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lunes, 30 de abril de 2012

SANTORAL 30 DE ABRIL


  • Santa Catalina de Siena, Virgen
  • San Eutropio de Saintes, Mártir
  • San Mariano, Mártir (Con Santiago)
  • Santiago, Mártir
  • San Máximo, Mártir
  • Beato Benito de Urbino
  • Beato Francisco Dickenson, Mártir (Con Miles Gerard)
  • Beato Miles Gerard, Mártir
  • Beata Hildegarda

30 de abril

 
SANTA CATALINA DE SIENA,
Virgen

Donde está vuestro tesoro,
allí también estará vuestro corazón.
(Lucas, 12, 34).

   Santa Catalina de Siena tomó el hábito de Santo Domingo a la edad de 18 años. Sus austeridades, ya extraordinarias cuando vivía en la casa paterna, fue ron desde entonces ilimitadas. Acaecióle, una vez, ayunar desde el Miércoles de Cenizas hasta la fiesta de la Ascensión, sin tomar alimento alguno fuera del espiritual de la Santa Eucaristía. Para recompensarla, Jesucristo imprimió en su cuerpo virginal los sagrados estigmas de su Pasión, le comunicó una inteligencia maravillosa de las Sagradas Escrituras, y se sirvió de ella para volver de Aviñón a Roma al Papa Gregorio XI, con lo que puso término a los males que desolaban a la Iglesia. Murió en 1380.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE
SANTA CATALINA

   l. El corazón de Santa Catalina ardía del fuego del amor de Jesucristo. Abrasaban las llamas de este amor en su celo por la salvación de las almas, en su compasión por los pecadores, los pobres y los enfermos y tu corazón ¿a quién pertenece? ¿A las riquezas y a los placeres? Entonces es insensible al lamento de los pobres y a las inspiraciones del amor divino. ¡Señor! haced que os ame a Vos solo, y si amo algo más que lo haga por Vos. Dadme un corazón que Os ame. (San Agustín).

   II. Presentóle el Señor dos coronas, una de oro y otra de espinas, y la Santa eligió la de espinas, diciéndole que quería reproducir en ella la Pasión de su divino Maestro y gozarse en las penas y sufrimientos. Tú, en cambio, quieres en esta vida rosas y placeres; pronto se marchitarán las rosas y te quedarán espinas para toda la eternidad; porque es difícil gozar los bienes de este mundo y los del cielo. (San Jerónimo).

   III. El pensamiento continuo de la presencia de Dios la hizo salir victoriosa de todas sus tentaciones. Recogíase interiormente pensando en la Pasión de Jesucristo, en los castigos de los condenados y en su propia nada; estas consideraciones tornábanla insensible a las persecuciones de los hombres y hacíanla invencible a los asaltos del demonio. Piensa en Dios y en las verdades eternas, y nada temas ni desees en este mundo. Ahora no piensas sino en la tierra, por que tu tesoro y todas tus esperanzas están en la tierra y no en el cielo. Tu corazón y tu espíritu estarían en el cielo si allí estuviese tu tesoro. (San Euquerio).

Meditar sobre la Pasión 
Orad por vuestro obispo. 

ORACIÓN

   Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de la bienaventurada Catalina, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.

domingo, 29 de abril de 2012

SANTORAL 29 DE ABRIL



29 de abril



SAN PEDRO DE VERONA,
Mártir

Estad vosotros apercibidos, porque a la hora que
menos penséis ha de venir el Hijo del hombre.
(Mateo, 24, 44).

   San Pedro de Verona renunció desde su infancia a los errores de los cátaros. Las promesas y amenazas de sus padres fueron impotentes para hacerlo vacilar en la constancia de su fe. Entró en la orden de Santo Domingo, y vivió en ella con tanta inocencia que se asegura que jamás cometió ningún pecado mortal. Ardientemente pedía a Dios la corona del martirio. Sus deseos fueron escuchados. Nombrado inquisidor de la fe, se atrajo el odio de los herejes, y uno de ellos, que lo acechó en el camino de Como a Milán, le hendió la cabeza con un mandoble de espada, en 1252.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA Y  
MUERTE DEL PECADOR  

   I. El pecador vive en tinieblas y en ceguera. Las pasiones oscurecen en él las luces de la razón y de la fe. No consulta como a regla de su conducta, sino su placer, su interés y los deseos de su corazón desordenado. Si siguiese las luces de la razón, ¿se expondría acaso a suplicios eternos por placeres tan breves y tan vanos? ¿Si se comportase según las luces de la fe, buscaría por ventura con tanto afán las riquezas, que son tan grande obstáculo para la salvación de muchos?

   II. El pecador recobra en el momento de la muerte estas hermosas luces de la razón y de la fe que durante su vida se habían oscurecido. Entonces la razón le hace ver cuán insensato fue en trabajar toda la vida para amontonar riquezas perecederas, para hacerse de amigos que no quieren o no pueden socorrerlo. La fe le representa, en todo su horror, los suplicios del infierno en los cuales no quiso pensar cuando gozaba de perfecta salud. Despabílase entonces del profundo adormecimiento en el que vivió; abre los ojos a esta horrible realidad que no quiso prever.

   III. En esta diferencia que existe entre la muerte y la vida del pecador, hay sin embargo un punto en que concuerdan: ha vivido como impío, muere como impío. Los santos mueren santamente, porque han vivido santamente; los malvados perseveran en el crimen en el momento de la muerte porque en él perseveraron durante la vida. ¿Quieres saber cómo morirás? Mira cómo vives.

La constancia 
Orad por las órdenes religiosas.

ORACIÓN

   Dios omnipotente, haced benignamente que imitemos con un celo digno de Vos la fe del bienaventurado Pedro, vuestro mártir, quien, por la propagación de esta misma fe, mereció recibir la palma del mar tirio.  Por J. C. N. S.

sábado, 28 de abril de 2012

SANTORAL 28 DE ABRIL




28 de abril


SAN PABLO DE LA CRUZ,
Confesor



No me he preciado de saber otra cosa entre vosotros,
sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
(1 Corintios, 2, 2).

   San Pablo de la Cruz mostró, desde su tierna infancia, un amor ardiente por Jesús crucificado. Ya sacerdote, obtuvo de Benedicto XIII permiso para constituir una comunidad destinada a honrar muy especialmente la Pasión del Salvador, y se retiró al Monte Argentaro, en la Toscana. Allí puso los cimientos de la congregaci6n de los Pasionistas. La Santísima Virgen en persona indicóle el hábito que quería tomasen los nuevos religiosos; un manto negro, adornado con las insignias de la Pasi6n. Tuvo el con suelo de ver a su orden muy floreciente, y murió en Roma en el año 1775. Fue beatificado y en seguida canonizado por Pío IX.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE
SAN PABLO DE LA CRUZ

   I. No podía San Pablo de la Cruz oír hablar de los sufrimientos del Salvador sin deshacerse en un mar de lágrimas. ¡Y a nosotros, esos sufrimientos nos dejan con los ojos secos y el corazón frío! ¿De dónde procede esta diferencia? ¡Ah! es que San Pablo de la Cruz meditaba largamente sobre el misterio de la Pasión, mientras nosotros no nos dedicamos a esta meditación sino por contados y breves instantes. Que aquel a quien se clavó por ti en la cruz permanezca para siempre clavado en tu corazón. (San Agustin).

    II. Aun antes de ser ordenado sacerdote, San Pablo de la Cruz disciplinábase a menudo, ayunaba todos los viernes no tomando ese día otra bebida que vinagre mezclado con hiel. ¿Y qué hacemos nosotros para honrar los sufrimientos de Jesucristo? ¿Qué sacrificios nos imponemos para imitarlo? ¿Tan si quiera soportamos con paciencia los males que no podemos evitar? ¡Qué vergüenza para nosotros bus car las comodidades de la vida, mientras vemos a nuestra Cabeza coronada de espinas!

