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miércoles, 18 de agosto de 2010

18 de agosto


  • San Agapito, Mártir
  • Santa Elena, Emperatriz
  • Santos Floro y Lauro, Mártires
  • San Alepio, Obispo de Tagaste  
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

SAN AGAPITO
Mártir

† decapitado hacia el año 274

Dios no nos ha dado un espíritu de temor,
sino de fortaleza y amor y sobriedad.
(2 Timoteo, 1,7)
 


San Agapito, mártir en Prenesta, en la Campaña romana, fue encarcelado a la edad de quince años, azotado con nervios de buey y arrojado después en una espantosa mazmorra, donde quedó abandonado cuatro días sin alimento. Sacándolo de allí, le pusieron brasas encendidas sobre la cabeza, y como no cesaba de dar gracias a Dios, lo suspendieron de los pies encima de un brasero; en seguida arrojaron agua hirviendo y le quebraron las mandíbulas. Por fin, fue arrojado a los leones, y como éstos lo respetasen, se dio término a sus tormentos decapitándolo, hacia el año 274.
 
MEDITACIÓN
SOBRE TRES CUALIDADES
QUE DEBEN POSEER LOS CRISTIANOS


I. Todos los cristianos, pero especialmente los que están constituidos en dignidad, deben poseer tres cualidades. La primera, es el coraje, a fin de sostener los intereses de Jesucristo, y oponerse a la violencia de los que quieren oprimir a los inocentes. Es menester que se expongan a la muerte, si es necesario, por la gloria de Dios y el bien del prójimo. Mucho valor tienes tú cuando se trata de defender tu honra: ¿por qué será que tengas tan poco cuando se trata de la honra de Dios?


II. El espíritu del cristianismo es un espíritu de caridad. Dios no quiere que lo sirvamos con temor servil, sino con amor filial. Es nuestro Rey, sí, pero, también, nuestro Padre; tiene para con nosotros entrañas de misericordia, quiere también que recurramos a Él con entera confianza. ¿Qué hacemos para probarle a Dios que lo amamos? ¿Acaso pensamos solamente en Dios? ¿Acaso hablamos sólo de Él o por Él? ¿Acaso trabajamos sólo para su gloria? Amemos a Dios y nada temamos; pero todo temamos si no le amamos. ¡Que el alma que ama viva sin temor; pero que ella tiemble, si vive sin amor! (San Agustín).


III. La prudencia debe regular todas nuestras acciones; debe hacernos adoptar los medios que pueden conducirnos a la perfección, alejarnos de los extremos perniciosos y hacemos encontrar aquel justo medio en el que se halla la virtud. ¡Plegue a Dios que tengas esta sabiduría del Cielo! ¡Ojalá puedas gustar las cosas de Dios, comprender la vanidad del mundo y prever los suplicios del infierno! (San Ber nardo).




El amor a la sabiduría
Orad por los sacerdotes.


ORACIÓN
 
Que vuestra Iglesia, oh Dios mío, se regocije con el apoyo que encuentra en los sufragios del bienaventurado Agapito, vuestro mártir, y que, sostenida por su gloriosa intercesión, persevere en la piedad y se afiance en la paz. Por J. C. N. S. Amén.

MUJER TRADICIONAL VERSUS MUJER MODERNA ...

Navegando por ahi, me encontre con éste articulo acerca de la mujer "moderna" y sus problemas emocionales por llevar el ritmo de la modernidad. Aqui se ve que no tenemos nada que envidiar las mujeres tradicionales a las " sobre evaluadas mujeres modernas.". La mujer católica tradicional no necesariamente es la mujer sumisa y delicada que bien pueden ser de temple fuerte, llevando a cabo  una de las tareas más dificles del mundo y más placenteras: ser esposas y madres.


 


LA MUJER TRADICIONAL CATÓLICA

Papel de la madre en la formación de sus hijos y en el hogar



“El futuro de un hijo es obra de la madre” (Napoleón)
«¡Feliz el hombre a quien Dios dio una Santa Madre!», dice Lamartine. A pesar de los desvíos de su imaginación, Lamartine conservó siempre el recuerdo de la educación cristiana que le dio su madre. Como dice Joseph de Maistre: «Si la madre tomó como un deber imprimir profundamente en la frente de su hijo el carácter divino, puede estarse prácticamente seguro de que la mano del vicio nunca lo apagará enteramente».
«¡Cuantas otras madres imprimieron profundamente, en el alma de los hijos, el respeto, el culto, la adoración de Dios, de Quien ellas eran para ellos, por la pureza de vida, la imagen viva!
«Como madre, la mujer cristiana santifica al hombre-hijo; como hija, ella edifica al hombre-padre; como hermana, ella mejora al hombre-hermano; como esposa ella santifica al hombre-esposo».



