antorcha ardiente y luciente».

San Bernardo enseña que el lucir o brillar solamente, es vano… El arder solamente, es poco… ¡Arder y lucir es lo perfecto!

El ardor interno del santo luce fuera. Y, si no le es permitido ambas cosas, escogerá más bien el arder; a fin de que su Padre que ve en lo secreto, le recompense.

«Él era antorcha ardiente y luciente». No dice «luciente y ardiente», porque el esplendor de San Juan procedía del fervor, no el ardor del resplandor.

¿Queréis saber cómo ardió y lució San Juan?

Ardía:

en sí mismo, con la austeridad;

para con Dios, con íntimo fervor de piedad;

para con el prójimo, con una constante lucha contra el pecado.

Lucía:

con el ejemplo, para la imitación;

con el índice, señalando al Verbo, sol de justicia y luz del mundo;

con la palabra, alumbrando con ellas la obscuridad de los entendimientos.

Y podemos preguntarnos ¿cómo reaccionó aquella sociedad ante la prédica de San Juan? ¿qué actitud tuvo esa gente respecto de Nuestro Señor Jesucristo?

Pues bien, el santo Evangelio se expresa tristemente de este modo:

«La luz luce en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron»…

«Él estaba en el mundo, y el mundo había sido hecho por Él, y el mundo no lo conoció»…

«Él vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron»…, dice el santo Evangelio…

Esta es la trágica incredulidad de Israel, que no lo conoció ni lo recibió cuando vino para ser la luz de esa sociedad.

«La luz ha venido al mundo y los hombres han amado más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo el que obra mal odia la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas».

Ahora bien, nuestra sociedad actual adolece de los mismos males que sufría la sociedad a la cual predicó San Juan y que no quiso recibir a Nuestro Señor.

Nuestra sociedad posmoderna padece la tibieza y está sumergida en las tinieblas de la muerte.

Tibieza por la falta de caridad, por la conformidad con el pecado, por la obstinación en la maldad, porque está contenta de sí misma, porque nada en los placeres y el confort… o los codicia, si no los tiene…

Tinieblas por los errores, por las mentiras y sofismas, por la inversión de los valores, por la oscuridad de la ciencia orgullosa, por la ceguera de las pasiones…

Sombras de muerte, por los homicidios, las guerras, los abortos, la eutanasia, los suicidios…

Iguales males, con el agregado de veinte siglos de cristianismo. El neopaganismo es más grave y más culpable que el antiguo… Es una apostasía…

Pero es importante y necesario saber que esto no siempre fue así.

Cuando llegaron aquí los conquistadores y los misioneros, encontraron una sociedad desprovista de Cristo y con esas enfermedades morales ya indicadas. Faltaba la Vida, la Luz y el Calor…

Con la llegada de los misioneros, las antorchas ardientes y lucientes, se iluminaron estas tierras, recibieron calor y cobraron vida…

Pues bien, por haber rechazado a Nuestro Señor Jesucristo, la sociedad moderna se suicida. Una densa oscuridad moral vuelve a cubrir estas tierras benditas por el paso de Jesús y María.

Esta mezcla de Cristianismo y Paganismo… Este credo en los labios con la incredulidad en la mente… Este Credo en las mentes con la sensualidad en el corazón… Este Cristianismo en las fórmulas con el materialismo en la vida…

Contra estas tinieblas nada vale… Ni la luz siniestra de dos guerras que han enrojecido la bóveda del cielo, ni la amenaza de una guerra peor aún, ni la guerrilla que iluminó con atentados el cielo patrio…

Es invulnerable la tiniebla de un cristianismo inerte, pobre, tibio… Sentimos que la religión agoniza junto a nosotros y seguimos jugando… En la hora de los martirios sabemos vivir indiferentes y alegres… Estamos desorientados, emprendemos mil caminos, escuchamos millares de voces que contrastan… No sabemos ya ni dónde andamos ni qué queremos…

En medio de esta crisis, que afecta principalmente a la religión y, correlativamente, a la sociedad temporal, Dios envió nuevamente algunos hombres, heraldos, antorchas ardientes y lucientes…

Y esos hombres, obispos, sacerdotes, religiosos, filósofos, intelectuales…, iluminaron, dieron calor a la sociedad; su acción llegó a casi todos los países del mundo, y la vida cristiana perseveró a su alrededor…, conforme a la consigna apocalíptica: Mantén lo que tienes… Guarda lo que has recibido…

¡Sí!, al igual que San Juan Bautista, de la misma manera que los Apóstoles y los misioneros, ellos anunciaron al Verbo de Dios hecho carne y se presentaron como antorchas para que el Cristianismo perseverase…

Es necesario que esas antorchas, ardientes y lucientes, no se extingan, sino que continúen guiando hacia Jesús, el Salvador y Redentor del mundo.