   III. San Pablo de la Cruz murió escuchando la lectura de la Pasión según San Juan. ¡Qué consuelo será para nosotros, en nuestro lecho de muerte, si podemos recordar entonces que hemos honrado con nuestra meditación y nuestros sufrimientos la Pasión de nuestro amabilísimo Salvador! ¡Con qué confianza miraremos la señal de nuestra redención! ¡Con qué amor apretaremos a nuestros labios moribundos a Dios crucificado por nuestra salvación! ¡Con qué gozo uniremos nuestra muerte a la suya! Que estos pensamientos reanimen nuestro fervor. En la cruz está la salvación, en ella la protección contra nuestros enemigos, la fuerza del alma, el gozo del espíritu, la consumación de la virtud, la perfección de la santidad. (Imitación de Cristo).

El recuerdo frecuente de la Pasión 
Orad por los agonizantes.

ORACIÓN

   Oh Señor Jesucristo, que, para honrar el misterio de la Cruz, habéis enriquecido a San Pablo de la Cruz con una caridad incomparable, y habéis querido por su ministerio hacer florecer en la Iglesia una nueva familia religiosa, concedednos, por su intercesión, que meditemos sin cesar en vuestra Pasión aquí en la tierra, a fin de hacernos dignos de cosechar sus frutos en el cielo.   Por J. C. N. S.

viernes, 27 de abril de 2012

SANTORAL 27 DE ABRIL





SAN ANTIMIO,
Obispo y Mártir



El demonio, cuando profiere una mentira,
habla como quien es, por ser de suyo
mentiroso y padre mentira.
(Juan, 8, 44).

   San Antimio era obispo de Nicomedia, cuando el emperador Diocleciano envió unos soldados para que se apoderaran de su persona. Lo encontraron los soldados y le preguntaron si conocía a Antimio; él los condujo a su casa, dióles un espléndido festín y, después, declaróles que era el hombre a quien buscaban. Los soldados quisieron salvarle valiéndose de una mentira, pero el santo obispo rehusó este favor; tanto los instó que, por fin, lo condujeron ante el emperador. Éste lo hizo decapitar. Corría el año 303 de nuestra era.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA MENTIRA

   I. Nunca se debe mentir, bajo ningún pretexto; pues siempre la mentira es pecado que nos asemeja al demonio, padre de la mentira, y borra de nuestra alma la cualidad de hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que es la Verdad misma. Hemos de sufrir la muerte, como San Antimio, antes que consentir en una mentira, por leve que parezca. Una mentira no es cosa de poca importancia, pues ofende a Dios infinito y omnipotente. No mires como leve nada que ofenda a Dios. (Salviano) .

   II. Perjudicas a tu prójimo cuando le hablas contra tu pensamiento; lo engañas, introduces, en cuanto de ti depende, la discordia en la sociedad. Si todos los hombres fuesen mentirosos, ¿a qué extremos no llegaríamos? Injurias a Jesucristo, que es testigo de tu mentira, pues los cristianos, al decir de San Agustín, no sólo son los miembros de Jesucristo, sino que deben ser también los órganos de su voz. ¿Dices tú muchas mentiras? Examínate sobre este punto.

   III. Hay personas cuya vida es una mentira continua; engañan a todo el mundo mediante su hipocresía. ¡Oh! ¡cuán raros son aquellos que quieren parecer lo que son! Dios te ve tal cual eres; en vano te ocultas a los ojos de los hombres, Dios es tu juez. Al final todo se descubrirá, se conocerán tus imposturas, a luz plena se verá la verdad. Se puede ocultar la verdad por un poco de tiempo, no se la puede hacer desaparecer, la iniquidad puede triunfar por un instante, pero no reinar siempre. (San Agustín).

Huir de la mentira 
Orad por la conversión
de los pecadores.

ORACIÓN

   Dios todopoderoso, mirad nuestra flaqueza, ved cómo nos agobia el peso de nuestros pecados y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Antimio, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S.

jueves, 26 de abril de 2012

SANTORAL 26 DE ABRIL



26 de abril


SANTOS CLETO y MARCELlNO,
Papas y Mártires



Haced, pues, penitencia y convertíos, 
a fin de que se borren vuestros pecados.
(Hechos de los Apóstoles, 3,19).

   San Cleto, discípulo de San Pedro, murió mártir después de un pontificado de doce años. Fue el primer Papa que utilizó en sus cartas la fórmula: Salud y bendición apostólica.
   San Marcelino, sucesor de San Cayo, gobernó a la Iglesia con tanto celo como sabiduría. "Junto con otros tres cristianos, Claudio, Cirino y Antonino, fue decapitado", por confesar la fe de Cristo, después de haber sufrido calumnias e innúmeras angustias, bajo la persecución de Diocleciano(1).  

  MEDITACIÓN
SOBRE LA DESCONFIANZA
EN UNO MISMO

   I. Nada hay más frágil que el hombre; abandonado a su debilidad, es capaz de cometer los mayores crímenes. San Pedro prometió al Salvador que habría de morir antes que abandonarlo y, por unas  palabras de una sirvienta, por tres veces renegó de su divino Maestro. ¿Qué más apto para hacernos temblar y para inspirarnos una saludable desconfianza en nosotros mismos? ¿Si han caído las columnas de la Iglesia, qué no nos sucederá a nosotros, que somos débiles como cañas? Señor, he caído por mi propia flaqueza; sólo por vuestra bondad me he levantado. (San Agustín).

   II. Si has caído en alguna falta, aunque fuese el más horrible de todos los crímenes, no te desanimes por ello; la bondad de Dios sobrepuja infinita mente a tu malicia. Vuelve a tu Padre; Él te espera, te llama y está preparado para recibirte; antes te cansarías de ofenderle que Él de perdonarte.

   III. ¿Quieres corregirte de tus faltas? Prevé y huye de las ocasiones en las cuales has sucumbido; si no lo haces, las mismas causas producirán los mismos efectos. Examina tu vida y verás que las ocasiones y las compañías peligrosas son las que, todos los días, te hacen recaer en los mismos pecados. Un piloto no se acerca sino temblando al escollo donde antes naufragó; un convaleciente no se atreve siquiera a tocar el fruto que lo enfermó; solamente el pecador busca las ocasiones en las que se perdió. ¿Qué necesidad hay de ir a tal parte, donde cada día es preciso vencer o perecer? (San Jerónimo).



La desconfianza en uno mismo 
Orad por el Papa.

ORACIÓN

   Pastor eterno, considerad con benevolencia a nuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestros bienaventurados mártires y soberanos pontífices Cleto y Marcelino, a quienes constituisteis pastores de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

miércoles, 25 de abril de 2012

SANTORAL 25 DE ABRIL



25 de abril


SAN MARCOS,
Evangelista



Tú, entre tanto, vigila en todas las cosas, soporta las
aflicciones, desempeña el oficio de evangelista,
cumple tu ministerio.
(2 Timoteo, 4, 5).

   San Marcos, discípulo e intérprete de San Pedro, escribió el evangelio a ruego de los fieles de Roma y según las enseñanzas que poseía de San Pedro en persona. Lo aprobó éste y ordenó su lectura en las iglesias. Llevando, pues, su evangelio, partió San Marcos para Egipto, y fue el primero que anunció a Jesucristo en la ciudad de Alejandría, donde fundó una de las iglesias que más florecieron. Fue martirizado el día de Pascua, mientras celebraba el Santo Sacrificio de la misa. Algunos días antes un ángel le había mostrado su nombre escrito en el libro de la vida. Acaeció su muerte alrededor del año 74 de la era cristiana.

  MEDITACIÓN SOBRE  LAS
LAS MÁXIMAS DEL EVANGELIO 
y LAS MÁXIMAS DEL MUNDO

   I. El Evangelio es el testamento de Jesucristo, el documento auténtico en el que nos manifiesta su voluntad. Nos instituye sus herederos, a condición de que cumplamos fielmente sus mandamientos. Leamos, pues, el Evangelio, no sea que los olvidemos. Meditemos las verdades eternas que contiene; una sola, bien comprendida, bastaría para nuestra santificación.

   II. El mundo también tiene su evangelio, completamente opuesto al de Jesucristo. El Señor nos ordena despreciar las riquezas y llevar nuestra cruz, y perdonar a nuestros enemigos; el mundo aconseja buscar las riquezas, huir de la cruz, y vengarse de los enemigos. Cristo recomienda la humildad y la mortificación; el mundo, buscar los honores y los placeres. Examina qué espíritu te guía: ¿es el de Jesucristo o el del mundo?