La «raíz» de la santificación
«Yo quiero hacer de mi hijo un Santo»- decía la madre de San Atanasio.
«¡Gracias mil veces, Dios mío por habernos dado por madre una Santa!» - exclamaron por ocasión de la muerte de Santa Emilia sus dos hijos San Basilio y San Gregorio Nazianzeno.
«¿Quién nos dio a San Bernardo, y lo hizo tan puro, tan fuerte, tan abrasado de amor por Dios? Su madre, Aleth.
«Más cerca de nosotros, Napoleón dijo: «El futuro de un niño es la obra de su madre».
Pasteur afirmó: «¡Oh padre mío y madre mía, que vivisteis tan modestamente, es a vosotros que yo debo todo! Tus entusiasmos, mi valerosa madre, tú me los trasmitiste. Si yo siempre asocié la grandeza de la ciencia a la grandeza de la patria, es por que yo estaba impregnado de los sentimientos que tu me habías inspirado».
A algunos que lo felicitaban por tener el gusto de la piedad, el Santo Cura de Ars dijo: «Después de Dios, esto se debe a la obra de mi madre». «Casi todos los santos hicieron remontar los orígenes de su santidad a su propia madre».
La «raíz» de grandes personajes
«Es sobre las rodillas de la madre - dice Joseph de Maistre - que se forma lo que hay de más excelente en el mundo».
«Ella es en el hogar esa llama resplandeciente de que habla el Evangelio, distribuyendo sobre todos la luz de la Fe y el ardor de la caridad divina. A ella incumbe vivificar en la familia la idea de la soberanía de Dios, nuestro primer principio y nuestro ultimo fin, el amor y reconocimiento que debemos tener por su infinita bondad, el temor de su justicia, el espíritu de religión que nos une a Él, la ley de las castas costumbres, la honestidad de los actos y la sinceridad de las palabras, la dedicación y ayuda mutua, el trabajo y la templanza»…


…y de hombres de cualquier condición social
«En la familia obrera -dice Augustin Cochin- la figura dominante es la de la madre. Todo depende de su virtud y acaba por modelarse de acuerdo con ella. Al marido competen el trabajo y el aprovisionamiento del hogar, y a la mujer los cuidados y la dirección interior. El marido gana, la mujer ahorra. El marido alimenta a los hijos, la mujer los educa. El marido es el jefe de la familia, la mujer es su eslabón de unión con ella. El marido es la honra del hogar, la mujer su bendición».
Madre Católica: «raíz» del heroísmo
«El Vizconde de Maumigny escribió:

«Debemos a nuestras madres y hermanas el fondo de honra y de devota y caballeresca dedicación que es la vida de Francia. Nosotros les debemos la Fe católica. Discípulas de la Reina de los Apóstoles y de los Mártires, las madres hicieron pasar sus corazones a los de los hijos…».

«María Santísima, el modelo de las madres les enseñó cómo se sacrifica un hijo único a Dios y a la Iglesia. Al oír las narraciones de esas inmolaciones sublimes (este texto fue redactado en 1862, cuando los Zuavos Pontificios derramaban su sangre para defender la Santa Sede), Pío IX comentaba: «¡No, La Francia que produjo tales santas no perecerá jamás!».




La primera vez que la heroica viuda de Pimodan vio al Papa, no le dijo: «¡Oh, Santo Padre, devolvedme a mi marido!», si no que dijo: «¡Oh, decidme que él está en el Cielo!». Y cuando Pío IX respondió: «No rezo más por él», ella no preguntó nada más, pues entendió que era viuda de un mártir, y eso bastaba.

