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domingo, 8 de agosto de 2010

¡FELIZ DIA DEL NIÑO!

“Si no sois como niños no entraréis en el Reino de los Cielos.” (Lc 18, 17).
 

8 de agosto


  • San Juan Mª Vianney, Confesor
  • Santos Ciriaco, Largo, Esmeragdo y sus Compañeros, Mártires
  • Beato Juan Felton, Mártir
  • San Hormidas, Mártir 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SAN JUAN MARÍA VIANNEY
Confesor
n. 8 de mayo de 1786 en Dardilly (Lyón), Francia;
† 4 de agosto de 1859 en Ars, Francia

Patrono de los párrocos y de los confesores.
 

El que creyere y se bautizare se salvará;
pero el que no creyere se condenará.
(Marcos, 16, 16)


El que habría de ser cura de Ars nació en 1786; tales dificultades encontró en el estudio que, humanamente, no se hubiera esperado que llegara a la ordenación sacerdotal. En 1818, fue encargado de una humilde parroquia de aldea. Habría de hacerla célebre en todo el mundo por las maravillas que en ella obró su celo, tanto en las almas de sus ovejas cuanto en la de numerosos extranjeros que acudían, de todas partes, a confesarse con él para recibir sus consejos y gozar del espectáculo de sus virtudes. El cura de Ars recibió de Dios la gracia de los milagros y el don de leer en los corazones, pero nunca dejó de vivir en la humildad, en la pobreza y en la penitencia. Murió en 1859.
 
MEDITACIÓN SOBRE TRES CUALIDADES DE LA VIDA DEL CRISTIANO
 
l. San Jerónimo nos suministra el tema de esta meditación en la carta que escribió a Rústico. "Nada hay -dice-, más feliz que el cristiano porque se le ha prometido el cielo". Ahí está la fuente de tu grandeza y felicidad. El cristianismo te hace hijo de Dios y te da derecho a la herencia del paraíso. "¡Cuán rico soy -decía San Juan Crisóstomo-, puesto que por la gracia, poseo a Dios, que es la fuente de todos los bienes!" Alma mía, levántate hacia el cielo para el que fuiste creada, y desprecia a la tierra como indigna de ti.

II. Nada parece más penoso que la vida del cristiano. "No nacemos cristianos -dice Tertuliano-, lo llegamos a ser, y lo llegamos a ser con mucho trabajo". Hay que luchar contra el demonio, contra el mundo, contra sí mismo, no una sola vez, sino to dos los días, hasta el último suspiro. Debo, pues, resolverme a seguiros, amable Jesús mío, a llevar con Vos la cruz y la corona de espinas. Ya no más flores ni delicias, puesto que mi Maestro yace en el dolor renuncio para siempre a los placeres de la tierra.

III. Nada hay más fuerte que el cristiano por que vence al demonio, y se eleva por encima de todas las cosas del mundo, y tiene la seguridad de que Dios no lo abandonará en las tentaciones. Considera lo que sufrieron los mártires con la ayuda de los auxilios de Dios. ¿Qué harías tú si algún tirano pusiese a prueba tu fe mediante los tormentos? Prepárate para el martirio por medio de una mortificación continua. La vida del cristiano es un aprendizaje del martirio. (Tertuliano).

La confianza en Dios
Orad por los párrocos.


ORACIÓN
Dios omnipotente y misericordioso, que hicisteis al bienaventurado Juan María admirable por el celo pastoral como por el fervor de la oración y de la penitencia, concedednos que siguiendo su ejemplo y por su intercesión ganemos para Cristo las almas de nuestros hermanos y lleguemos con ellos a la gloria eterna. Por J. C. N. S. Amén.

sábado, 7 de agosto de 2010

7 de agosto


  • San Cayetano, Confesor
  • San Donato, Mártir, Obispo de Arezzo
  • San Vitricio, Obispo de Rouen
  • San Alberto de Sicilia, Confesor
  • Beatos Agatángelo y Casiano, Mártires
  • San Alberto de Trapani, Confesor 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SAN CAYETANO
Confesor

n. octubre de 1480 en Vicenza, Italia;
† 7 de agosto de 1547 en Nápoles, Italia

Patrono de los desempleados y de quienes buscan empleo.

No os inquietéis, diciendo: ¿Qué comeremos?
como hacen los paganos;
o ¿qué beberemos?
o ¿con qué nos cubriremos?, que bien sabe vuestro Padre
la necesidad
que de estas cosas tenéis.
(Mateo,, 6, 31-32)


San Cayetano, nacido en Vicenza, llamó la atención desde su infancia por una inocencia tan grande de costumbres, que se le llamaba el Santo. Como supiera que el Papa Julio II quería elevarlo a las dignidades eclesiásticas, dejó la corte de Roma y fundó una Orden de Clérigos Regulares, llamados Teatinos, a los cuales estableció como regla que nada poseyesen, ni pidiesen, y que viviesen únicamente de las limosnas espontáneamente ofrecidas por los fieles. Se consagró a Dios con Pedro Caraffa, mediante votos solemnes. Pedro Caraffa, obispo de Teati, fue después elegido Papa con el nombre de Pablo IV. San Cayetano murió siendo superior de su Orden, en Nápoles, el 7 de agosto de 1547.
 