   III. No trates de convencerte de que los preceptos del Evangelio son para religiosos y no para laicos. No hay dos Evangelios como no hay dos paraísos, uno de los cuales estaría destinado para los religiosos que hacen penitencia, y el otro para los seglares que no hacen nada para salvarse. Dios en su Evangelio habla para todos los cristianos; cuando manda algo, todos están obligados a obedecerle. Aun debieras observar todos sus consejos, en la medida en que te sea posible, porque sería despreciar a Dios no seguir sus advertencias. Mas, ¡ay! los cristianos de nuestro tiempo se contentan con creer en el Evangelio, sin tomarse el trabajo de practicarlo. Siempre tienen el Evangelio en los labios, y su vida está en completo desacuerdo con el Evangelio. (San Cipriano).

La fe 
Orad por la conversión de África.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis honrado a San Marcos con el ministerio de la predicación del Evangelio, haced que siempre saquemos fruto de sus enseñanzas y que nos proteja con sus oraciones. Por J. C. N. S.

martes, 24 de abril de 2012

SANTORAL 24 DE ABRIL





24 de abril



SAN FIDEL DE SIGMARINGA,
Mártir



Os intimamos, hermanos, en nombre de Nuestro 
Señor Jesucristo, a que os apartéis de cualquiera de 
vuestros hermanos que proceda desordenadamente.
(2 Tesalonicenses, 3, 6).

   Desde su infancia, este santo estuvo adornado de todos los dones de la naturaleza y de la gracia. En cargado por una familia noble de acompañar a tres jóvenes en un viaje a través de varios estados de Europa, trató de inspirarles el amor a la religión y el gusto a la piedad, más con sus ejemplos que con sus palabras. Algunas injusticias que no pudo impedir en el ejercicio de su profesión de abogado lo impulsaron a huir de los peligros del mundo. Se hizo capuchino y obró tantas conversiones que los calvinistas resol vieron deshacerse de él. Cayó bajo sus puñales asesinos invocando los nombres de Jesús y de María, el 24 de abril de 1622.  

  MEDITACIÓN
SOBRE LAS BUENAS
Y MALAS COMPAÑÍAS

   I. Huye de las malas compañías; insensible mente se insinúa el vicio e insensiblemente desaparece el amor a la virtud. Acaso resistas en un principio, pero terminarás siendo arrastrado. Te familia rizarás con el vicio y no te avergonzarás ni de decir, ni di hacer lo que dicen o hacen los demás. ¡Desdichado! ¿Acaso tu misma experiencia no te ha demostrado ya cuán peligrosas son las malas compañías? Mira las faltas ajenas como una vergüenza, nunca como un ejemplo. (San Euquerio).

   II. El demonio no tiene instrumento más poderoso para perder un alma que un mal compañero; es el intérprete de su voluntad y el ejecutor de sus órdenes. Inficiona el entendimiento con sus máximas dañinas; arrastra la voluntad con sus ejemplos perniciosos. Es como un pájaro, a quien el demonio mantiene en su trampa, que busca atraer otros a ella. Opón tú a sus máximas y a sus ejemplos las máximas del Evangelio y los ejemplos de los santos.

   III. Abandona lo antes posible esa mala compañía; huye de los habitantes de Sodoma, o, de lo contrario, prepárate a perecer con ellos. Rompe con esa amistad peligrosa; por más santo que te creas, te asemejarás a quien frecuentas. Conversa con las almas santas: insensiblemente te inspirarán el amor a la virtud y el horror al vicio.

Huir de las malas compañías 
Orad por la Iglesia.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis abrasado al bienaventurado Fidel con seráficos ardores de caridad, y que lo habéis coronado con la palma del martirio y con el don de milagros por su celo en la propagación de la fe, os suplicamos en nombre de sus méritos e intercesión, que de tal modo nos confirméis en la fe y en la caridad por vuestra divina gracia que podamos permanecer fieles hasta la muerte en vuestro servicio.  Por J. C. N. S.

lunes, 23 de abril de 2012

SANTORAL 23 DE ABRIL



  • San Jorge, Mártir
  • San Adalberto, Mártir
  • San Aquileo, Mártir
  • San Félix, Mártir 
  • San Fortunato, Mártir
  • San Gerardo de Toul
  • Beata Elena de Udine
  • Beato Gil de Asís

23 de abril



SAN JORGE,
Mártir

Combate valerosamente por la fe,
conquista la vida eterna
para la cual fuiste llamado.
(1 Timoteo, 6, 12)



HIMNO

Tú eres el libertador de los cautivos, 

porque liberaste a todos los cristianos.
El amparo de los pobres 
pues les diste todo lo que poseías.
El médico de los enfermos
 pues eres el príncipe de los grandes milagros.
El defensor de los gobiernos
 por que eres el patrono de los reyes,
 de los ejércitos, de la juventud Scout.
 
   Es un Santo oriental, cuya devoción se extendió del oriente hacia el occidente como los rayos del sol, debido a su noble origen, su atractiva juventud, su brillante inteligencia, su firme devoción, y el gran entusiasmo que irradiaba de sus ojos mientras montaba su caballo presidiendo la guardia real. Finalmente, muchos fueron los suplicios que soportó, con gran valentía, en defensa de su fe cristiana.

   Nació en Capadocia, en el año 280, en una familia noble y cristiana. Su padre, Caratos, murió mártir por su fe cristiana -después de esto su madre lo llevó a su pueblo natal: Ledd, en Palestina. Acudía San Jorge a las reuniones de los primeros cristianos; allí recibió las enseñanzas de los Evangelios y una sólida educación, formándose su carácter- Dotado de una gran bizarría, notables condiciones físicas y de excepcional gallardía, sintió inclinación por la carrera de las armas; se incorporó al ejército del Emperador, llegando en poco tiempo, a ser nombrado capitán de una división.

 ¡Qué hermosa victoria la que este generoso soldado de Jesucristo obtuvo contra los tiranos! Diocleciano, que le había conferido el cargo de tribuno en re compensa de su valor, se lo quitó para castigar su fidelidad a Dios. Fue desgarrado con una rueda erizada de espadas, se le hizo rodar sobre el cuerpo una enorme piedra, se le sumergió en cal viva: salió vencedor en todos estos combates. Pidió entrar en el templo de los ídolos; fue allí conducido y, con una sola palabra, derribó todas las estatuas. Fue, finalmente, degollado, hacia el año 303.

MEDITACIÓN SOBRE
EL PERFECTO SOLDADO 
DE JESUCRISTO

   I. San Jorge fue fiel a Jesucristo. El emperador no escatimó promesas, ni amenazas, ni tormentos para relajar su fidelidad; con todo, nada fue capaz de hacerla vacilar. ¿Cómo soportas tú los sufrimientos? ¿Si se pusiese a prueba tu fidelidad, preferirías antes perder bienes, honores y vida, que la fe? ¡Ay! una palabra te espanta, la prosperidad de un día te hace olvidar a Dios. ¿C6mo resistirías la cólera de los tiranos, tú que no puedes resistir las burlas de un amigo? (San Jerónimo) .

   II. El santo fue tan valiente como fiel, pues no retrocedió ante los más crueles suplicios cuando se trató de defender la causa de Jesucristo. A ti la menor dificultad te espanta, quieres ser santo, pero a condición de sustraerte a las dificultades que se encuentran en el camino de la santidad. Mucho ardor pones en hacer triunfar tus proyectos y empresas; ¿acaso hay un proyecto, una empresa más importante que la de tu salvación?

   III. La perseverancia es la virtud que debe asegurar tu salvación. Olvídate, pues, de las obras pasadas; considera lo que te falta para hacer; piensa en la corona que te espera, en Dios que es testigo de tus trabajos, en la eternidad que es la recompensa de és tos, y no te costará tanto sufrir. ¿Cuál es el santo que ha sido coronado sin pasar por la tribulación? Indaga, y verás que todos han sufrido adversidad. (San Ambrosio).

