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domingo, 22 de julio de 2012

SANTORAL 22 DE JULIO



22 de julio


SANTA MARÍA MAGDALENA,
Penitente



Le son perdonados muchos pecados,
porque ha amado mucho.
(Lucas, 7, 47).

   Mirad a esta ilustre penitente bañando con sus lágrimas los pies del Salvador y enjugándolos con sus cabellos. Es Magdalena, otrora, esclava del amor profano, y ahora esposa de Jesús. Lo acompaña en el Calvario; corre a la tumba para perfumar su cuer po; se pros terna a los pies de Jesús resucitado; y después de su gloriosa ascensión, se retira a la sole dad para llorar hasta la muerte pecados que sabía ella le habían sido perdonados. Si tú has imitado sus extravíos, imita su penitencia. Ama mucho, para que se te perdone mucho.

MEDITACIÓN SOBRE LAS LAGRIMAS
DE SANTA MARÍA MAGDALENA

   I. Las primeras lágrimas de Magdalena fueron lágrimas de contrición. Impelida por el dolor de haber ofendido a Dios, busca a Nuestro Señor, lo encuentra en la casa del fariseo y en ella hace una confesión pública de sus pecados. A partir de ese instante renuncia a sus criminales placeres y cambia de vida. ¡Dichosas lágrimas, que borrasteis los pecados de Magdalena! Ojos míos, ¿cuándo lloraréis los desórdenes de mi juventud? ¿Por qué retardar mi conversión? Mundo, placeres, honores, os dejo para siempre: dejad me en adelante llorar mis pecados, ¡dejad me un instante a fin de que gima! (Job).

   II. Magdalena vertió lágrimas de compasión cuando vio a Jesús en manos de los verdugos. Lo acompañó hasta el Calvario; se mantuvo al pie de la cruz y mezcló su llanto con la Sangre adorable de Jesús. Nosotros vemos todos los días a nuestro di- vino Salvador clavado en la cruz, todos los días meditamos sobre su Pasión; ¿por qué, pues, nuestro corazón permanece insensible ante sus sufrimientos? ¿Por qué nuestros ojos no vierten lágrimas? ¡Ah! es porque no tenemos por Jesús el mismo amor que Magdalena. La fe de esta mujer fue grande, su amor ardiente, su arrepentimiento sincero. (San Lorenzo Justiniano) .

   III. El deseo de ver a Jesús, después de su resurrección, le hizo bañar en lágrimas la tumba del divino Maestro. El deseo de contemplarlo en el cielo la hizo suspirar y gemir en la gruta a la que se había retirado. Llora ella noche y día porque su exilio se prolonga, y no se le permite unirse a su Bienamado. Viértense lágrimas por una bagatela; mas, ¿quién llora de haber perdido a Jesús? ¿Quién llora por su extravío?

La penitencia
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN

   Oh Dios, que al ruego de la bienaventurada María Magdalena habéis resucitado a su hermano Lázaro, muerto hacía ya cuatro días, haced que experimentemos los efectos de su poderosa intercesión. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

 

sábado, 21 de julio de 2012

SANTORAL 21 DE JULIO




21 de julio


SANTA PRÁXEDES,
Virgen



Quien se avergonzare de Mí y de mis palabras, de ese
tal se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga
en su majestad.
(Lucas, 9, 26).

   Santa Práxedes, hermana de Santa Prudenciana, edificó a Roma por su gran piedad. Los cristianos en carcelados por orden de Marco Antonio eran, sobre todo, el objeto de su solicitud. Los visitaba y les procuraba socorro y consuelo. Deseaba vivamente compartir sus sufrimientos, pero Dios lo había dispuesto de otro modo. Viendo que la persecución seguía encarnizándose, pidió a Dios la hiciera morir. Su ruego fue escuchado: fue al cielo a recibir la recompensa de su caridad.

MEDITACIÓN SOBRE TRES TENTACIONES

   I. Muchos cristianos se dejan apartar de la práctica de la virtud por dificultades puramente imaginarias. Para ser santo, no es menester poseer ni un gran espíritu ni una larga experiencia; tampoco es preciso sufrir las fatigas que temes. En un momento, si quieres, puedes ser amigo de Dios. Tu vida es demasiado corta para que llegues a ser un gran filósofo; pero es suficientemente larga como para llegar a ser un gran santo, Si ya el mundo tuvo la primera parte, que la última al menos esté consagrada al Señor . Respeta tu vejez, reconoce a Dios al término de tu existencia, y que el fin de tu vida sea el comienzo de tu salvaci6n. (San Clemente de Alejandría).

   II. No te dejes detener por el cúmulo de dificultades que se presentarán a tu imaginaci6n; piensa en hacer bien la acción que has comenzado. Para vivir santamente, hay que emplear bien el tiempo presente, y hacer sin demora lo que Dios quiere que ha gas. A cada día le basta su malicia; no pienses en el mañana; vive como si hubieras de morir hoy.

   III. Pero, ¿qué dirán si cambio de vida? Qué dirá Jesucristo si temes más las palabras de los hombres que sus amenazas? ¿Qué dirán los santos de verte temer una burla, más que lo que ellos temieron los suplicios? ¿Qué dirás tú, en el día del juicio, si eres condenado por haber temido exponer te menosprecian y te hacen burla ahora, te envidia- hacer el bien y deja que hablen los impíos. Los que te menosprecian y te hacen burla ahora, te envidiarán y te respetarán durante toda la eternidad.

ORACIÓN

La confianza en Dios
Orad por los que vacilan en la virtud.

   Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y que la fiesta de la bienaventurada Práxedes, vuestra virgen, regocijando nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.

viernes, 20 de julio de 2012

SANTORAL 20 DE JULIO


  • San Jerónimo Emiliano, Confesor
  • Santa Margarita o Marina, Virgen y Mártir
  • San Elías, Profeta
  • Santa Liberata o Librada, Virgen y Mártir (En Colombia)
  • San Aurelio de Cartago, Obispo
  • San Flaviano Patriarca de Antioquía
  • San Elías de Patriarca de Jerusalén
  • San Bulmaro, Abad
  • San José Barsabas
  • Beato Pablo Denn, Mártir
  • Beata Teresa Tch'enn-Kinn Tie y Compañeras, Mártires
  • Beata Rosa Tch'enn-Kinn Tie y Compañeras, Mártires
  • Beata Ana Na Tsiao-Cheu, Beata
  • Beata Ana Wang, Mártir
  • Beato Andrés Wang-Tien-King, Mártir
  • Beato Barbe Ts'Oei-Lieu Cheu, Mártir
  • Beato Ignacio Mangín, Mártir
  • Beato Pedro Tachao-Ming, Mártir
  • Beato Rémi Isoré, Mártir
  • Beato Pedro Tchou Seu-Sinn, Mártir
  • Beato Pedro Li-Ts'Uan, Mártir
  • Beato Pedro Liou-Tzeu U, Mártir
  • Beato Pablo Ou-Kiu-Nan, Mártir
  • Beata Rosa, Mártir
  • Beata Rosa Wang Hoei, Mártir
  • Beato Pablo Liou Tsinn-Tei, Mártir
  • Beato Pablo Ou-Wan-Chou, Mártir
  • Beato Pablo Lang-Eull, Mártir
  • Beato Pablo Keue T'ing Tchou, Mártir
  • Beato Pedro Wang-Tsouo Loung, Mártir
  • Beato Raimundo Li-Ts'Uan, Mártir
  • Beato Modesto Andlauer, Mártir
  • Beata María Tchao-Kouo Cheu, Mártir
  • Beata María Tchen-Su, Mártir
  • Beata María Tchou-Ou-Cheu, Mártir
  • Beata María Tien-Cheu, Mártir
  • Beata María Tou-Tachao Cheu, Mártir
  • Beata María T'si-U, Mártir
  • Beata María Wng-Li-Cheu, Mártir
  • Beata María Nan-Kouo-Cheu, Mártir
  • Beata María Nan Ling-Hoa, Mártir
  • Beata Naría Kuouo-Li-Cheu, Mártir
  • Beata Isabel Tsinn, Mártir
  • Beata Teresa Tchang-Heue Cheu, Mártir
  • Beato José Ma-Tienn-Choum, Mártir
  • Beato José Wang-K'oci Tsu, Mártir
  • Beato Tchang-Hoai Lou, Mártir
  • Beato José Wang.Seu Mei, Mártir
  • Beato José Yuang-Keng Yinn, Mártir
  • Beato Simón Tsinn, Mártir
  • Beato Juan Bautista Ou-Man-T'ang, Mártir
  • Beato Juan Bautista Tcho-Ou-Joeo, Mártir
  • Beato Juan Ou-Wenn-Yin, Mártir
  • Beato Juan Wang-K'oei-Sinn, Mártir
  • Beata Lucía Wang-Wang Cheu, Mártir
  • Beata Lucía Wang-Tchen, Mártir
  • Beata Magdalena Tou-Fong Kiu, Mártir
  • Beato Ki-T'ien Siang, Mártir
  • Beata María, Mártir
  • Beata María Fon-K'Ounn, Mártir
  • Beata María Fou, Mártir
  • Beato Fang Tchaokia, Mártir


20 de julio



SAN JERÓNIMO EMILIANO,
Confesor



Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario el
diablo ronda como león rugiente buscando a quién
devorar. Resistidle firmes en la fe.
(1 Pedro, 5, 8-9).

   Jerónimo siguió primero la carrera militar. Siendo gobernador del castillo de Castelnuovo, fue tomado prisionero y cargado de cadenas. En su infortunio, invocó a la Santísima Virgen, y esta bondadosa Madre rompió sus hierros y lo condujo, a través de los enemigos, hasta Trevisa. Una vez entrado en la ciudad suspendió sus armas ante el altar de su libertadora. Después de haber sido alcalde de Trevisa, volvió a Venecia, su ciudad natal, donde se consagró muy especialmente al cuidado de los huérfanos. Etableció para ellos hospicios en Venecia, Bérgamo y en Brescia. Asoció a su obra algunos abnegados laicos y echó así las bases de la Orden de los Somascos. Murió el 8 de febrero de 1537, de una enfermedad que había contraído cuidando enfermos.


MEDITACIÓN SOBRE LAS TENTACIONES
y LOS MEDIOS PARA VENCERLAS

   I. Dios permite al demonio que nos tiente, a fin de probar nuestra virtud y aumentar nuestra recompensa; pero nunca permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Podemos resistir, si lo queremos; el demonio puede inducirnos al mal, pero no puede constreñimos a cometerlo; conservamos siempre la libertad y las gracias necesarias para resistirle. El demonio puede muy bien ladrar, excitar, pero no puede mordernos,. nos tienta por la persuasi6n y no por la violencia; no fuerza nuestro consentimiento, lo pide. (San Agustín).

   II. Nosotros mismos nos tentamos concediendo toda clase de libertades a nuestros sentidos, halagando a nuestro cuerpo y dejándolo en la ociosidad y las delicias. Tentamos a los demás, incitándolos al pecado con nuestras palabras y nuestros ejemplos. Forzamos al demonio a que nos tiente proporcionándole las ocasiones de hacerlo: porque él se sirve de lo que hemos visto, dicho u oído, para llevarnos al pecado. ¿Por qué habremos de oír la que no se puede hacer sin pecado? (Tertuliano).

   III. San Pedro nos indica tres medios para resistir  las tentaciones: la sobriedad, la vigilancia y la fe. Sé sobrio. y alejarás casi todas las tentaciones contra la castidad; vigila, tus acciones, y fácilmente descubrirás las asechanzas que el demonio te arma; en fin. sé hombre de la fe y la fe te dará la victoria sobre todos tus enemigos: porque no puede ser vencido quien cree en el infierno, que es castigo del pe- cado, yen el cielo, que es recompensa de la virtud.