Son necesarias antorchas para que brille la luz del Evangelio y se disipen las tinieblas del error, de la mentira y de la muerte…

Necesitamos otros San Juan Bautista que como antorchas ardientes y lucientes nos guíen hacia Jesús…

¡Señor!, concédenos, por la intercesión de María Santísima, Estrella de la mañana, arder con el fuego de tu Caridad y lucir con la luz de tu Verdad…

¡Señor!, en esta hora trágica de la Iglesia y de la sociedad, no permitas que seamos tibios y temerosos; concédenos el fervor de San Juan Bautista; haznos arder con el fuego de tu Espíritu Santo a fin de que iluminemos a las almas… ¡y conservemos lo que hemos recibido!… ¡danos el coraje de ser santos!

¡Antorchas a encender, para que brille la luz del Evangelio y se disipen las tinieblas del error, de la mentira y de la muerte…!

P. CERIANI

sábado, 23 de junio de 2012

SANTORAL 23 DE JUNIO


  • Santa Ediltrudis o Edildrida, Virgen Reina y Abadesa
  • San José Cafasso 
  • Santa Agripina, Mártir
  • Santa Audrey
  • Santa Etelreda
  • San Liberto de Cambrai
  • Beato Lanfranco de Pavía
  • Beata María Ognies

23 de Junio



SANTA EDILTRUDIS,
Virgen



  Si viviereis según la carne, moriréis; 
 si, en cambio, con el espíritu hacéis 
morir las obras de la carne, viviréis.
(Romanos, 8, 13).

   Santa Ediltrudis no vivía según la carne, puesto que guardó virginidad perpetua con el príncipe Tombrecto y el rey Ecfrido, que fueron sucesivamente sus maridos. Obtuvo de este último permiso para entrar en un monasterio. Por sus virtudes fue nombrada abadesa después de un año de profesión religiosa. Soportó con mucha paciencia un tumor que le sobrevino en el cuello. Oraba a Dios desde medianoche hasta la salida del sol. Dieciséis años después de su muerte, su cuerpo fue encontrado incorrupto. Acaeció su dichosa muerte el 23 de junio del año 679.

MEDITACIÓN SOBRE LA MORTIFICACIÓN   

   I. Debes mortificarte si quieres vivir como hombre racional. Tu razón no será la soberana si concedes a tus sentidos todo lo que te piden. En todos tus actos ten puesta la mira no en lo que agrada, sino en lo que es razonable. No te dejes arrastrar al amor, al aborrecimiento, al placer; ello sería vivir a manera de animal. ¡Cuán pocos hombres hay que siguen las luces de la razón! Y tú, ¿lo haces?

   II. No basta vivir como hombre: para salvarse, hay que vivir como cristiano; es decir, que hay que obrar según el espíritu de Jesucristo, y no perseguir con nuestra conducta otro fin que el de agradar a Dios. Para esto, nada debe hacerse que contente la sensualidad y la ambición, nada que satisfaga las pasiones. Es preciso despojarse de las malas inclinaciones de la naturaleza corrompida, y hacer todo lo contrario de lo que ella exige: así es como hacen los verdaderos cristianos. Comienzan por aborrecer su vida pasada y por practicar lo que ellos aborrecían. (Tertuliano).

   III. Si eres sacerdote o religioso, motivo de más para mortificarte, puesto que tu estado te separa del mundo y te consagra totalmente a Jesucristo; y esta mortificación debe extenderse al cuerpo y al espíritu, pues ambos están consagrados a Dios de manera especial. ¿Puedes decir en verdad: He muerto a todo el resto; las cosas de Jesucristo son las únicas que me encuentran vivo y pronto a obrar? (San Bernardo).

La mortificación
Orad por la Iglesia.

ORACIÓN

   Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y que la fiesta de la bienaventurada Ediltrudis, al regocijar nuestra alma, la enriquezca con los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.

viernes, 22 de junio de 2012

SANTORAL 22 DE JUNIO



22 de Junio



SAN JUAN FISHER,
Obispo y Mártir



  Era libre respecto de todos 
y de todos me hice siervo, para ganar más almas.
(1 Corintios, 9, 19).