La fidelidad a Dios 
Orad por los que son tentados.

ORACIÓN

   Oh Dios, que para regocijar nuestras almas nos ofrecéis los méritos y la intercesión del bienaventurado mártir Jorge, concedednos, por vuestra gracia, las mercedes que os pedimos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén

domingo, 22 de abril de 2012

SANTORAL 22 DE ABRIL


  • Santos Sotero y Cayo, Papas y Mártires
  • San Agapito I,
  • San Alejandro, Mártir
  • San Epipodo, Mártir
  • San Leonidas, Mártir
  • Santa Oportuna
  • San Teodoro de Sikeon
  • Beato Francisco de Fabriano

22 de abril


SANTOS SOTERO y CAYO,
Papas y Mártires



Las aflicciones tan breves y tan ligeras  
de la vida presente nos producen
el eterno peso de una sublime
e incomparable gloria.
(2 Corintios, 4, 17).

   San Sotero, Papa, gobernó la Iglesia durante tres años y algunos meses, bajo el reinado del emperador Marco Aurelio. Después de haber dictado sabias leyes y dado grandes ejemplos de virtud, magnánima mente padeció el martirio.
   San Cayo, pariente próximo del emperador Dio c1eciano, fue también Sumo Pontífice. Se vio obliga do, para evitar la persecución, a ocultarse en las cata cumbas. Después de doce años de pontificado, recibió la corona del martirio, junto con su hermano Gabino, en el año de Jesucristo, 296.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA RECOMPENSA DE
NUESTROS TRABAJOS

   I. Lo que al presente sufrimos es poca cosa en comparación con la recompensa que nos espera. Por tanto, no debemos inquietarnos por los males que nos acaecen. Si comparamos nuestra vida de un momento con la eternidad que la sigue, y que será su premio, nuestras pruebas nos parecerán poca cosa. Todo lo que acaba es corto. (San Agustín).

    II. La recompensa que nos ha sido preparada en el cielo es eterna en duración e infinita en grandeza. ¿Por qué amamos tan ardientemente esta vida, que nos mantiene alejados de una tan completa felicidad? ¿Por qué no buscamos aquello por lo cual adquirimos una felicidad eterna? ¡Que Dios sea el único objeto de nuestros deseos. Él a quien veremos sin fin, a quien amaremos sin disgusto, a quien alabaremos sin fatiga! (San Agustín).

   III. La sola esperanza de poseer a Dios debe ya hacernos dichosos y ponernos contentos desde esta vida. Esta esperanza es la que da a los mártires la fuerza para soportar terribles tormentos, a los penitentes endulza sus lágrimas y austeridades. Contempla, pues, a menudo el cielo, y en viéndolo, di: ¡He ahí el trono que me prepara Dios! Todo pasa, sólo la eternidad perdura. Pasaron nuestros hermanos, pasamos también nosotros y nuestros descendientes nos seguirán. (San Euquerio).

La paciencia 
Orad por los que sufren.

ORACIÓN

   Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardadlo con protección constante por vuestros bienaventurados mártires y Soberanos Pontífices Sotero y Cayo, a quienes constituisteis pastores de toda la Iglesia.  Por J. C. N. S.

sábado, 21 de abril de 2012

SANTORAL 21 DE ABRIL


  • San Anselmo de Canterbury, Obispo y Doctor
  • San Ananías,
  • San Simeón Barsabas,
  • San Anastasio I de Antioquía,
  • San Beunón, Abad
  • San Simeón Barsabas, Mártir
  • San Conrado de Parzham

21 de abril


SAN ANSELMO,
Obispo, Confesor y Doctor



El humo de sus tormentos estará  
subiendo por los siglos de los siglos,
sin que tengan descanso ninguno
de día ni de noche.
(Apocalipsis, 14, 11).

   San Anselmo dejó el mundo en la flor de su edad, y entró en el monasterio de Bec. Elegido arzobispo de Cantórbery, con tanta bondad y dulzura dirigió el rebaño confiado a sus desvelos, que ganó el afecto general. Fue su administración, dulce y, sin embargo, de una prudente firmeza, como lo probó defendiendo valientemente los derechos de la Iglesia Romana contra el rey de Inglaterra a quien debía el episcopado. Poco antes de su muerte, impedido por su extrema debilidad de celebrar el Santo Sacrificio, se hizo llevar todos los días a la iglesia para oír Misa. Murió en 1109.  

  MEDITACIÓN
EL PECADO MORTAL
MERECE PENA ETERNA

   I. Es artículo de fe que todo hombre que muere en pecado mortal es condenado al fuego del infierno. Después de millones y millones de años, esas míseras víctimas de la cólera de Dios estarán apenas comenzando recién su suplicio. Implorarán la muerte, mas ella no acudirá en su auxilio. Eternidad, ¡qué espantoso es tu recuerdo! No nos pide Dios sino muy poco para que evitemos esta muerte eterna, y no que remos obedecerle. (San Agustín).

   II. Es justo que los pecadores sufran suplicios eternos, puesto que ofendieron a una Majestad infinita. Es preciso que los condenados sufran tormento mientras perduren en estado de culpa; ahora bien, en él permanecerán durante toda la eternidad, porque han muerto en su crimen y en el infierno no hay perdón que esperar. Los condenados conocieron cuan do vivían a qué desgracia se precipitaban pecando, Dios los amenazó con ella para apartarlos del pecado; no obstante, ellos prefirieron ofenderle. ¿No es justo, acaso, que el impío viva siempre para sufrir siempre, puesto que hubiera querido vivir siempre a fin de poder pecar siempre?

   III. Los condenados no podrán, mediante ningún sufrimiento, purificarse ni siquiera de un solo pecado mortal. Tanta es la malicia del pecado que si Dios lo castigara según el rigor de su justicia, ni la suma de satisfacciones de todos los hombres, aun cuando sufriesen penas infinitas durante toda la eternidad, podría expiar una sola falta mortal: es un Dios el ofendido, y es un hombre el que satisface. En fin, Dios es justo, y si castiga un solo pecado mortal con una eternidad de penas, es porque el pecado merece este espantoso castigo.

El pensamiento del infierno 
Orad por los herejes
y los cismáticos.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis instruido a vuestro pueblo sobre los caminos de salvación por ministerio del bienaventurado Anselmo, haced, os lo suplicamos, que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien en la tierra nos disteis como doctor y guía.   Por J. C. N. S.

viernes, 20 de abril de 2012

SANTORAL 20 DE ABRIL



  • San Teótimo, Obispo y Confesor
  • Santa Inés del Monte Pulciano, Virgen
  • Santa Hildegunda
  • San Marcelino de Embrun
  • San Marciano o Mariano
  • Beato Hugo de Anzy
  • Beato Simón de Todi

20 de abril



SAN TEÓTIMO,
Obispo y Confesor

¿Tan necios sois, que habiendo comenzado
por el Espíritu, termináis ahora en la carne?
(Gálatas, 3, 3).

   San Teótimo honró a Dios entre los pueblos bárbaros de la Escitia, a los cuales instruía en la fe, tanto por medio de conversaciones piadosas cuanto por sus predicaciones. Un bárbaro alzó la mano para apoderarse de él y quedó inmóvil en el aire hasta que el Santo hubo hecho oración por él. Esos pueblos, asombrados por su extraordinaria abstinencia, por su dulzura, por su caridad y milagros, llamábanle dios de los romanos. Murió hacia el año 403.

  MEDITACIÓN
SOBRE  LAS CAUSAS DE NUESTRO
RELAJAMIENTO EN LA VIRTUD

   I. Tengamos cuidado de no relajar nuestro fervor en el servicio de Dios. Dios, a quien servimos, es constante e inmutable; es siempre el mismo, no amengua su amor por nosotros; imitemos esta constancia. Repasemos en nuestro espíritu los años transcurridos: ¿no hemos sido antes más fervientes que ahora? Acuérdate de dónde has caído. Haz tus primeras obras, no sea que otro reciba tu corona. (Apocalipsis).

