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jueves, 8 de diciembre de 2011

LOS TEMPERAMENTOS

EL TEMPERAMENTO FLEMÁTICO 
I. Esencia del temperamento flemático. 


Capitulo anterior, aquí

   Las varias impresiones provocan tan solo una excitación débil en el alma del flemático, si es que en algún modo la afectan. La reacción es asimismo débil, si no llega a faltar por completo. Las impresiones desaparecen pronto. 

   2.  Disposiciones fundamentales de ánimo del flemático

   a) El flemático no se interesa mayormente por lo que pasa fuera de él. 

   b) Muestra pocas ganas por el trabajo; da, sin embargo, gran preferencia al descanso. Todo anda y se desenvuelve en él muy quedo. 

   3.  Cualidades buenas

   a) El flemático trabaja despacio, pero asiduamente, con tal que no tenga que pensar mucho en su trabajo. 

   b) No se irrita fácilmente ni por insultos, fracasos o dolencias. Permanece tranquilo, cachazudo, discreto y tiene un juicio práctico y sobrio. 

   c) No conoce mayores pasiones, ni grandes exigencias por la vida. 

   4.  Cualidades malas

   a) Es muy propenso a descansar, al comer y beber, siendo además perezoso (lerdo) y negligente en el cumplimiento de sus obligaciones. 

   b) No tiene energía, ni se propone un elevado ideal, siquiera sea en su devoción. 

   5.  Es sumamente difícil educar a niños flemáticos; pues se dejan conmover poco por sensaciones exteriores y por naturaleza ya se inclinan a la pasividad. Es menester explicarles todo, hasta en sus detalles; repitiéndoselo mil veces, para que al menos comprendan algo; hay que acostumbrarlos además con gran paciencia y cariño, a una vida bien ordenada. La aplicación del castigo corporal, trae consigo menos peligro y aporta mayores frutos en la educación de niños flemáticos, que en la de otros, sobre todo coléricos y melancólicos. 


TEMPERAMENTOS MIXTOS

   La mayor parte de los hombres tienen un temperamento mixto. Predomina en los tales un temperamento principal (el colérico p.e.), cuyas disposiciones fundamentales, sin embargo, cuyas cualidades buenas y malas se atenúan o acentúan bajo el influjo de otro temperamento. Por lo general vale más tener un temperamento mixto que puro; pues la mezcla suaviza la estrecha y vigorosa índole del predominante. Para facilitar el conocimiento del propio temperamento bueno será tratar brevemente las mezclas siguientes: 

   1.  El temperamento colérico - sanguíneo.

   En él la excitación es instantánea, como asimismo la reacción; la impresión, en cambio, no es tan duradera como en el temperamento netamente colérico. La soberbia de este se mezcla con vanidad, su ira y terquedad se templan y moderan, su corazón se ablanda. Resulta, por tanto, una mezcla muy feliz. 

   2.  El temperamento sanguíneo - colérico

   Se parece al colérico - sanguíneo; con la sola diferencia de que aquí los distintivos del sanguíneo pasan a primer plano y los del colérico al segundo. La excitación y la reacción se siguen inmediatamente y con vehemencia, mientras que la impresión no se pierde tan pronto como en el temperamento puramente sanguíneo, si bien no va tan a fondo como en el colérico puro. Los defectos del sanguíneo, como su ligereza, superficialidad, distracción y locuacidad, están mejorados por la seriedad y firmeza del temperamento colérico. 

   3.  El temperamento colérico - melancólico y el melancólico - colérico

   Aquí entran en unión dos temperamentos serios y apasionados: el orgullo, la terquedad y la ira del colérico con el carácter gruñón, rudo y taciturno del melancólico. El hombre provisto de semejante mezcla de temperamentos necesita mucho dominio sobre sí mismo, a fin de alcanzar la paz del alma y de no ser cargoso a los que viven y trabajan con él. 

   4.  El temperamento melancólico - sanguíneo

   Se caracteriza por una débil susceptibilidad de impresiones, por una reacción igualmente débil y una impresión no tan duradera como en el temperamento melancólico. El temperamento sanguíneo comunica al melancólico algo de su movilidad, alegría y serenidad. Los melancólicos con un colorido sanguíneo son aquellas buenas gentes y almas de Dios incapaces de ofender a nadie y siempre emocionadas; las cuales, por otra parte, pecan por falta de fuerza y energía. Parecido es el temperamento sanguíneo - melancólico; solo que en esta mezcla resalta más la superficialidad y la inconstancia del sanguíneo. 

   5.  El temperamento melancólico - flemático

   Hombres de tal índole se prestan mejor para la vida común que los puramente melancólicos. Les falta lo gruñón, hosco y cavilador del melancólico, lo cual se reemplaza por el sosiego y la insensibilidad del flemático. Estas personas no se escandalizan tan fácilmente, saben soportar insultos y en sus trabajos saben mantenerse tranquilas y constantes.

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