   Juan Fisher, nacido en 1469, cursó sus estudios en Cambridge y llegó a ser canciller de esta universidad. En 1502, fue nombrado capellán de lady Mar garita Beaufort, madre del rey. de Inglaterra, y en 1504 obispo de Rochester. En todos sus cargos distinguióse por su piedad y amor al estudio. Bajo Enrique VIII, se opuso a los deseos del rey que quería obtener la anulaci6n de su matrimonio y la dignidad de jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra. Fue en carcelado en la Torre de Londres y, después, decapitado en 1535.

MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO   

   I. Bien está amar a los demás más que a sí mismo al punto de sacrificar la propia libertad para sacar a un desdichado de la esclavitud, tal como hizo San Paulino. Imita esta heroica virtud, amando al prójimo por lo menos como a ti mismo. Sírvele, complácele, habla en su favor; en una palabra, trátalo como quisieras que te trataran a ti, si estuvieras en su lugar. ¿Por ventura podría decirse de ti lo que se decía de los primeros cristianos: Ved cómo se aman, están dispuestos a morir unos por otros? (Tertuliano).

    II. Te inclinas naturalmente a hablar favorablemente de ti mismo, a encontrar excelentes tus acciones, a disculpar tus defectos, a interpretar bien lo que te concierne. Haz lo mismo respecto de tu prójimo; trátalo con indulgencia. No quieres que se tengan ojos para tus faltas ni lengua para hablar de ellas. ¿Eres ciego y mudo tú cuando los otros hacen mal?

   III. Tu amor por el prójimo debe ser universal, sin acepción de personas. Todos los hombres llevan la imagen de Dios, todos han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, todos pueden ir al cielo; así, debes amarlos a todos, sin dejarte guiar jamás por tu humor y tu capricho. De otro modo, tu amor no es más que amor natural que no tiene derecho a re compensa alguna en el cielo. San Paulino se hizo esclavo para rescatar a un hombre que no conocía, pero en quien veía la imagen de Dios. Nuestro amor, decía él, no considera ni la persona ni la condición de los hombres, ve sólo las almas.

El amor al prójimo
Orad por el acrecentamiento de la caridad.

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de alegría en la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Juan, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección. Por J. C. N. S. Amén

jueves, 21 de junio de 2012

SANTORAL 21 DE JUNIO


  • San Luis Gonzaga, Confesor
  • San Albano o Albino de Mainz, Mártir
  • San Eusebio de Samosata
  • San Meen, Mewan o Meveno, Abad
  • San Leufroy o Leutfrido, Abad
  • San Raimundo de Barbastro
  • San Ralph o Raúl de Bourges
  • Beato Juan Rigby, Mártir

21 de Junio



SAN LUIS GONZAGA,
Confesor



  Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios,
a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva,
santa, agradable a Dios.
(Romanos, 12, 1).

   San Luis Gonzaga, desde la edad de siete años recitaba todos los días, de rodillas, los siete salmos penitenciales y el Oficio de la Santísima Virgen; a los ocho años, hizo voto de castidad perpetua; a los trece, ayunaba tres días a la semana a pan y agua, y tres veces al día desgarraba su delicado cuerpo con la disciplina. Alrededor de los dieciocho años entró en la Compañía de Jesús y murió cinco años después, víctima de una enfermedad contraída por cuidar a los atacados de peste. Tan recogido era en sus oraciones, que todas sus distracciones en seis meses no sumaban la duración de un  Ave María.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
DE SAN LUIS GONZAGA   

   I. El joven santo fue víctima del amor de Dios; le sacrificó su fortuna, abandonando su marquesado para entrar en la Compañía de Jesús, a pesar de los obstáculos que oponía su padre a su piadoso designio. ¿Estás acaso, retenido en el mundo por lazos tan fuertes como los suyos? Dios bien merece que dejes todo lo que tienes, para seguir su llamado y ganar su paraíso; deja todo, si no materialmente, por lo menos por el espíritu y la voluntad.

   II. Sacrificó Luis su cuerpo a Dios por el voto de virginidad, que renovó al entrar en religión. Émulo de la pureza de los Ángeles, llevó la molestia hasta no poner nunca sus ojos en una mujer. Además, mortificó su cuerpo con rigurosa y continua penitencia. ¿Quieres consagrar tu cuerpo a Jesucristo como hostia viva y santa? Custodia tus sentidos, mortifícalos. La vida de un cristiano debe ser continuo martirio.