   II. Nuestra relajación tiene, de ordinario, dos causas: la primera, es una excesiva confianza en nuestras buenas obras pasadas. Una vez que hemos confesado los pecados que nos hacían temer el infierno, ya pensamos que podemos vivir seguros. Mas, ¡cuán infundada es nuestra confianza! Aun en el caso de que estuvieras seguro de estar en gracia de Dios, ¿quién te asegura que perseverarás en ella hasta la muerte? Tiembla, y trabaja seriamente en tu salvación. El demonio inspira la tranquilidad a fin de que las al mas se pierdan más fácilmente. (San Euquerio).

   III. La otra causa de relajamiento en el servicio de Dios es que nos cansamos en el camino de la virtud: las austeridades, las mortificaciones, y esta vida que contraría enteramente a la naturaleza, disgustan al cuerpo. Sublévase el espíritu al pensamiento de una penitencia de acaso cuarenta y cincuenta años. Mas, ¿quién te ha prometido ni siquiera un día de vida? No pienses sino en el día en que vives, en la acción que ejecutas al presente. Hazla bien, y no te atormentes de gusto por un porvenir incierto. Pasemos santamente el tiempo de nuestra vida, ya que tan rápidamente se desliza. Nuestros días pasan veloces; plegue a Dios que pasen bien. (San Cesáreo).

El fervor 
Orad por el aumento de la virtud

ORACIÓN

   Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Teótimo, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación.  Por J. C. N. S.

jueves, 19 de abril de 2012

SANTORAL 19 DE ABRIL



  • San León IX, Papa y Confesor
  • San Vicente de Colibre, Mártir
  • Beato Jaime Ducket, Mártir
  • San Alfegio de Canterbury, Mártir
  • San Expedito,
  • San Usmaro, Abad
  • Beato Bernardo El Penitente

19 de abril


SAN LEÓN IX,
 Papa y Confesor



Os conjuro que os portéis con toda humildad
y mansedumbre, con paciencia, soportándoos
unos a otros con caridad.
(Efesios, 4, 1-2).

   Tanta era la humildad de San León IX, que confesó públicamente sus pecados para convencer de su indignidad a los que querían elevarlo al sumo pontificado. El efecto fue contrario al que esperaba: se confirmó su elección. Cumplió los deberes de su cargo con celo infatigable y una dulzura que nunca desmintió. Cuando reprendía a alguien por sus faltas, la abundancia de sus lágrimas probaba cuánto compadecía su corazón las miserias de su prójimo. A punto de morir y después de haber recibido la Extremaunción, se hizo llevar ante el altar de San Pedro y rezó allí una hora. Vuelto después al lecho, oyó misa, recibió el Santo Viático y entregó su espíritu. Era el 19 de abril de 1054.   

  MEDITACIÓN DE CÓMO  
ADVERTIR AL PRÓJIMO
SOBRE SUS FALTAS 

   I. Estás obligado a advertir caritativamente a tu prójimo sus defectos. Si eres su superior, el deber de tu cargo te impone esta obligación; si eres su amigo, la amistad te concede esta libertad; si adviertes a tu hermano, él se corregirá, y tú habrás ganado su alma para Dios. ¿Puedes hacerle mayor servicio? Si descuidas hacerlo, te expones a dejarlo vivir y morir en su crimen, cuando hubieras podido prevenir a ese desventurado. Y tú, ¿cómo recibes las advertencias de tus superiores?

   II. Aunque fastidies al amigo advirtiéndole sus faltas no lo dejes de hacer: es tu deber. Acaso ten gas una opinión demasiado mala de él y es más humilde de lo que piensas. Después de todo, ese pecador es un enfermo a quien se aplican remedios aunque no lo quiera; cuando se cure te agradecerá el servicio que le hiciste. Si él falta a su deber, tú no faltes al tuyo. Considera las obligaciones que pesan sobre ti y no tengas en cuenta a las personas. No perdones a tu prójimo, cuando se trata de salvar su alma. (San Jerónimo).

   III. Pero, si hay motivo para creer que tu advertencia será más bien dañosa que útil, con razón la omitirás o dilatarás para mejor ocasión. A menudo la manera de hacer a alguien incorregible es advertirle sus faltas inoportunamente. Según el refrán popular, hay que dorarle la píldora al enfermo, para que la acepte. ¿Quieres corregir a tu hermano? Ad viértele, llora y reza a Dios; reprende entonces a tu hermano, exhórtale, dale buenos consejos, demuéstrale mucha amistad a ese pobre pecador. (San Juan Crisóstomo).   

La caridad
Orad por los que están
en estado de pecado mortal.

ORACIÓN

   Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado Sumo Pontífice León, a quien habéis constituido pastor de toda la Iglesia.  Por J. C. N. S.


miércoles, 18 de abril de 2012

El superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha aceptado el preámbulo doctrinal (Le supérieur de la Fraternité Saint-Pie-X a accepté le préambule doctrinal)





Gracias por la traducción:

“El superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha aceptado el preámbulo doctrinal propuesto por la Santa Sede, con ligeras modificaciones”, dijo el 17 de abril de 2012 por la noche el sitio de noticias religiosas Vatican Insider. Según las mismas fuentes, la respuesta de los lefebvristas a los documentos que les fueron presentados por Roma en septiembre pasado, aún no ha sido evaluada por Benedicto XVI, que ha intensificado, desde el inicio de su pontificado, las acciones en favor de la reconciliación. Si esta información se confirma, marcaría el final de una separación de casi 24 años.

La respuesta de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) “llegó al Vaticano y es positiva”, escribe el vaticanista Andrea Tornielli. Este último asegura que “la confirmación oficial del arribo de esta respuesta debe producirse en las próximas horas”.

El 16 de marzo, después de varios meses de debates e intercambios, la Congregación para la Doctrina de la Fe había dado un mes a los sucesores de monseñor Lefebvre para proporcionar “aclaraciones” con respecto a su posición sobre el “preámbulo doctrinal” presentado el 14 de septiembre de 2011, con el fin de evitar “una ruptura eclesial con consecuencias dolorosas e incalculables.” La suscripción de este preámbulo permitiría a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, separada de Roma desde junio de 1988, alcanzar la comunión plena y obtener una estructura jurídica en la forma de una prelatura personal.

Según Vatican Insider, el obispo Bernard Fellay había propuesto “algunos cambios no sustanciales” del texto presentado por Roma en el mes de septiembre. Este preámbulo ―que permanece confidencial hasta el momento― contiene en particular la “profesión de fe” que debe pronunciar cualquier persona que desee asumir un cargo ejercido en nombre de la Iglesia, de acuerdo con los criterios de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El que suscriba esta profesión de fe “se adhiere a las doctrinas que se establecen, ya sea por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos, enunciadas cuando ejercen el magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas por un acto definitivo.”

No es imposible, explica Tornielli, que los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe examinen la respuesta de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X a principios de mayo. Sin embargo, según él, se tardará “algunas semanas adicionales” para que se concrete la prelatura personal acordada a los lefebvristas.

“Le supérieur de la Fraternité Saint-Pie-X a accepté le préambule doctrinal proposé par le Saint-Siège, avec quelques légères modifications“
http://www.fecit-forum.org/forum.php?id=15957

“Le supérieur de la Fraternité Saint-Pie-X a accepté le préambule doctrinal proposé par le Saint-Siège, avec quelques légères modifications“, a indiqué dans la soirée du 17 avril 2012 le site d’informations religieuses Vatican Insider. Selon les mêmes sources, la réponse des lefebvristes au document que lui avait soumis Rome en septembre dernier doit encore être évaluée par Benoît XVI qui a multiplié les gestes, depuis le début de son pontificat, en faveur de la réconciliation. Si cette information était confirmée, elle marquerait la fin d’une séparation de près de 24 ans.

La réponse de la Fraternité Saint-Pie-X (FSSPX) “est arrivée au Vatican et elle positive“, écrit encore le vaticaniste Andrea Tornielli. Ce dernier assure qu’une “confirmation officielle de l’arrivée de cette réponse devrait avoir lieu dans les prochaines heures“.