La fortaleza y la generosidad
Orad por los que sufren tentación.

ORACIÓN

   Oh Dios Padre de las misericordias, por los méritos e intercesión del bienaventurado Jerónimo que disteis como sostén y padre a los huérfanos, concedednos la gracia de conservar fielmente el espíritu de adopción, en virtud del cual nos llamamos, y en efecto lo somos, hijos vuestros. Por J. C. N. S. Amén.

jueves, 19 de julio de 2012

SANTORAL 19 DE JULIO




19 de julio



SAN VICENTE DE PAUL,
Confesor



Quien diere a uno de estos pequeñuelos un vaso de
agua fresca solamente por razón de ser discípulo
mío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa.
(Mateo, 10, 42).

   ¡Cómo hablar de todos los infortunios que este santo ha aliviado! Ninguno, al parecer, podría sustraerse de los ardores de su caridad. Expósitos, jóvenes extraviados, niñas en peligro de perderse, mujeres pervertidas, galeotes, cautivos de los moros, obreros inválidos, alienados, mendigos sin techo, todos los infortunados, fueron objeto de su infatigable solicitud. ¡Cuántas obras ha fundado, cuántas se han establecido bajo su patrocinio después de su muerte! ¡Ah! ¡sí, un vaso de agua dado a un pobre da derecho a una recompensa, cuál no debe ser la gloria de Vicente en el cielo!

MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO

   I. Dios promete recompensar a los que dieren por amor a Él un vaso de agua al prójimo. ¡Qué recompensa no dará a los que hayan hecho grandes limosnas y aliviado a sus hermanos en sus necesidades temporales y espirituales! ¡Cuántas ocasiones dejamos escapar de ejercer la caridad! Jesucristo nos pedirá cuenta de ello en el día del juicio. Parece que nuestra salvación depende únicamente del bien o del mal que hubiéramos hecho a nuestro prójimo.

   II. Jesucristo mira como hecho a Él mismo to do el bien o todo el mal que hacemos a nuestro próji mo. Todos los cristianos forman un cuerpo cuya cabeza es Cristo; quien hiere los miembros hiere también la cabeza. ¡Cuál no sería tu dicha, si pudieses dar de comer a Jesucristo, vestirlo y consolarlo! Todo esto haces cuando realizas tus obras de caridad para con los pobres. Aviva tu fe a fin de ver siempre a Jesucristo en la persona de tu prójimo. Fácil te será entonces amarlo, honrarlo y hacerle el bien.

   III. Parece que Dios ha querido hacernos dueños de nuestro destino cuando dijo, en varios lugares del Evangelio, que se nos tratará como nosotros hayamos tratado a nuestro prójimo. Se nos juzgará como hayamos juzgado a los demás; se nos dará si damos; se nos perdonará como hayamos perdonado. Así, pues, sobre nosotros mismos recaerá todo el bien o el mal que hacemos a los demás. ¡Cuán extraño, dice San Agustín, es ver a los hombres maltratarse recíprocamente! ¿Las otras creaturas no proporcionan ya bastantes ocasiones de sufrir?

La caridad para con los pobres
Orad por las Conferencias Vicentinas.

ORACIÓN

   Oh Dios, que para evangelizar a los pobres y real zar el brillo del sacerdocio cristiano, habéis revestido al bienaventurado Vicente de una caridad y una fortaleza verdaderamente apostólicas, haced, os lo suplicamos, que honrando sus méritos, seamos fortifica dos por el ejemplo de sus virtudes. Por J. C. N. S Amén.

miércoles, 18 de julio de 2012

SANTORAL 18 DE JULIO



18 de julio


SAN CAMILO DE LELIS, 
Confesor



Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin  
embargo, no se haga como yo quiero sino como tú quieres. 
(Mateo, 26, 39).

   Después de una juventud disipada, San Camilo se convirtió a la edad de 25 años, y más tarde comenzó sus estudios para llegar a ser sacerdote y poder así asistir más útilmente a los enfermos en trance de muerte. Fue con este objeto que fundó la Orden de los Clérigos regulares. soportó, a su vez, con inalterable paciencia, cinco enfermedades sumamente penosas, que él llamaba las misericordias del Señor. A menudo se lo oía repetir estas palabras de San Francisco de Asís: "Tan grande es la felicidad que espero, que todas las penas se convierten para mí en motivo de alegría". Se durmió en el Señor el 14 de julio de 1614, a la hora que él mismo había predicho.

MEDITACIÓN DE CÓMO SACAR PROVECHO 
DE LAS ENFERMEDADES

   I. Dios nos envía a menudo enfermedades para retirarnos del pecado, para hacer que llevemos una vida más santa y, para que, mediante la meditación de la muerte, merezcamos una más alta recompensa. Agradezcámosle, pues, la enfermedad tanto como la salud, porque las aflicciones son presentes de Dios, menos agradables, sin duda, pero con frecuencia más útiles que la prosperidad. Repitamos con Job: Si hemos recibido los bienes de manos del Señor, ¿Por qué no habríamos de recibir también los males ?

   II. Dirijámonos a Dios, y roguémosle como el mismo Jesucristo rogó al Padre eterno en el Huerto de los Olivos: "Padre mío, si ésa es vuestra voluntad, si vuestra gloria y mi salvación lo piden, cúrame, consuélame". Cuando así hayas invocado a Dios, déjalo hacer y confórmate con lo que pueda sucederte. Por duras y penosas que sean nuestras aflicciones, todavía sufrimos menos de lo que meremos. (Salviano).

   III. Si Dios te deja en ese estado de sufrimiento, alábalo, agradécele, adora su amable Providencia; si te cura, acuérdate de que es para que lo sirvas. Cuídate de no pecar más; es la advertencia que daba Jesucristo a los enfermos que sanaba. Cumple todas las buenas resoluciones que hiciste y no pagues con ingratitud a tu amable bienhechor.