   III. Consagró el santo su libertad a Dios por el voto de obediencia. Los honores que ahora recibe, en el cielo y en la tierra, son el precio de su voluntario abatimiento. El camino más seguro para ir al cielo es el de la obediencia. Obedece a tus superiores fiel mente, prontamente, sin murmurar; a Jesucristo es a quien obedeces, Él es quien te recompensará. En fin, recuerda que no sólo los religiosos, sino también los cristianos deben ser víctimas que se inmolan sin cesar a Dios. Los cuerpos de los fieles son hostias de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo. (San Agustín).

  La castidad
Orad por las órdenes religiosas

ORACIÓN

   Oh Dios, dispensador de los dones celestiales, que habéis unido en el angélico Luis, una admirable inocencia de vida con un gran espíritu de mortificación, haced, por sus méritos y oraciones, que, si no hemos imitado su pureza, por lo menos imitemos su penitencia. Por J. C. N. S. Amén.

miércoles, 20 de junio de 2012

SANTORAL 20 DE JUNIO



20 de Junio


SAN SILVERIO,
Papa y Mártir



  Para acercarse a Dios, es menester creer que existe,
y que es remunerador de los que le buscan.
(Hebreos, 11, 6).

   San Silverio, Papa, negó a la emperatriz Teodora restablecer al hereje Antimo en la sede de Constantinopla, y fue confinado en la isla Pontia. Se refiere que desde allí escribió en estos términos al obispo Amador: "Me alimento con el pan de la tribulación y el agua de la angustia, pero jamás he renunciado, y tampoco ahora renuncio a mi cargo". Murió hacia el año 537, a consecuencia de los malos tratos que se le infligieron.

MEDITACIÓN SOBRE TRES ATRIBUTOS DE DIOS   

   I. Dios es todopoderoso; de nadie depende, y todas las creaturas dependen de Él; y, sin embargo, ¡Yo me atrevo a ofender a este Dios que puede entregarme a los suplicios eternos! Si Él está contra mí, ¿quién estaría a mi favor? ¿Dónde ocultarme si Él me persigue? Desde que pequé soy su enemigo, y no puedo vivir en paz y sin temor. ¡Ah! es que yo no medito es tas verdades como debería hacerlo. A menudo repetiré este acto de fe: Creo, Señor, que sois omnipotente, y que tendréis en cuenta toda acción tanto buena como mala, porque todo Juez es remunerador en  la causa sobre la cual pronuncia sentencia. (Tertuliano).

   II. Ese Dios será mi juez al fin de mi vida y al fin del mundo. Ese juez está presente en todas partes y a nadie teme; sabe todo lo que hago, nada puede substraer se a su conocimiento; es justísimo y la compasión no tendrá cabida en Él. Lo que hay de más tremendo es que este juez está irritado; y, a la vez, es juez y parte, porque a Él es a quien ofendí. ¿Qué será de mí, Señor, si Vos me tratáis según el rigor de vuestra justicia? Es horrible caer culpable en las manos del Dios vivo. (San Pablo).

   III. Dios es eterno; sus decretos son inmutables: lo que Él ha resuelto ejecútase infaliblemente; la sentencia que pronunciará contra mí nunca será revocada. Sin embargo, ¡cuán insensatos somos!, ¡preferimos la amistad inconstante de los hombres a la amistad del mismo Dios! ¡Preferimos desobedecer a Dios antes que disgustar a los hombres; nos adherimos a bienes transitorios, y despreciamos los bienes eternos e inmutables!

El temor de Dios
Orad por la conversión
de los herejes.

ORACIÓN

   Pastor eterno, mirad benevolente a vuestro re baño, y guardad lo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Silverio, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. N. S. Amén

martes, 19 de junio de 2012

SANTORAL 19 DE JUNIO



19 de Junio


SANTA JULlANA
DE FALCONIERI,
Virgen



Quien come mi carne, y bebe mi sangre,
en Mí mora y Yo en él.
(Juan, 6, 57).