Le 16 mars dernier, au terme de plusieurs mois de discussions et d’échanges, la Congrégation pour la doctrine de la foi avait donné 1 mois aux héritiers de Mgr Lefebvre pour fournir des “éclaircissements“ concernant sa position sur le “préambule doctrinal“ soumis le 14 septembre 2011, et cela afin d’éviter “une rupture ecclésiale aux conséquences douloureuses et incalculables“. La souscription à ce préambule devait permettre à la FSSPX séparée de Rome depuis juin 1988 de parvenir à la pleine communion et d’obtenir une structure juridique sous la forme d’une prélature personnelle.

Selon Vatican Insider, Mgr Bernard Fellay aurait proposé “quelques modifications non substantielles“ du texte soumis par Rome en septembre dernier. Ce préambule – resté confidentiel pour l’heure – contiendrait en particulier la “profession de foi“ prononcée par quiconque souhaite assumer une charge exercée au nom de l’Eglise, selon les critères de la Congrégation pour la doctrine de la foi. Celui qui souscrit à cette professio fidei “adhère aux doctrines qui sont énoncées, soit par le pontife romain, soit par le collège des évêques, lorsqu’ils exercent le magistère authentique, même s’ils n’ont pas l’intention de les proclamer par un acte définitif“.

Il n’est pas impossible, explique encore Andrea Tornielli, que les membres de la Congrégation pour la doctrine de la foi examinent la réponse de la FSSPX début mai. Toujours selon lui, il faudra “quelques semaines supplémentaires“ afin que soit mise en place la prélature personnelle accordée aux lefebvristes. 
AMI/© I.MEDIA

SANTORAL 18 DE ABRIL



18 de abril


SAN ELEUTERIO, 
Obispo y Mártir



Todo aquél que comete pecado
es esclavo del pecado.
(Juan, 8, 34).

   Las numerosas conversiones que obró este santo obispo en Iliria excitaron contra él el odio de los paganos, que lo denunciaron a los magistrados. Detenido y conducido a Italia, fue asado en una parrilla, colocado después en un lecho de hierro calentado al rojo y, por fin, sumergido en una caldera de aceite y pez hirviendo. Como saliera sano y salvo de todos estos suplicios fue arrojado a los leones, que no le hicieron ningún mal. Finalmente, fue golpeado con varas hasta que murió a la vista de su madre, Santa Antea, y fue al cielo a gozar de la libertad de los hijos de Dios, libertad que ya presagiaba su nombre Eleuterio, es decir, hombre libre.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA LIBERTAD DE LOS  
SERVIDORES DE DIOS

   I. No existe servidumbre más cruel que la de los libertinos e impíos: se dicen libres y gimen bajo la más vergonzosa de las esclavitudes: la del pecado. Tantos tiranos tienen cuantas pasiones; están cargados con tantas cadenas como vicios y malas costumbres tienen. Viene la pasión y dice: Eres mío. Vienen todos los vicios y dicen: Eres mío. ¡Qué vil esclavo es quien obedece a tantos señores! (San Ambrosio) .

  II. Verdaderamente es libre quien sirve a Dios y le obedece, pues no tiene entonces sino un solo Señor, el cual nada ordena que no esté de acuerdo con la razón y que no sea para nuestro mayor bien. El servicio voluntario y razonable que le rendimos nos libra de la vergonzosa tiranía del demonio, del pecado y de nuestras pasiones. ¡Ah! si mi libertad es un bien inestimable, si es el mayor de todos los tesoros, ¿a quién lo sacrificaría mejor que a Vos, Dios mío, que me la habéis dado? Obedecer a Dios, es ser libre.

   III. Para gozar de una entera y perfecta libertad en este mundo, no se ha de temer ni amar sino a Dios. Todos los suplicios, todas las aflicciones imaginables, todos los placeres y todas las grandezas del mundo, no podrán obligarte a cometer la más mínima falta. De cuántas penas, temores y dolores te librarías, si grabases profundamente en tu espíritu este pensamiento: ¡No temer sino a Dios, no amar sino a Dios! El malo no puede ser libre. (Séneca).

El perdón de las injurias 
Orad por vuestros enemigos.

ORACIÓN

   Dios todopoderoso, mirad nuestra flaqueza y cómo nos agobia el peso de nuestras obras y fortificad nos por la gloriosa intercesión de San Eleuterio, vuestro mártir.  Por J. C. N. S.

SANTORAL 17 DE ABRIL



17 de abril



SAN ANICETO,  
Papa y Mártir

El que me sirve, sígame; que donde yo estoy,
allí estará también el que me sirve,'
y a quien me sirviere, lo honrará mi Padre.
(Juan, 12, 26).

   Aniceto, sirio de nacimiento, gobernó la Iglesia unos diez años, alrededor del 160. Combatió con celo las herejías de Valentino y de Marción y de tuvo, por su vigilancia, los estragos que causaban entre los fieles. Aunque no derramó materialmente su sangre por la fe, los sufrimientos que debió sufrir y los peligros a los que estuvo expuesto le han merecido el título de mártir.  

  MEDITACIÓN SOBRE  LA HONRA
QUE DEBEMOS A LOS SANTOS

   I. Dios honra a sus servidores en la tierra y en el cielo. ¡Qué gloria es para los santos hacer milagros dando órdenes a la naturaleza, ver a los reyes y a los soberanos pontífices prosternados ante sus reliquias, y ver tantas iglesias y altares erigidos en su memoria! ¡Qué honor para ellos en el cielo ser servidores, hijos y favoritos de Dios! ¡Ah! Señor, ¡cuánta razón tenía David para exclamar: Tus amigos son demasiado honrados, oh Dios mío! Ambiciosos, he aquí honores inmortales que podéis y que debéis buscar.

   II. Honra las reliquias y las imágenes de los santos, adorna sus altares y sus iglesias. Esta devoción es agradable a Dios y te será muy útil. Dios ha dado a los santos poder para curarte de muchas enfermedades, para socorrerte en tus aflicciones; invócalos, no han dejado de ser caritativos: son tus hermanos, padecieron los males que te hacen gemir. Y no carecen de poder: son los favoritos de Dios omnipotente.

   III. Imitemos a los santos, es el mayor honor que podemos tributarles. Leamos sus vidas, y en cada una de ellas elijamos una virtud que podamos imitar. ¿A qué santo imitamos? ¿No hay alguno entre ellos que haya vivido en condiciones semejantes a las nuestras? Siguiendo su ejemplo, desapeguémonos de las comodidades de la vida, para go zar con ellos de las delicias eternas. Sacrifiquemos con gusto los bienes de la tierra para conservar los del cielo. (Tertuliano).

La devoción a los santos 
Orad por la conversión de los herejes.

ORACIÓN

   Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño, y protegedlo con protección constante por vuestro mártir y Sumo Pontífice Aniceto, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia.  Por J. C. N. S.

lunes, 16 de abril de 2012

SANTORAL 16 DE ABRIL



16 de abril


SAN BENITO JOSÉ LABRE 
Peregrino



Si alguno de vosotros se tiene por sabio según
el mundo, hágase necio (a los ojos del mundo)
a fin de ser sabio (a los ojos de Dios).
(1 Corintios, 3, 18).

   Benito pasó la mayor parte de su vida haciendo peregrinaciones. Iba casi siempre con los pies des calzos tanto en invierno como en verano, vestido con harapos, Y sin provisiones para el día siguiente. Vivía de limosnas, pero no mendigaba, nunca conservaba sino lo estrictamente necesario, y partía con los pobres lo que se le daba por caridad. Pasó sus últimos años en Roma, orando días enteros en las iglesias; por la noche retirábase a unas ruinas para descansar algunas horas. Cayó desvanecido en las escalinatas de Nuestra Señora de los Montes y fue transportado a una casa vecina donde pronto se durmió en el sueño de los justos, el 16 de abril de 1783, a la edad de 35 años.

  MEDITACIÓN SOBRE  LA VIDA
 DE LOS BIENAVENTURADOS

   I. La sabiduría del mundo consiste en amontonar riquezas; ¡por eso trata de locura a la pobreza evangélica! ¡Oh bella y gloriosa locura que nos ase meja a Jesucristo, Hijo de Dios, Sabiduría encarna da! San Benito José Labre profesó esplendorosa mente esta locura; con ardor abrazó esta pobreza. Sabía que las riquezas cautivan el corazón, Y a su corazón lo quería libre para Jesucristo, su único Señor. ¡Ay! ¡que no tengamos nosotros el Valor de imitarlo! Aprendamos por lo menos a honrar la pobreza, y a asociarnos a los méritos de los pobres; de Jesucristo aliviando su miseria.