La resignación
Orad por los moribundos. 

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis adornado a San Camilo con una caridad incomparable para las almas que luchan en la agonía, dignaos en vista de sus méritos, infundir en nosotros el espíritu de vuestro amor, a fin de que en nuestra hora postrera merezcamos triunfar del enemigo y alcanzar la corona celestial. Por J. C. N. S. Amén.


martes, 17 de julio de 2012

SANTORAL 17 DE JULIO



17 de julio


SAN ALEJO,
Confesor



Quienquiera haya dejado casa o hermanos,
o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos,
o heredades, por causa de mi nombre, recibirá
el ciento por uno y poseerá la vida eterna.  
(Mateo, 19,29).

   San Alejo dejó a su esposa el mismo día de su casamiento, y se retiró a la ciudad de Édesa, donde distribuyó sus bienes entre los pobres y mendigó por espacio de 17 años, hasta que sus milagros lo dieron a conocer. Embarcóse entonces para Sicilia; pero una tempestad lo arrojó al puerto de Ostia. Recibido como extraño en la casa de su padre, vivió en ella 17 años, desconocido de todos, sufriendo las afrentas de sus propios sirvientes, y oyendo a toda hora los lamentos con que lo recordaban sus padres y su esposa. Una esquela que se encontró con él después de su muerte, dio a conocer su nombre y la historia de su vida. Murió en los comienzos del siglo V.

MEDITACIÓN SOBRE SAN ALEJO

   Alejo dejó su esposa y todas las ventajas de una gran fortuna, para vivir en la pobreza y en la castidad. ¿Puedes esperar tú iguales riquezas, placeres y honores? ¿De dónde, pues, procede que no tengas la misma estima y el mismo amor por la pobreza? Es que, sumergido por entero en las cosas de la tierra, no piensas ni en el paraíso ni en el infierno. Si meditases estas grandes verdades, sin pena dejarías los placeres de este mundo para encontrar otros más puros y duraderos en el cielo. Abandonemos los placeres y no los extrañaremos. (Tertuliano).

   II. San Alejo volvió a la casa paterna para triunfar del amor de las riquezas, de los honores y de los placeres, no ya mediante su huída, sino en franca lucha. ¡Qué cruel fue este combate! ¡Qué difícil hubiera sido obtener victoria, si Dios, que le había inspirado ese proyecto, no le hubiese proporcionado la fuerza para vencer! Tú, que estás en el mundo, no te excuses alegando sus tentaciones ni sus ocasiones. ¿Qué son tus tentaciones comparadas con las de San Alejo? Avergüénzate más bien de tu flaqueza.

   III. ¡Cuál no habrá sido la alegría de Alejo, en la hora de la muerte, por haber vencido al mundo, al demonio y a la carne! ¡Ah! ¡cuánto más consuelo habrá tenido de morir pobre, casto y desconocido, que de morir después de haber gozado de los bienes que su mismo nacimiento le aseguraba! ¿Quieres morir como San Alejo? Imítalo e implora a menudo su socorro. Vive santamente, y la muerte perderá para ti todo su horror. No se ha de mirar la muerte como un mal cuando ha sido precedida de una buena vida. (San Agustín).

El desprecio del mundo 
Orad por los agonizantes. 

ORACIÓN

   Oh Dios, que todos los años nos dais un nuevo motivo de alegría con la fiesta del bienaventurado Alejo, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C. N. S. Amén.

lunes, 16 de julio de 2012

LA MUJER ETERNA II


Gertrud Von Le Fort
La mujer eterna





Ediciones Rialp, S. A.
Madrid – 1957

Título original alemán:
Die ewige frau

(Im Kösel- Verlag zu München)
Traducción de
María Cleofé Aguilera



II                      LA MUJER EN EL TIEMPO


La mujer en el tiempo parece significar la plena mitad de la existencia y de las vicisitudes humanas, o sea, también de lo histórico. Pero es evidente que no es la mujer, son el hombre y su obra, lo que constituye el contenido de la vida histórica. El hombre no sólo domina las grandes acciones políticas de los pueblos, sino que también determina la pujanza y el ocaso de sus culturas intelectuales. Y-quizá sea esto lo más importante- incluso lo religioso, que  vimos que está confiado especialmente a la mujer, en sus grandes manifestaciones históricas es formado  por el hombre y está representado por  él en primera línea. Siempre que escuchamos la voz de los siglos, se le oye a él. Prescindiendo de excepciones, la mujer aparece con la plenitud intemporal de un silencio palpitante que acompaña o lleva la voz de aquél. ¿Significa la fuerza de entrega en el sentido de una renunciación metafísica a la vida histórica? ¿Significa lo religioso en este mundo también carencia de autoridad? ¿Significa acaso que su reino  no es de este mundo? ¿O es que  ambas cuestiones sólo exigen que se profundice más? ¿Es que plantean el problema de una nueva medida de la valoración histórica? Aquí el problema desemboca de lleno en la problemática del presente. La  cuestión de la mujer en el tiempo se convierte en la cuestión de la mujer en nuestro tiempo.
Ya es conocido que la medida de la valoración histórica en nuestros días ha sufrido una transformación. La medida de la última época pasada se había formado remotamente a base del aprecio de la personalidad. La generalidad encontraba expuestos su dignidad y su valor en las grandes individualidades. En contraposición a ello, la época presente penetra hasta lo supra personal. No niega la importancia  de un gran individuo; pero en su reconocimiento ya no encuentra un sentido último, sino que  también el sentido del más grande los individuos es la entrega a la comunidad; su valor se mide en su fecundidad en bien de ésta. La nueva medida para la valoración histórica no es ya la personalidad, sino entrega. Visto desde esta nueva atalaya, el significado de los sexos en la vida histórica, es decir, de las fuerzas que la llevan en el fondo, debe estudiarse de nuevo.