«En Castelfidardo los Zuavos Pontificios combatían bajo los ojos de sus madres, presentes en su pensamiento y entre las paredes del santuario donde la Reina de los Mártires engendró al Rey de los Mártires. Todos, mientras marchaban contra el enemigo, repetían esta frase de uno de ellos: «Mi alma a Dios, mi corazón a mi madre, mi cuerpo a Loreto». A la madre de ellos, a María Santísima, que a todos inspiraba, revierte la honra de la batalla. Como otrora los Cruzados, y más tarde los Vandeanos, fue sobre las rodillas de las madres que ellos aprendieron a morir por Dios, por la Iglesia y por la Patria.»

(Mons. Henri Delassus, L”Esprit Familial dans la Maison, dans la Cité et dans l”État, Société Saint-Augustin).



   VS
LA MUJER MODERNA


 LA MUJER ALFA


por Mariaté Gómez López


Son las 7 de la mañana Josefina  abre la puerta y la ve, su rostro un poco desencajado solo un poco, ya que a Paty  su  amiga, no le agrada mostrar  debilidad. Sonriente como un riachuelo le dice muy rápido -no sabes cómo te agradezco que lo cuides,  de inmediato  deposita en los brazos de Josefina  a su pequeño tesoro de 4 meses, una enorme maleta con todo lo necesario para cubrir las necesidades del pequeño, le da un beso en la mejilla y sale disparada  diciendo:

–Tienes mi número privado llámame si algo urge.


Ella la  ve como se aleja junto con sus pantalones de tela fina y corte perfecto  con una velocidad  intensa como su vida si, muy intensa; desde que la conoce no para,  está casada por segunda ocasión y desde que el juzgado puso en custodia a sus otros dos pequeños producto de su primer  intento de tener un nido, casi no duerme pero en esta ocasión no quiere cometer más errores, es por eso que le ha pedido a Josefina su mejor amiga que cuide de su bebé, quiere prever que Juan, su nuevo esposo, no la presione para que abandone el trabajo y; como abandonarlo si él gana tan poco; esta vez no hará reproches, no reclamará ayuda  de ninguna índole, esta nueva relación tiene que funcionar ahora gana más y a Juan esto no le incomoda.  El panorama actual dentro de este nuevo intento no es nada alentador, pero ella  no se desanima tiene la seguridad de que ganará el juicio y tendrá a sus tres hijos en su nuevo hogar







Siempre dice con un tono arrogante:

–Pedro quiere quitarme a mis hijos ja ja  sino tiene con que mantenerse el muy mediocre como va a sostener a dos hijos. Y así  segura, poderosa, inteligente y muy exitosa ha ido por la vida.  Pero ahora que Josefina sintió temblar las manos de Paty cuando  dejó entre las suyas a su pequeño, descubrió que detrás de su imagen perfecta no era feliz.

Ella solo ha querido estar en  primer lugar donde quiera que su cuerpo erguido y delgado se ha parado. -¿Qué malo hay en eso amiga? Le dijo, la única vez que Josefina  la notó verdaderamente débil; y es que ella no se da cuenta como ha luchando con su propia energía  femenina que no acaba por acomodar en este entorno vanguardista que ha puesto a girar a muchas mujeres, que como Paty buscan abandonar el roll doloroso, de represión que vivieron sus madres y abuelas. Esos pantalones y su éxito perfecto le están estrangulando la psique de tal manera que no se entera del costo que paga día a día por ser una mujer Alfa.

La modernidad y la píldora anticonceptiva son aliados de las  Mujeres Alfa, ya  que  les da un control en la vida sexual, los hijos y el territorio. Su cartera y éxito sube y baja dependiendo de los enfrentamientos y las luchas de poder en las que se sumergen. Desajustes hormonales, estomacales, y del sistema nervioso, junto con el divorcio y la  inestabilidad en las relaciones afectivas son los costos que hay que pagar.

Suelen atraer a hombres con baja autoestima, con billeteras fluctuantes y con una energía sexual que no les represente mayor reto.




La mujer Alfa es una mujer empoderada falsamente más no poderosa, ya que el éxito y poder en la sociedad consumista  tiene una vigencia dependiendo de su estado civil, los hijos y la edad. (Estatus).