   Juliana apenas si sabía balbucear, cuando ya se la oía en su cuna pronunciar distintamente los santos nombres de Jesús y María. Tanta era su modestia, que nunca miró la cara de un hombre; tanto su fervor por la oración, que pasaba días enteros orando; tanta su caridad por el prójimo, que nada era capaz de detenerla cuando se presentaba la ocasión de hacer un servicio. Soportó con rostro siempre alegre una larga y dolorosa enfermedad. Una sola cosa la afligía: no poder, a causa de sus vómitos continuos, recibir el cuerpo de Nuestro Señor. En su lecho de muerte, pidió que por lo menos se le acercase al pecho la Santa Hostia. Accedió el sacerdote a su pedido; pero la Hostia desapareció y, al mismo tiempo, sonriendo, expiró Juliana. Cuando se la envolvió en el sudario, encontróse impresa en su pecho, como un sello, la sagrada Forma. Su muerte acaeció en 1341.

MEDITACIÓN SOBRE
LA COMUNIÓN FRECUENTE   

   I. La frecuente recepción del Sacramento del altar avivará tu fe. Es el misterio de fe por excelencia: las delicias inefables que experimentarás después de una comunión bien hecha serán para ti una prueba sensible de la presencia de Dios. La Comunión forti ficará tu esperanza, porque la Eucaristía es la prenda del amor que Dios te profesa. En fin, perfeccionará tu caridad para con Dios y el prójimo; Jesús, en efecto, quiso darse a nosotros por amor; ha querido darse a los pobres como a los ricos, para enseñamos a amar 'igualmente a todos los hombres en su Persona.

   II. Muy grandes mercedes recibirás por la virtud de este Sacramento, todas las veces que te acerques a él dignamente. Dios te colmará de gracias especiales proporcionadas a la preparación que para ello pongas. Además, este pan de ángeles, este vino que engendra vírgenes, es todopoderoso para someter la carne al espíritu y reprimir los movimientos de la sensualidad. Quien ame el pan de los ángeles será enemigo de su propia carne. (San Gregorio de Niza).

   III. Recibe, pues, a Jesucristo; si tu amor es tibio, se inflamará mediante la recepción de este Sacramento, porque es la fuente del fervor y de la devoción. No temas que la familiaridad engendre el menosprecio; por el contrario, ella te hará descubrir en Jesús nuevas hermosuras y acrecentará así tu amor por Él. Si te acercas a él con estas disposiciones, encontrarás allí remedio para todas las enfermedades de tu alma. (San Juan Crisóstomo).

La devoción al Santísimo Sacramento
Orad por los enfermos en peligro de muerte.

ORACIÓN

   Oh Dios, que consolasteis en su lecho de muerte a la bienaventurada Juliana, vuestra virgen, alimentándola milagrosamente con el precioso cuerpo de vuestro Hijo, haced, os lo suplicamos en nombre de sus méritos, que, alimentados y fortificados en nuestra última hora por el divino Viático, logremos llegar a la patria celestial. Por J. C. N. S. Amén.

lunes, 18 de junio de 2012

SANTORAL 18 DE JUNIO



18 de Junio


SANTOS MARCOS Y MARCELINO,
Mártires



 Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, allí donde Cristo está sentado a la diestra
de Dios.
(Colosenses, 3, 1).

   Los dos hermanos Marcos y Marcelino, detenidos por cristianos, fueron atados y clavados por los pies a un poste. Como los exhortara el juez a que tuviesen piedad de sí mismos y se librasen de sus crueles tormentos, le respondieron: Jamás hubo para nosotros banquete de delicias comparable al gozo que experimentamos al sufrir por Jesucristo. ¡Plazca a Dios que estos sufrimientos duren tanto tiempo cuanto estemos revestidos de este cuerpo corruptible!" Pasaron así un día y una noche, cantando las alabanzas de Dios, hasta que, finalmente, atravesado el corazón con un lanzazo, obtuvieron la corona del martirio, hacia el año 287.

MEDITACIÓN SOBRE LA VISTA DEL CIELO     

   I. Mira al cielo en la prosperidad: todos los bienes de este mundo poca cosa te parecerán en comparación a la gloria de los bienaventurados. Míralo en la adversidad y hazte la siguiente reflexión: ¿Por qué me asombraré de ser infeliz en este valle de lágrimas? En el cielo solamente están los verdaderos bienes, las alegrías sin mezcla. Ningún dolor sentirás, ni en tu cuerpo ni en tu espíritu, en el cielo. (Tertuliano)

   II. Pregunta a los bienaventurados qué piensan ahora de las cosas de este mundo; consúltalos en tus dudas. ¡Con cuánta lástima consideran ellos el afán que ponemos en correr tras los bienes que habrá que abandonar cualquier día! ¿Qué es la tierra para quien posee el cielo? (San Juan Crisóstomo).