Si se examinan las leyes de la vida primitivas, a través de la investigación biológica se adquiere la convicción de que la mujer no representa ni ejerce en sí misma las grandes dotas históricas efectivas, pero sí que es su silenciosa portadora. Si se quiere conocer el origen de grandes facultades, no debe irse de los hijos a los padres, sino a las madres. Ello esta testimoniado por un gran número de hombres geniales y sus madres. Pero por otra parte, muy a menudo hombres importantes tienen hijos insignificantes; esto indica que el hombre gasta su fuerza en su propia obra y que la mujer no la gasta, sino que la entrega. El hombre se gasta y agota en la obra, se entrega a su talento; la mujer entrega el talento a la generación que sigue. Así el talento de la mujer parece equivalente al del hombre, pero- aquí surge el motivo fundamental que hoy impera- no para la mujer misma, sino para la generación. El sentido de su talento no es su personalidad, sino que va más allá de ésta. Pero con ello se encuentra sobre la línea que corresponde a la verdadera valoración de nuestro tiempo.

Partiendo de aquí adquiere un significado simbólico el que la mujer por término medio vive más que el hombre. El hombre representa la situación histórica correspondiente, la mujer representa la generación. El hombre significa  el valor de la eternidad del momento, la mujer el infinito del transcurso de las generaciones. El hombre es la roca sobre la cual se apoya el tiempo; la mujer es la corriente que la arrastra. La roca está formada, la corriente fluye; la personalidad pertenece en primer lugar al hombre, a la mujer le pertenece lo universal. Lo personal es lo que solo vemos una vez y como tal es perecedero; devora su propio capital. Lo universal va acumulando. De la misma manera que la mujer como individuo vive por término medio más que el hombre, así la línea femenina de las generaciones se hace más vieja que la masculina; si hablamos de las familias, incluso de los pueblos que se han extinguido, siempre pensamos únicamente en la línea masculina; en la femenina a menudo continúan aún mucho tiempo, e incluso es posible que no llegue a desaparecer nunca. Sólo pocas veces nos damos cuenta de la sangre de las grandes estirpes del pasado, por ejemplo, los Staufer, incluso los carolignos, pueden seguirse hasta nuestros días a través de la línea femenina, conservándose en las familias que tuvieron hijas. En ellas desaparece el nombre de la rama  masculina; así como la mujer no es  en primer lugar personalidad, sino entrega, también la continuidad que es capaz de dar a su sangre no es confirmación de sí misma, sino que la adquiere  sumergiéndose en la corriente general de las generaciones. Aquí tropezamos con el segundo motivo fundamental de la mujer, el motivo del velo. Incluso el acontecimiento que le es más propio, o sea, el dar la vida y la herencia de la sangre, queda sin nombre y oculto por su parte. La gran corriente de todas las fuerzas que formaron y formarán historia, fluye a través de la mujer, que no lleva otro nombre que el de madre; nuestra época hace justicia a este hecho, honrando a la mujer en primer lugar como madre.

Pero junto con la madre se encuentra también la mujer solitaria. Es simbólico que la mayoría de las mujeres que hoy no pueden ser madres pertenecen a la generación sacrificada de la guerra. Su esperanza de expansión en el matrimonio y con ello también la de la protección masculina descansa en las tumbas de la Prusia oriental y de Flandes. La guerra, sin embargo, sólo hace resaltar más lo que  es el caso normal en todas partes, Partiendo de la madre, el problema de la mujer  es relativamente fácil de resolver, pues la naturaleza ya lo ha resuelto; todas las cuestiones de necesidad económica están tanto fuera de lo natural como de lo esencial, que es de lo que aquí se trata. El equilibrio interno de la cuestión no reside, pues, en la madre, sino en la mujer soltera.

Es comprensible que nuestra época evite enfrentarse con ella. Vive en el ingenuo convencimiento de que el sentido de la soltera es el de ser novia; en el sentido positivo solo reconoce a la mujer soltera como viviendo una esperanza juvenil. A ello responde después en sentido negativo el desengaño de la mujer de edad, sólo que es peor, la “solterona” satisfecha. Nuestra época, pues ve a la mujer soltera sólo como circunstancia o tragedia.; una simple circunstancia es pasajera, una tragedia quizás pueda conjurarse en el futuro. Pero aquí no se trata de una circunstancia. Lo que  expresado en sentido negativo es la solterona, en sentido positivo es la virgen. Naturalmente, no es la única manifestación de la mujer soltera, pero  es su forma natural.

La virgen, en otros tiempos, tuvo una apreciación decisiva. No sólo lo afirma el Cristianismo; algunos valores que éste manifestó ya habían encontrado su preludio lleno de presentimientos en la época pre cristiana. Nombres de montañas y constelaciones recuerdan a la virgen. Las figuras de Diana y Minerva presentan carácter distinto y de otro fundamento, pero en lo puramente natural no son menos impresionantes que la Santa cristiana. La gran veneración  de que gozaba la mujer en la antigüedad germánica estaba ligada al elevado aprecio de la virginidad; de ello hablan las terrible leyes punitivas de los antiguos sajones que se refieren tanto al ataque contra la pureza de la virgen como a la mujer caída. Igual que la sacerdotisa de Vesta, la pitonisa germánica también era virgen. La leyenda alemana y el cuento alemán, nos presentaban siempre el significado de la virgen pura. En la leyenda alemana posee una fuerza redentora; aun entrada la Edad Media la virgen pura podía pedir el indulto a un condenado a muerte. Siempre que había una maldición o un encantamiento, sólo podía anularlos una virgen pura. Con esta fe en la fuerza redentora de la virgen se prepara la antigüedad de nuestro pueblo para recibir el credo cristiano de María en un sentido, diremos, de Adviento, empleando la  hermosa expresión de Theodor  Haecker sobre la Antigüedad:

“la rosita que quiero decir
De la que habla Isaías
Nos la ha traído sólo
María, la Virgen Pura”.