   II. Los prudentes del siglo van sin cesar tras el placer: Benito toma el camino trazado por Jesucristo, su Maestro y su Modelo. Debiendo elegir entre el gozo y la cruz, elige la cruz, porque sabe que es menester pasar por mil tribulaciones para llegar al cielo. El mundano consiente, para gozar de algunos placeres efímeros, en ser objeto de suplicios sin fin; el cristiano soporta penas pasajeras para merecer un gozo eterno. Dime cuál es el sabio y cuál el loco, y conforma tu conducta a tu respuesta. ¡Qué! ¿no podremos vivir sin placer, nosotros que debemos morir con placer? (Tertuliano).

   III. El mundo busca, afanosamente, reputación y gloria; nuestro santo, abatimiento y oprobios. Saborea en las ignominias un gusto que hace que las bus que con avidez. Se lo carga de injurias, se lo persigue a pedradas, dice a uno que quiere defender le: Déjalos; si supieses tú quien soy te unirías a ellos. ¡Cuán diferente a la suya es nuestra conducta!, y sin embargo, ¿no tenemos nosotros, por ventura, que ganar el mismo cielo? Si deseas gloria, desea la verdadera y durable.

El respeto a los pobres 
Orad por los indigentes.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis querido que San Benito José se adhiriese únicamente a Vos por el amor a los desprecios y a la pobreza, concedednos, en vista de sus méritos, la gracia de despreciar las cosas de la tierra y buscar los bienes del cielo.   Por J. C. N. S.

domingo, 15 de abril de 2012

SANTORAL 15 DE ABRIL



15 de abril


SANTA LUISA DE MARILLAC, 
Viuda




Es necesario que este cuerpo corruptible
sea revestido de incorruptibilidad,
y que este cuerpo mortal sea revestido
de inmortalidad.
(1 Corintios, 15,53).

   Santa Luisa de Marillac nació en 1591. Se casó con Antonio Le Gras, y vivió dichosa con él hasta 1625, año en que quedó viuda. Fue entonces el brazo derecho de San Vicente de Paul en el establecimiento de las Hijas de la Caridad, que fundó con él. Era una mujer de gran inteligencia, de ánimo templadísimo y de admirable resistencia, a pesar de su delicada salud. Murió en el año 1660.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA RESURRECCIÓN 
DE LOS MUERTOS

   I. Todos resucitaremos: es una verdad muy consoladora para las almas santas. Sí, este cuerpo ahora en el oprobio, en el dolor y la pobreza, este cuerpo, será un día glorioso, inmortal, sutil, impasible y semejante a los espíritus. ¡Con qué júbilo las almas de los santos volverán a los cuerpos que fueron sus compañeros de trabajo e instrumentos de su victoria! Ánimo, cuerpo mío; resucitaremos, y tu gloria será proporcional a los sufrimientos que hayas soportado por Jesucristo. Yo veré a Dios, mi Salvador, en mi carne. (Job).

   II. Los malos resucitarán, pero, ¡ay! ¡qué horror sentirán al retomar sus cuerpos que han sido la causa de su condenación! ¿Nada menos que tú, dirán esos míseros, nada menos que tú, que eres podredumbre, has perdido a un alma inmortal? ¡Qué! ¡por estos ojos, estas manos, este corazón, esta boca, esta lengua, este cuerpo he perdido mi alma! Piénsalo a menudo: "Un día, me encontraré con este mismo cuerpo en el valle de Josafat; ¿en qué estado será?"

   III. Los bienaventurados irán, en cuerpo y alma, al cielo después de la resurrección de los muertos, y los condenados descenderán al infierno con sus cuerpos semejantes a tizones ardientes. Está en tus manos hacer glorioso a tu cuerpo o hacerlo maldito para siempre. Amemos los júbilos que deben durar eternamente; temamos los tormentos eternos reservados para los que se condenan. (San Gregorio).

La esperanza 
Orad por los afligidos.

ORACIÓN

   Escuchadnos, Señor, Dios Salvador nuestro, y haced que, así como nos alegramos con la fiesta de Santa Luisa, así también obtengamos provecho alcanzando sentimientos de piedad y devoción.   Por J. C. N. S

SERMÓN DE LA DOMÍNICA IN ALBIS



DOMINGO IN ALBIS


Visto en: Radio Cristiandad
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: La paz sea con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: La paz sea con vosotros. Luego dice a Tomás: Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Tomás le contestó: Señor mío y Dios mío. Dícele Jesús: Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

Sabbatum in albis depositis: sábado en que se deponen los vestidos blancos. Así reza el título completo de la solemnidad de ayer.

La Liturgia se mueve en torno de la Ceremonia que antiguamente tenía lugar en esta fecha.

Introduzcámonos en su ambiente para mejor aprender la lección que nos da.

En la gran Vigilia del Sábado Santo recibían los catecúmenos el Bautismo. Durante dicha ceremonia se les engalanaba con un ropaje blanco, símbolo de la inocencia bautismal. Cubiertos de ese vestido de inocencia, asistían los neófitos a los oficios durante toda esta semana.

Entresacados de esta forma del grupo de los demás fieles, constituían como la porción escogida de la Iglesia; por eso se dirigía tantas veces a ellos nuestra Madre; por eso se hace tan frecuentemente referencia a la gracia bautismal en las Misas durante la Octava de Resurrección. Ellos eran los que realmente habían resucitado con Cristo.

El último día de la semana, volvían los neófitos a San Juan de Letrán. Era ésta la última vez que aparecían de blanco ante la multitud de los fieles. En la misma Basílica donde se les impuso ocho días antes la vestidura que simbolizaba la inocencia de sus almas, la deponían hoy, dejándola allí guardada como recuerdo de la gracia bautismal y como monumento que diese testimonio ante Dios y ante la Iglesia de las promesas hechas en el santo Bautismo.

Comprendemos, pues, las exclamaciones de júbilo de la Iglesia; es la madre que se regocija por última vez con la vista de sus más tiernos retoños.

Nosotros sustituimos en la actualidad a los neófitos. A nosotros, por tanto, van dirigidas las expresiones de júbilo de la Iglesia. Alegrémonos, pues, y regocijémonos en este día que hizo el Señor.

Llenémonos de santo orgullo. Tenemos sobrados títulos para ello.

Somos el pueblo que libertó Dios lleno de alborozo. Somos un linaje escogido, un sacerdocio real, gente santa, pueblo conquistado por Dios para que pregonemos las grandezas de Aquél que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable. No éramos de su pueblo, y ahora somos el pueblo de Dios; no habíamos alcanzado misericordia, y ahora la hemos obtenido.

Con estas palabras de San Pedro, nos habla la Iglesia en la Epístola de ayer.

Alabemos, pues, el Nombre del Señor, inmolemos, cristianos, hostias de loor a la Víctima pascual, porque el Cordero ha redimido a las ovejas; Cristo, inocente, reconcilió al Padre con los pecadores, así dice la Secuencia de Pascua.

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Los neófitos deponían las vestiduras blancas para que su nitidez diese fe ante el Juez divino de la gracia con que fueron engalanados por el Bautismo, y al cotejo de esa blancura apareciesen mejor las manchas del alma. Algo así se nos dijo también nosotros el día de nuestro Bautismo.

Al quedar cubiertos con el níveo vestido, símbolo de la gracia, oímos de boca del sacerdote aquellas palabras: Recibe esta vestidura cándida, y preséntala irreprensible ante el Tribunal de Nuestro Señor Jesucristo, a fin de que poseas la vida eterna.

Nosotros contestamos: Amén, por boca de nuestros padres y padrinos.

Ese Amén significa otro tanto como: Así ha de ser, así lo prometo.

Ahora bien, al recordar en estos instantes nuestra promesa, nuestro Amén, ¿se sonroja acaso nuestra conciencia, o nos sentimos llenos de satisfacción?