Estar Vigente para una mujer Alfa es primordial y su psique es regulada por el uso de la tecnología, la intelectualidad, la independencia económica y el cuidado de la imagen, de tal forma que se convierte en una amenaza constante para el hombre (cazador y territorial) son admiradas, no por mucho tiempo, deseadas no demasiado cerca, lo que hace que las relaciones afectivas sean efímeras; Ya que el hábitat que las sostiene es meramente intelectual y material, cuando se adentran en el hábitat emocional  y sexual intelectualizan para no perder el control y se pierden en el hábitat espiritual (tienen fe ambigua)

Usan muy frecuentemente las Frases “no entiendo” explícamelo otra vez” “quiero entender” “por que” y escucha de sus compañeros muy frecuentemente las frases no estoy listo para una relación formal, no eres tú, eres encantadora pero…

Casi siempre las acompaña una sensación de soledad que transforman en conductas proactivas y terminan clasificadas dentro de una categoría ambigua  Hombre-Mujer.

En el caso de estar casadas y de tener hijos el vínculo materno es probable que carezca de la calidad suficiente como para guiar con sabiduría y amor (femenino) firmeza y limites  (masculino) creando  una jerarquía también ambigua. La mujer Alfa da probaditas de poder desde el útero inhibiendo el dolor y programando el parto por cesárea, el sabor del poder va  en sus senos, (cuando acepta amamantar) en el biberón y en la papilla para asegurar que los hijos  sobrevivan en un mundo que percibe hostil, inseguro, lleno de retos basados en la competencia y el abuso del poder. Compensa  de forma inconsciente con comodidades y cosas materiales el vacío y miedo que causa  una madre “ausente, exitosa…gigante”.



Los hijos pueden desarrollar  conductas  hiperactivas, dominantes, agresivas, de descuido, rebeldes a normas reglas hábitos, sin responsabilidad de sus actos (egocentrismo) o bien el extremo  vulnerables, hipersensibles, exagerados en el orden y la perfección, nerviosos, poco tolerantes a la frustración, débiles. Ambos dan la apariencia de ser incapaces de manejar sus vidas careciendo de una autoestima consciente.

La Mujer alfa es contemporánea, orgullosa de su éxito personal y financiero, extremadamente activo, independiente y preocupado por su imagen personal. Asi como Paty, estas mujeres en la actualidad van en aumento, existen muchas  que ya no usan falda porque, como son muy activas ésta, les incomoda, casi no cocinan, están más tiempo fuera de casa, se ocultan en un falso poder que a la larga pesa y des empodera a los hombres que viven con ellas.

Es muy probable que hayan sido deseadas como hombre por su familia o que se les haya inculcado que ser mujer es signo de debilidad y  de perdedora, también pudieran estar huyendo de memorias dolorosas vividas en la infancia en donde estuvieron sujetas a autoritarismo y abuso emocional ó físico.





El ego contemporáneo les habla todo el tiempo al oído, seduciéndolas y envolviéndolas convirtiéndose en “su hombre perfecto” al que no se puede abandonar pues les da todo lo  que creen necesitar.

Sin embargo, la mujer Alfa lleva dentro también a la “otra “ esa que llora a solas, que suspira por un real descanso, esa que ansía dormir  entre los brazos de un hombre  real, proveedor, amoroso y tierno... de esos que dicen que ya no hay y ¡cómo va haber¡ si ellas misma los están opacando, eclipsando.

Y es que la humanidad en su afán de controlar solo ha estado dando vuelta  a la rueda generacional colocando unos abajo y a otros arriba o unos adelante y a otros atrás.

El trabajo emocional hace que la mujer Alfa no se desgaste, deje de luchar y obtenga un valor absoluto que le reditúe amplias ganancias y equilibrio frente a la energía masculina convirtiéndola en aliada y no en competidora.

Como mentora emocional llevo ya 10 años contemplando y conciliando por medio de talleres  a mujeres y hombres que se empoderan falsamente y  que después de varias batallas perdidas deciden recuperar su verdadera esencia, el brillo que sale después de pulir “el ego” ese complejo sistema de creencias que la mayor parte del tiempo quiere manipular, quiere seguridad, atención, poder, auto importancia, comodidad, compañía.


La mujer alfa sabe mucho más de esto porque los costos los paga con su chequera, con sus tarjetas de crédito o de débito; pero también con su propio ser. Si durante la lectura de este articulo te dijiste, esto me pasa a mí, es el momento de iniciar el trabajo de tus emociones.


Fuentes: Universo Saydi y Acción Familia