María según la Letanía Lauretana, es la “Virgen de las Vírgenes” y la  “Reina de las Virgenes”; la madre de todas las madres es la virgo intemerata. Con el dogma de la eterna virginidad de la Madre de Dios, la Iglesia, no sólo expresa la intachable pureza de María, sino que afirma para todos los tiempos el significado independiente de la virginidad y junto a la dignidad de madre coloca  la dignidad de virgen. La idea de la virginidad, sacada del dogma, penetra en la era cristiana del gran arte occidental, pero al mismo tiempo ilumina las épocas precristiana y postcristiana. Siempre que el arte presentó a la virgen con maestría, no proclama una circunstancia ligada a lo temporal, como expectación juvenil o esperanza destruida, sino que proclama un misterio. En las maravillosas esculturas de la Antigüedad como en el florecimiento de la cumbre plástica y las pinturas cristianas, aparece la virginidad en su expresión más propia, como virginidad absoluta. No son la gracia y castidad del aspecto su secreto, sino su carácter interno.

Esto, si cabe, aún se ve más en la literatura supratemporal que en las grandes artes plásticas. Primeramente llama la atención cuán a menudo glorifica aquella el tipo virginal de la mujer más que el de madre y esposa. Antígona y Beatriz, Ifigenia y la Princesa del Tasso, son figuras virginales y sólo comprensibles como tales. Schiller, al presentar a Santa Juana, pudo constatar que la idea de virginidad se le aparecía como inquebrantable; la fuerza de la figura iba ligada a ella. Aquí la línea de la virgen coincide con la del hombre. También el valora la virginidad como impulso y aumento de fuerza para máximo rendimiento; éste es el sentido de las conocidas palabras de que sacerdotes, soldados y políticos, o sea, todos  aquellos que deben exponer plenamente su vida, tienen que permanecer solteros.

Así, pues, la idea de la virgen tanto en el dogma como en la historia, la leyenda y el arte por igual, no se muestra como circunstancia o tragedia, sino como valor y fuerza.

Al reconocerlo, nuestra época se enfrenta con una doble dificultad. En el centro de su pensamiento ya no se encuentra Dios  como en épocas pretéritas, sino el hombre, y no ya como individuo, sino como miembro en la cadena de generaciones. Pero la virgen no tiene lugar dentro de la generación, sino que la cierra. No se encuentra ya en la línea que marcha hacia un infinito terrenal, sino que se encuentra en el único y en apariencia finito instante de su vida personal. Desde aquí impulsa ella la fe a un valor supremo de la persona en si misma, un valor que naturalmente ya no puede ser fundado únicamente por el hombre. Con otras palabras, la virgen representa en su figura la elevación y afirmación religiosa del valor de la persona sólo en su espontaneidad suprema hacia Dios.

Como la flor solitaria en las montañas, al borde las nieves eternas que nunca vieron ojos humanos, como la belleza inmarcesible de los polos y los desiertos que  eternamente  permanecen inútiles al servicio y a los fines de la humanidad, la virgen también proclama que hay un sentido de la criatura sólo como esplendor de la Gloria eterna del Creador. La virgen se encuentra al borde del misterio de todo lo irrealizado y desperdiciado en apariencia, e incluso semejante al que sufre temprana muerte, que nunca logró el desarrollo de sus más maravillosas facultades, se encuentra al borde mismo del misterio de todo lo aparentemente malogrado. Su castidad, que cuando es pureza encierra siempre profundo sufrimiento, significa el sacrificio por la visión del valor infinito de la persona. Desde aquí se ve claro el por qué la Liturgia coloca siempre a la virgen  junto al mártir[1];[2] también éste reconoce el valor  absoluto del alma con su sacrificio de la vida terrena.

Partiendo del significado religioso de la virgen, es patente y obligado que las órdenes religiosas femeninas exijan el voto de virginidad. Pero también vemos otra cosa clara. Todo lo temporal recibe su verdadero sentido de lo intemporal: aquí tropezamos con el hecho de que en todas partes donde se trata de descubrir las más profundas raíces de las cosas, el dogma cristiano católico ya ha elaborado la idea decisiva. Es necesario arrojar aquí una breve mirada a la ceremonia de la consagración de las vírgenes. Son decisivas las palabras del prefacio que las precede: “En la conservación de la bendición nupcial sobre el santo estado de matrimonio, hay sin embargo almas excelsas que desprecian la relación corporal de hombre y mujer, pero…que dan todo su amor al misterio señalado por el matrimonio”. El misterio “señalado por el matrimonio” es el mysterium caritatis[3] . El misterio del amor se encuentra tanto en la misa de los desposorios como en la consagración de las vírgenes: ¡la virgen consagrada es la sponsa Christi! También concibe la Iglesia –aquí coincidiendo con el mundo- a la virgen  como destinada a las nupcias, pero estas nupcias no las ve  sólo junto al hombre. Aquí se ve claramente la profunda relación de todo misterio femenino con el dogma de María. La eterna virginidad de María significa las nupcias y la sombra del Espíritu Santo. Esto significa para la consagración de las vírgenes lo siguiente:  es el fiat mihi de la virgen su renuncia al matrimonio, pero por  parte de Dios es la consumación de  su vida por el mysterium caritatis dentro de una esfera más elevada que la natural. El valor d ela persona, que debe ser producido precisamente en el mysterium caritatis. Desde aquí desciende un rayo de luz perpendicularmente a través de todos los estados de la existencia de la mujer solitaria: esto en lenguaje dogmatico quiere decir que aparece la idea del vicariato.

Vicariato religioso traducido al lenguaje profano es la responsabilidad de todos para todos; o sea, que desde el Corpus Christi representa él la cima religiosa de una idea que  nuestra época se ha puesto a divulgar en el terreno profano, exigiéndola represión del individualismo. Sólo la falta de la verdadera comprensión en el dogma, que le queda como herencia de la época liberal, le cierra el camino para su propia subordinación a la verdad cristiana. Al igual que la creación genial no pertenece únicamente al creador, la perfección y un acto de amor no pertenecen tampoco únicamente al perfecto amante, sino que pertenecen a todos. Sólo a una época ofuscada subjetivamente pudo parecerle imposible que los méritos de los Santos redundaran en provecho de sus hermanos y de sus hermanas. Esto significa para nuestro tema lo siguiente: el mysterium caritatis de la consagración de las vírgenes fluye según  su sentido hacia el mundo; partiendo de la sponsa Christi se ve claro que el sentido oculto de toda virgen es un  sentido que aun la última y las más insignificante defiende inconscientemente.