   III. Según San Clemente de Alejandría, Dios ha dado al hombre un triple Decálogo: el primero es la razón, que dicta al hombre lo que debe evitar; el segundo es la ley que dio a Moisés; el tercero es la vista del cielo. En efecto, ¿quién podría, durante una noche serena, contemplar el cielo sin amar y adorar a Aquél que lo ha creado? ¿Se le puede ver, cuando está cargado de truenos y relámpagos, sin temer a Dios y sin humillarse? ¿Se puede mirar los astros que lo decoran sin menospreciar la tierra? Amar, adorar, temer a Dios, despreciar la tierra, suspirar por el cielo, ¿no es, acaso, obedecer los preceptos del Decálogo? ¡Cuán despreciable me parece la tierra cuando miro el cielo! (San Ignacio de Loyola).

El pensamiento del paraíso
Orad por la conversión
de los cismáticos.

ORACIÓN

   Haced, os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de los bienaventurados mártires Marcos y Marcelino, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos libre de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.

domingo, 17 de junio de 2012

SANTORAL 17 DE JUNIO



17 de Junio


SAN AVITO,
Confesor



Todo lo que pidiereis con fe
en la oración, lo obtendréis
(Mateo, 21, 22).

   San Gregorio de Tours nos hace saber que Avito, abad en la antigua provincia de Percha, intercedió ante el rey Clodomiro para que perdonase la vida de Segismundo, rey de Borgoña, de su mujer y de sus hijos, que aquél había hecho prisionero. Los ruegos del santo fueron desoídos. Murió hacia el año 530 y fue enterrado, con mucho honor, no lejos de Orléans.

MEDITACIÓN ACERCA DE LA ORACIÓN   

   I. Obtendrás de Dios todo lo que le pidieres como es debido; es una verdad del Evangelio: nada hay, ni en el orden de la naturaleza ni en el de la gracia, que la oración no obtenga. ¡Cuán feliz serías si supieses orar! Experimenta por ti mismo el poder de la oración. Pide, pero con confianza; pide la ayuda del Señor en tus necesidades temporales y espiritua les, en tus penas y tentaciones. ¿Eso haces por ventura?

   II. Para obtener los favores del Cielo, ponte en gracia de Dios. ¿Cómo quieres que escuche Dios tus ruegos, si eres su enemigo? Es preciso ser hijo de Dios mediante la gracia para tocar el corazón de este Padre misericordioso. Si estás en pecado, no dejes de orar a Dios; pero comienza tus oraciones con un acto de contrición; pídele primeramente que te admita en su amistad. La oración es un sacrificio que no puede agradar a Dios, si el que lo ofrece no comienza por agradar él mismo. (San Lorenzo Justiniano).

   II. No te desalientes si no eres escuchado de inmediato. Dios quiere ser urgido e importunado. El pobre no se contenta con pedir la limosna una sola vez, redobla sus pedidos, aguarda, espera siempre. Dios te ha prometido escucharte, pero no ha dicho que bastaba pedir una sola vez. Dios sabe cuán útil nos es la oración; por eso, antes de escucharnos, quiere ser forzado, en cierto modo, ser vencido por nuestra importunidad. (San Bernardo).

El fervor
Orad por los que trabajan
en la salvación de las almas.

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de alegría con la fiesta de San Avito, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos también la que ha vivido en la tierra. Por J. C. N. S. Amén.

sábado, 16 de junio de 2012

SANTORAL 16 DE JUNIO


  • San Francisco de Régis, Confesor
  • San Aureliano de Arlés
  • San Benón de Meissen
  • San Ciriaco, Mártir
  • Santa Julita, Mártir
  • Santa Lutharda
  • San Ticón de Amato
  • Beato Ferreol, Mártir
  • Beato Ferrucio, Mártir

16 de Junio



SAN FRANCISCO DE RÉGIS, 
Confesor



  Nada hay oculto que no deba ser descubierto,
 ni escondido, que no haya de ser conocido y publicado.
(Lucas. 8, 17).