En este último caso, demos gracias infinitas por la incomparable merced de que el Cielo nos ha hecho partícipes.

Empero, si perdimos ya la nívea blancura de la gracia, acusémonos ante el Tribunal de Dios, antes de que el vestido bautismal lo haga por sí mismo un día con voces de condena.

La Santa Madre Iglesia nos proporciona con la confesión un medio de purificación por el que adquirimos de nuevo la blancura de la gracia.

Pero después de aprovechado ese medio de salvación, procuremos poner empeño en conservar esa segunda gracia.

Recordemos que en el momento del Bautismo renunciamos a Satanás, a sus obras y a sus pompas, y no adoremos más los ídolos que una vez quemamos.

Recordemos que nuestro entendimiento se entregó rendido al Dios Uno y Trino, y no queramos retirar la palabra que dimos en ocasión tan solemne.

A Él nos consagramos al recitar el Credo, y a Él le pertenecemos eternamente.

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El Evangelio de ayer mira también a los neófitos. Pedro y Juan corren al sepulcro, y al llegar a él ven depuestos los lienzos, y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús, aunque no con los demás lienzos, sino separado y doblado en lugar aparte.

Estos lienzos vienen en el presente día a cobrar valor simbólico. Jesús, al resucitar, deja en el sepulcro las reliquias de este mundo. También nosotros hemos de abandonar los vestidos del hombre viejo, para revestirnos de Cristo.

Así nos lo enseña la Iglesia en la Epístola de ayer: Carísimos, depuesta toda doblez y todo engaño, y los fingimientos y envidias, y todas las detracciones, como niños recién nacidos, apeteced con ansia la leche del espíritu, sin mezcla de fraude; a fin de que con ella vayáis creciendo en salud, si es que ya habéis saboreado cuán dulce es el Señor. Acercaos a Él como a piedra viva que es desechada, es verdad, por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios. Y vosotros mismos sed como piedras vivas asentadas sobre Él para formar un templo espiritual.

Dejemos influenciar nuestras almas por tan sana doctrina. Pongámosla en práctica. Revistámonos de Nuestro Señor Jesucristo.

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El Aleluya pascual es el grito de júbilo por la Redención que nos ha merecido Cristo. Por eso saltó nuestra alma de gozo al escucharlo en la Vigilia del Sábado Santo. La Santa Iglesia estaba tan repleta de ese júbilo en el Espíritu Santo, que hasta para despedir a los fieles del templo después de la Misa usó el Aleluya.

Así ha continuado durante los días de la Octava pascual; la vista de la pequeña grey de los redimidos por Cristo en el Bautismo daba cada vez nueva actualidad a su primer gozo.

Ayer repitió por última vez su jubilosa despedida: Ite, Missa est, Aleluya Aleluya.

Al destetar a sus hijitos, a los recién nacidos, y quitarles los vestidos de infancia, terminan para Ella los días pascuales propiamente dichos. Cantemos hoy ese Aleluya con particular aire de triunfo, y prometamos con ello, solemnemente, que nunca hemos de sombrear el rostro risueño de la Madre Iglesia con las angustias que le provocan los pecados.

Esa vestidura mística no podemos deponerla como aquella otra que la simbolizaba; al contrario, debemos revestirnos de ella cada vez de nuevo, transformarnos más y más en Cristo. ¿Qué puede haber de más íntimo a una persona que el vestido que lleva? Eso, y aun más, debe ser Jesucristo para nuestras almas.

La Santa Liturgia pone es nuestros labios esta oración: Te rogamos, Señor, nos concedas que, mediante estos misterios de Pascua, nos colmes siempre de beneficios, a fin de que la constante reiteración de los misterios de nuestra espiritual reparación, nos sea causa de perpetua alegría.

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Hoy, Domínica In Albis, era el primer día que aparecían los neófitos en el templo con sus vestidos ordinarios. Comprendemos, pues, el título de Dominica in albis depositis, que lleva este día.

A ellos, los nuevos cristianos, continúa dirigiéndose la Iglesia. Coloquémonos en sus filas para aprovecharnos de las enseñanzas de la Liturgia.

La Santa Madre Iglesia ve en torno suyo a los hijos que van a separarse de su regazo para bregar en medio de un mundo corrompido.

Presiente días amargos, luchas, defecciones. Teme se pierdan al contacto del mundo; y ansiando verse un día rodeada de todos ellos en la gloria, les recomienda el espíritu de fe.

Eso es lo que nos enseña con el ejemplo de Santo Tomás y las lecciones de San Juan.

Tomás no estaba con los Apóstoles cuando vino Jesús. Se separó de ellos en los días amargos, y se privó así del consuelo de ver al Señor resucitado.

Jesús no abandona a Tomás. Va en busca de la oveja errante. Pero si se deja ver de él, es cuando le encuentra entre sus compañeros. La deficiencia de uno redundó en bien de todos.

Pidamos al Señor nos atraiga tan fuertemente a Sí, que nunca nos separemos de Él.

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La Iglesia quiera despertar en sus hijos la conciencia de la alteza de su vocación, de la fe recibida, y así les deja oír la bienaventuranza de Cristo: Bienaventurados los que no vieron y creyeron.

¡Qué consuelo! No necesitamos envidiar a los felices mortales que vieron al Señor y se solazaron con su presencia. Somos más dichosos que ellos. El propio Salvador lo ha dicho. No lo olvidemos.

Pero tengamos entendido que la fe debe convertirse en vida. Exige que acoplemos nuestras obras a los postulados del Credo, que lo hagamos con alegría, y que miremos todas las cosas terrenas a través del prisma sobrenatural.

No es cualquier cosa lo que se nos exige; pero es poco todavía en comparación del inestimable premio de ver a Jesús. Elevémonos a esas alturas.

Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. Todo lo que nace de Dios vence al mundo.

Los regenerados por el Bautismo, los hijos de Dios, llevan en sí el secreto de la victoria del mundo, y ese secreto es la fe.

Ella nos hace superiores a las pasiones. Ella nos fortifica en el cumplimiento de las más pesadas obligaciones. Ella nos hace invulnerables contra los ardides del infierno y del mundo coaligados, que aunque logren matar el cuerpo animal, no llegan con sus flechas al alma.

Perezca el cuerpo que puede ser amado por unos ojos que no me interesan. Así exclama una niña, Santa Inés, e inclina intrépida el cuello al verdugo.

La fe la hizo superior a los más crueles enemigos.

Otro muchacho, San Pancracio, ofrece su vida a Dios antes que su incienso a los ídolos. La fe venció también en él. Hermoso ejemplo para, los neófitos reunidos hoy en su templo, en la iglesia de San Pancracio.

Aprendamos nosotros de tan altos modelos a luchar y a vencer.

La Iglesia nos despide hoy esperanzada. No defraudemos su confianza. Mostrémonos dignos de Madre tan caritativa. No decaigamos de la altura moral que exige nuestro estado.

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El poder triunfal de la fe se ve con frecuencia burlado por la desidia del cristiano. ¡Cuántas flaquezas! ¡Cuántas caídas!

También para entonces, para remedio de nuestra flaqueza, tiene previsto la Iglesia remedio.

Hoy nos lo recuerda para nuestro consuelo, al leernos las palabras de la institución del Sacramento de la Penitencia: Recibid el Espíritu Santo. Quedan perdonados los pecados de aquellos a quienes los perdonaréis.

Agradezcamos a Jesús tan insigne beneficio. ¿Qué sería de nosotros, si no poseyéramos esta segunda tabla después del naufragio?

Fortalecidos por la benignidad de Nuestro Salvador, consagrémonos totalmente a su servicio. Él es demasiado generoso, para que no nos demos con todas nuestras fuerzas para amarle y servirle despreciando cuanto el mundo pueda ofrecemos.

Como niños recién nacidos, pero ya con uso de razón y sin malicia, apetezcamos tan sólo la leche espiritual, las cosas de arriba.

Recemos con la Santa Liturgia: Haz, te rogamos, oh Dios omnipotente, que habiendo celebrado las fiestas de Pascua, continuemos con tu gracia realizando su ideal en nuestra vida y costumbres.

P.CERIANI