Y finalmente, aquí con ésta última e insignificante se encuentra el lugar en el cual la única virgen reconocida por nuestra época tiene realmente su sitio como tragedia. A la victima voluntaria se enfrenta la involuntaria, al mysterum caritatis  el mysterium iniquitatis, al fiat  mihi el no de la criatura. Para la mujer que no reconoce su  virginidad como valor referido a Dios, la falta de matrimonio e hijos es realmente una profunda tragedia. La mujer tanto espiritual como corporalmente está más íntimamente dispuesta para ambos que el hombre; su falta puede conducirla a tener la impresión de la plena falta de sentido de su propia existencia. Pero el sentido interno de su falta de matrimonio y de hijos no se ve afectado por esta aparente carencia de sentido; incluso en una extremada  agudización de la idea  adquiere quizá precisamente una elevación decisiva; el sentido supremo del valor de la persona probablemente sólo puede producirlo la existencia en apariencia fútil: en todo otro caso existiría el peligro  de que al final sólo se produjera el valor de una obra cualquiera. En éste punto la dialéctica religiosa se interfiere con la profana. La vida contemplativa, que considerada desde el punto de vista religioso expone la determinación suprema del hombre para Dios, vista desde el punto de vista humano es también la ausencia de mérito terrenal. Así la opaca voz de la mujer solitaria cuyo fin  no se ha cumplido en el mundo repite fraternalmente la confesión de la consumación de la sponsa Christi. En el perfecto desprendimiento de todo mérito visible se trasluce la importancia suprema trascendental de la persona. Aquí la línea retrocede al carácter problemático del presente ¿Qué significa la idea de persona para nuestra época? ¿Qué puede significarle aún?

Nuestra época ha  allanado con razón la importancia de la personalidad como valor particular, pero por esto el valor de la persona no puede ser puesto en duda en manera alguna. Personalidad es un valor temporal, persona es un valor eterno. Como Dios mismo es persona, así la redención cristiana se refiere también a la persona. La Historia como tal recibe su sentido y fin por la persona; sin valores eternos sólo existiría el transcurso histórico. De aquí sale a la luz el doble significado de la mujer en la Historia. Si la importancia de la madre consiste en transmitir las facultades del hombre que forman la Historia, así la importancia de la virgen consiste en garantizar la capacidad histórica del hombre, la persona.


(Continúa aquí.)


[2] Veáse Marie- Antoinette de Geuser en su hermoso libro: Briefe in den Karmel (Pustet, Regensburg 1934)
[3] De una antigua oración nupcial en el Sacramentarium Fuldense.

SANTORAL 16 DE JULIO




16 de julio


NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN



Jesús dijo a su Madre: He ahí a tu hijo; 
y, en seguida, al discípulo: He ahí a tu Madre.
(San Juan, 19, 26-27)

   Es una piadosa creencia que aquellos que llevan el escapulario de la Virgen del Carmen serán preservados del infierno, y que si rezan las oraciones prescritas serán liberados del purgatorio el sábado siguiente al día de su muerte. Este escapulario representa en pequeño el escapulario que la Santísima Virgen en persona dio a simón Stock, religioso carmelita inglés. La fiesta de este día ha sido establecida para recordar este gran beneficio acordado por la Madre de Dios, y excitar a los fieles a aprovecharlo.

MEDITACIÓN SOBRE EL ESCAPULARIO

   I. Un buen servidor tiene a honra vestir la librea de su señor: debemos tener como un honor el llevar la librea de la Reina del Cielo. ¿Qué gloria, después de aquella de servir a dios, puede compararse a la de ser servidores e hijos de María? ¡Y cuán generosa es esta buena Madre para con los cristianos que la honran! Aun por los menores homenajes, Ella concede los favores más grandes. (San Andrés de Creta)

   II. Pero, para goar de las gracias anexas al escapulario, hay que llevarlo piadosamente. Y la primera condición para ello, es estar en gracia de Dios. ¿Cómo  gozar de los favores de María, si se es enemigo de Jesús? ¿No sucederá que, a veces, nos prevalemos del escapulario para pecar más libremente, so pretexto de que los que lo llevan no podrían condenarse? ¡Qué indignidad prevalerse de la protección de la Madre para ofender al Hijo! ¡Ah! si estamos en pecado mortal, gimamos al menos por nuestro estado, aspiremos a salir de él, imploremos la ayuda de Aquélla a quien la Iglesia llama refugio de los pecadores. Ella rogará por nosotros y nos devolverá a la amistad con Dios: porque su poder y clemencia sobrepujan incomparablemente la multitud de nuestros pecados. (San Jorge de Nicomedia).

   III. Es preciso también, si se quiere participar de todas las ventajas del escapulario, recitar las oraciones y cumplir las buenas obras que se te han asignado cuando fuiste recibido en la Cofradía. ¡Nos imponemos mil sacrificios cuando se trata de preservarnos contra la miseria; y, para escapar de las llamas del purgatorio, retrocedemos ante algunas oraciones que debemos rezar, ante algunas mortificaciones que debemos hacer! ¡Cuánto arrepentimiento deben experimentar, tardío e inútil, en el purgatorio, las almas que no han sido suficientemente fieles a estas prácticas! Prevengamos esos arrepentimientos tardíos e inútiles, y sintámonos dichosos de poder abreviar a tan poco costo, un suplicio tan horrible.

La devoción al escapulario
 -Orad
por la Cofradía de la Virgen del Carmen.