   San Francisco impresionóse de tal modo de lo que oyó decir un día a su madre concerniente a las penas del infierno, que toda su vida experimentó sumo horror por el pecado mortal. Cobijó su inocencia bajo el manto de la Reina de los cielos; y para mejor servir a esta bondadosa Madre, ingresó a una de las piadosas congregaciones erigidas en su honor. Entró en la Compañía de Jesús y, con tanto celo y fruto trabajó en la salvación de las almas, que mereció ser llamado apóstol de Vivarais. Murió el año 1640 en Lalouvesc, donde su tumba se ha hecho célebre por la afluencia de peregrinos que a ella acuden y por los milagros que allí se producen.

MEDITACIÓN SOBRE LOS TRES OBSTÁCULOS
PARA UNA BUENA CONFESIÓN   

   I. La negligencia en prepararte a la Confesión a menudo es la causa de que no aproveches de un re medio tan salutífero. No indagas tus pecados con suficiente esmero; no te excitas lo suficiente a la contrición, porque no consideras el mal que te causan tus pecados, ni el bien de que te privan. Has perdido el más valioso de los bienes, la gracia, y todavía has menester que se te mande que tengas dolor de ello.

   II. El respeto humano impide a menudo que se declaren todos los pecados. El demonio que nos había quitado la vergüenza cuando cometíamos nuestros crímenes, quiere ahora devolvérnosla en el santo tribunal. Desecha esta mala vergüenza, a menos que prefieras ver, en el día del juicio, expuestos tus pe cados a la vista de todos antes que declararlos aquí a un solo hombre. Esta confusión que sufres ahora te será saludable, la otra será inútil. No te avergüences de tener que decir lo que no tuviste vergüenza de hacer. (San Bernardo).

   III. Recaes siempre en las mismas faltas, siempre te confiesas de lo mismo, porque no tienes un firme propósito de enmienda y no prevés los escollos allí donde tienes costumbre de naufragar. Piénsalo seriamente en lo porvenir, deja esas ocasiones peligrosas, y no te preocupes por lo que diga el mundo. ¿Dónde estamos si más tememos disgustar a los hombres que a Dios? (Tertuliano)

La huida del pecado
Orad por los que están
en pecado mortal.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis otorgado al bienaventurado Francisco, vuestro confesor, una admirable caridad y una paciencia invencible en los trabajos que emprendió para la salvación de las almas, haced, por vuestra misericordia, que siendo enseñados por sus ejemplos y ayudados por su intercesión, obtengamos las recompensas de la vida eterna. Por J. C. N. S. Amén.

viernes, 15 de junio de 2012

SANTORAL15 DE JUNIO



15 de Junio


SANTOS VITO,
MODESTO y CRESCENCIA,
Mártires

 
Acuérdate de dónde has caído,
 haz penitencia y haz tus primeras obras.
(Apocalipsis, 2, 5).

   San Vito fue bautizado a la edad de doce años, a escondidas de su padre. Éste, al saber lo que había pasado, nada omitió que pudiera hacerle abjurar de la fe cristiana; lo entregó a Valeriano, gobernador de la provincia; pero los tormentos no pudieron quebrantar la firmeza del joven cristiano. Crescencia y Modesto libraron a Vito de las manos de sus perseguidores y huyeron con él a Italia. Mas tampoco allí encontraron la tranquilidad que buscaban. Detenidos en Lucania, padecieron gloriosamente el martirio durante la persecución de Diocleciano.

MEDITACIÓN SOBRE
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

   I. Este sacramento es necesario para los que han perdido la inocencia bautismal por algún pecado mortal. Este remedio es fácil, pues basta descubrir las llagas para ser curado; es también consolador: no hay en este mundo gozo comparable al que experimenta el pecador que se descarga del peso de sus faltas mediante una buena confesión. Meditemos estas verdades, y entonces iremos con alegría a purificarnos en el saludable baño de la Penitencia.

   II. A menudo hay que allegarse a este Sacramento, puesto que a menudo ofendemos al Señor. ¿Cómo podemos vivir aunque sea un momento con el pecado mortal en nuestra conciencia? Si muriése mos en ese funesto estado, estaríamos perdirdos para toda la eternidad. Vemos todos los días que la muerte arrebata a tantas personas repentina e imprevista mente; nunca deberíamos vivir en un estado en el cual ni quisiéramos morir. Confiésate con frecuencia: se llama al médico todas las veces que uno está enfermo.