ORACIÓN

   Señor, que habéis honrado a la Orden del Carmelo con el glorioso título de la Bienaventurada Virgen María, vuestra Madre, dignaos concedernos, hoy que celebramos solemnemente su memoria, la gracia de llegar, por su protección, a la beatitud eterna. Por J. C. N. S. Amén.

domingo, 15 de julio de 2012

SANTORAL 15 DE JULIO



15 de julio 


SAN ENRIQUE,
Emperador y Confesor



Si tomáis parte en los sufrimientos,
tendréis parte también en la consolación.
(2 Corintios, 1, 7)

   San Enrique, llamado el Piadoso, duque de Baviera y después emperador de Alemania, nada emprendía sin antes haber consultado y orado a Dios. En ciertas ocasiones vio a los ángeles y a los santos mártires, sus protectores, combatir a su favor al frente de sus ejércitos. Conservó su virginidad, de común acuerdo con su esposa Santa Cunegunda. Restableció a Benedicto VII en el trono de san Pedro y por todas partes dejó ilustres monumentos de su piedad y religión. Célebre por sus milagros y sus virtudes, dejó la corona para ir a recibir otra más preciosa en el cielo. en 1024.

MEDITACIÓN SOBRE LA PRIVACIÓN 
DE LAS CONSOLACIONES ESPIRITUALES

   I. Dios permite a veces que los santos sean privados de todas las consolaciones espirituales. en este triste estado todo apena: la penitencia les es insoportable, la oración les da tedio, la lectura espiritual y las prácticas de devoción les son fastidiosas. No te asombres de encontrarte en este estado: ¿acaso el Señor no fue abrumado de tristeza en el huerto de los Olivos? ¿No se quejaba, en la cruz, de que su Padre lo había abandonado? Por esa falta de gusto no interrumpas tus ejercicios de devoción; si los haces con menos satisfacción, los harás con más mérito.

   II. Dios permite que caigas en este estado de desolación para castigarte por tu tibieza o por algunas faltas leves que has cometido. Tal vez sea la causa tu negligencia en no prepararte para la oración como es debido. Dios quiere hacerte conocer que la devoción sensible es un don: te la concede cuando a Él le place, la retira para humillarte cuando lo juzga oportuno. Pero, sin tanto examinar por qué Dios te trata de tal suerte, saca provecho de ese estado, ten paciencia y redobla el fervor. Si el Esposo se esconde, es para que lo busques con más afán.

   III. Examina seriamente qué motivo has dado a Dios para que se retire, e implora su perdón. Reconoce que eres indigno de sus mercedes y que ya eres demasiado feliz con poder servirlo gimiendo en esta vida; no es en este mundo donde Dios recompensa a los elegidos. Dile, sin embargo: Señor que sois todo mi gozo, ¿Por qué me ocultáis vuestra divina faz? ¿Dónde estáis? ¿Dónde os encontraré yo, mi divino Esposo? (San Agustín).


La dedicación a la oración -
 Orad por los remisos
en el servicio de Dios.

ORACIÓN

   Oh Dios, que en este día habéis hecho pasar al bienaventurado Enrique, vuestro confesor, de un trono terrenal al reino eterno, haced, os lo imploramos, que, así como él triunfó por vuestra gracia de las seducciones del siglo, despreciemos nosotros también los vanos atractivos del mundo, para presentarnos a Vos con un corazón puro. Por J. C. N. S. Amén.

sábado, 14 de julio de 2012

SANTORAL 14 DE JULIO



14 de julio


SAN BUENAVENTURA,
Obispo, Confesor y Doctor



He venido a poner luego en la tierra,
y ¿qué he de desear sino que arda?
(Lucas, 12, 49).

   San Buenaventura, gloria y ornato de la Orden de San Francisco, ha sido llamado Doctor seráfico a causa de su profunda ciencia y de su ardiente caridad. El recuerdo de la Pasión de Jesucristo era el tema ordinario de su meditaci6n, y la devoción especial que tenía al Santísimo Sacramento le hizo merecer el honor de recibir la Comunión de manos de un ángel. Murió en 1274, durante el concilio de Lyon, en el cual había intervenido brillantemente como obispo de Albano.

MEDITACIÓN SOBRE SAN BUENA VENTURA,
DISCÍPULO DE JESÚS CRUCIFICADO

   I. El Doctor seráfico fue discípulo de Cristo crucificado. En sus adorables llagas era donde leía el amor de Jesucristo por nosotros, y donde aprendía a amarlo él, a su vez. Todos sus escritos están impregnados de una tierna devoci6n para con Jesucristo ex- pirando en la cruz y oculto en la Eucaristía. ¿Qué amor tienes tú por Dios? ¿Qué haces por Jesucristo que tanto ha sufrido por ti? Sabios del siglo, sin este amor vuestra ciencia sólo es vanidad.

   II. Jesús clavado en la cruz enseñó a San Buenaventura la humildad, el amor a la abyección y el desprecio de las dignidades. Esta virtud se reveló en todo su esplendor cuando los cardenales se dejaron dirigir por sus consejos para elegir al Papa. ¡Qué incomparable índice de su santidad! Sabíase que el Espíritu Santo hablaba por su boca. Gregorio X, entonces elegido, lo hizo cardenal. El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. (Evangelio).

   I. La tercera virtud que San Buenaventura aprendió de Jesús crucificado fue el amor a los sufrimientos. ¿Buscas la cruz? ¿No huyes más bien de le Dios te envía? Imita al Doctor seráfico; en adelante muéstrate discípulo de Jesús crucificado. En todas las acciones, mostremos que somos discípulos de un Maestro que ha sido clavado en la cruz. (San Pedro Damián).

El amor a Dios
Orad por el Colegio de Cardenales.

ORACIÓN

   Oh Dios, que habéis enseñado a vuestro pueblo la ciencia de la salvaci6n eterna por el ministerio de San Buenaventura, dignaos hacer que después de Haberlo tenido en la tierra como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor en el cielo. por N. S. Amén.