  III. Debes hacer rigurosa penitencia por los pe cados ya confesados, a menos que prefieras hacerla en el purgatorio. Esta penitencia debe durar tanto como tu vida; si te parece larga, piensa en el tremen do castigo que te ahorra. ¡Dichosa penitencia que nos reconcilia con Dios, y extingue las llamas del in fierno y del purgatorio! Repitamos con los peniten tes de la primitiva Iglesia: Ahora sufro y me mortifico, a fin de reconciliarme con Dios a quien ofendí con mis pecados. (Tertuliano).

La paciencia
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN

   Dignaos, Señor, por la intercesión de vuestros santos mártires Vito, Crescencia y Modesto, conc der a vuestra Iglesia el resistir al orgullo, y progresar cada vez más en la humildad que os place, a fin de que, rechazando todo lo que es malo, ejerza la justicia con una voluntaria caridad. Por J. C. N. S. Amén


jueves, 14 de junio de 2012

SANTORAL14 DE JUNIO


  • San Basilio Magno, Obispo, Confesor y Doctor
  • Notre Dame de la Treille
  • San Anastasio, Mártir
  • San Félix, Mártir
  • Santa Digna, Mártir
  • San Rufino, Mártir
  • San Valerio, Mártir
  • San Metodio de Constantinopla
  • Beata Castora Gabrielli

14 de Junio


SAN BASILIO MAGNO,
Obispo y Confesor



  No tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos
en busca de la que ha de venir.
(Hebreos, 13, 14).

   San Basilio, vástago de una familia de santos, tuvo por padre a San Basilio el Antiguo, y por madre a Santa Emilia. Su educación fue confiada a Santa Matrina su abuela, que lo formó en la práctica de todas las virtudes cristianas. Cuéntanse entre sus hermanos y hermanas: a San Gregorio Niceno, a San Pedro de Sebaste y a Santa Macrina la Joven, que era la mayor de diez hermanos, notables todos por su eminente santidad. San Basilio, habiendo sido elevado al arzobispado de Cesárea, atrájose, por su adhesión a la fe, las persecuciones de Juliano el Apóstata y de Valente, emperador arriano. A este último, que lo amenazaba con el destierro, le contestó: Échame a donde quieras, el mundo entero es un lugar de exilio para mí: no tengo otra patria fuera del cielo. Murió en el año 379.

MEDITACIÓN: EL MUNDO ES UN EXILIO   

   I. El mundo es un destierro y el cielo nuestra patria. De esta verdad saco tres conclusiones: la primera es que debemos tener gran deseo de ir al cielo. Los exilado s emplean sus riquezas, su influencia y el crédito de sus amigos para volver a su patria; imítalos, emplea todos los bienes que poseas, tu espíritu y tu salud, para llegar a la casa de tu bienaventurada eternidad: allí está Dios tu Padre, Jesucristo tu Hermano mayor, Maria tu bondadosa Madre, con incontables santos, acaso con muchos de tus parientes y amigos. Dirijamos todos nuestros esfuerzos en esa dirección. Miremos al cielo y no podremos menos que exclamar: ¿Cuándo llegaré y apareceré ante la Faz del Señor? (Salmo).

   II. Puesto que el mundo entero es un exilio, de be serte indiferente habitar en un lugar más bien que en otro. Tu patria debe estar allí donde la gloria de Dios y el bien de tu alma te reclaman. Por todas partes encontrarás la tierra que te sostiene y alimenta, por todas el sol que te alumbra. No te afanes, pues, por el lugar donde habrás de habitar; esta inquietud podría justificarse, dice San Agustín, si se te pudiese enviar a algún lado donde Dios no estuviera. No puede ser exilado quien a Dios tiene en su corazón (San Cipriano).

   III. Si en este mundo, que es un lugar de destierro, hay tantas cosas que agradan, ¿qué no será en el paraíso? Si los bienes, que Dios ha otorgado indistintamente tanto a sus amigos como a sus enemigos, tienen ya tanto atractivo, ¿qué no será de los bienes que Él ha preparado a sus amigos e hijos? Por el contrario, si los elegidos y amigos de Dios deben sufrir tanto en este mundo, ¿cuáles no serán los tormentos que el Señor reserva en el infierno para sus enemigos?

El pensamiento del paraíso
Orad por la conversión de los infieles.

ORACIÓN

   Os suplicamos, Señor, escuchéis las oraciones que os dirigimos en la solemnidad de vuestro confesor pontífice, el bienaventurado Basilio, a fin de que la intercesión y los méritos de quien tan dignamente os ha servido, nos obtengan el perdón de nuestros pecados. Por J. C. N. S. Amén.