MEDITACIÓN SOBRE LA POBREZA
 
I. No puede imaginarse pobreza más rigurosa que la que este santo estableció en su Orden; si tú no puedes abrazarla enteramente, por lo menos desase tu corazón de las riquezas que posees. No te entristezcas cuando algo te falte; alégrate, más bien, de participar de la pobreza de Jesucristo al nacer y morir. No te acongojes, tampoco, por lo por venir. Espera en Dios, haz el bien, y te alimentará con sus riquezas. (El Salmista).

II. Basta cualquier accidente adverso para que te veas despojado de todos tus bienes. No te fíes, pues, en tus riquezas y no te afanes por adquirir otras nuevas. Si vives según la recta razón y las máximas del Evangelio, no te hará falta sino muy poco para tu vida, y siempre estarás contento. Si, en cambio, sigues los deseos desordenados de tu corazón, ni todos los tesoros de las Indias podrían satisfacerte.

III. Comenzaste tu vida en la pobreza y lo mismo la acabarás. ¿Para qué, pues, tomarte tanta pena en amasar una fortuna de la que no podrás gozar sino durante el breve intervalo que separa tu nacimiento de tu muerte? Emplea ese tiempo tan corto, más bien, en acumular en el cielo tesoros de que puedas gozar durante toda la eternidad. Es absurdo que quien entró desnudo al mundo, y a quien desnudo recibió la Iglesia, quiera entrar rico en el reino de los cielos. (San Máximo).




La confianza en Dios
Rogad por los pobres.

ORACIÓN


Oh Dios, que habéis concedido a San Cayetano la gracia de imitar la manera de vivir de los Apóstoles, acordadnos, siguiendo su ejemplo y por su intercesión, la gracia de poner siempre en Vos nuestra con fianza y no desear más que los bienes del cielo. Por J. C. N. S. Amén.

viernes, 6 de agosto de 2010

6 DE AGOSTO, MARTIRIO DE GARCÍA MORENO

de: Diario El Pregón de la Plata

Gabriel García Moreno

El 6 de agosto de 2010, se cumplen 135 años del asesinato del Dr. Gabriel García Moreno, quien fuera asesinado en odio a la Fe y por causa de ser fiel a la Patria.

Fue asesinado el 6 de agosto de 1875, por instigación de la masonería. En 1874 había consagrado la nación al Sagrado Corazón de Jesús, y sus últimas palabras, al caer acuchillado, fueron: “¡Dios no muere!”.

Gabriel García Moreno, fue Presidente de la República del Ecuador, y eran demasiado perversas las sectas masónicas, para que le perdonasen su purísimo catolicismo en el gobierno de su pueblo. El progreso y la paz que florecían en el Ecuador, bajo el mando de García Moreno, no le salvaron del odio masónico, en todos los lugares donde la secta existía, se formó una vasta conjura, con el fin manifiesto de asesinarlo, como lo ha hecho tantas veces la masonería con los que estorban a sus planes.

A unos amigos que le aconsejaban que tomase precauciones, decía: “¿Y bien, ¡qué anhela un peregrino sino llegar cuanto antes a término de la jornada!? No me guardaré, no; en manos de Dios está mi suerte. El me sacará del mundo cuando y como quiera”. 

El 17 de julio de 1875 escribió a Su Santidad Pío IX una carta en la que decía: “...ahora que las logias de los países vecinos, instigadas por Alemania, vomitan contra mí toda especie de injurias atroces y de calumnias horribles procurando sigilosamente los medios de asesinarme, necesito más que nunca la protección divina para vivir y morir en defensa de nuestra religión santa, y de esta pequeña República que Dios ha querido que siga yo gobernando. ¡Qué fortuna para mí, si vuestra bendición me alcanzara del cielo el derramar mi sangre por el que siendo Dios, quiso derramar la suya en la Cruz por nosotros!”

El 4 de agosto de 1875 escribía a su amigo Juan Aguirre una carta en que, recordándole su postrera despedida, le decía: “Voy a ser asesinado. Soy dichoso de morir por la santa Fe. Nos veremos en el Cielo.”
Era el 6 de agosto, día de la Trasfiguración del Señor y primer viernes de mes (por una casualidad que el tema amerita mencionar, el 6 de agosto de este año fue viernes primero de mes), como de costumbre, el Presidente comulgó a las seis de la mañana, y perseveró en acción de gracias hasta las ocho. Salió a su casa. Los asesinos espiaban sus pasos y acechaban la ocasión. El Presidente después de haber estado un rato con su familia, se retiró a dar la última mano al Mensaje que aquel día pensaba presentar a los ministros. A la una salió llevando consigo el Mensaje, y pasó por casa de los parientes de su mejer, donde le advirtieron nuevamente del peligro. De allí pasó al palacio del Gobierno, pero antes de pasar a él quiso adorar al Santísimo, que por ser primer viernes de mes estaba expuesto en la Catedral, que con el Palacio forma un ángulo de la Plaza Mayor.

Como quien sentía los peligros que le rodeaban, prolongó también allí su oración largo tiempo, y la hubiera prolongado aún más, si un hombre desconocido no se hubiese acercado y le hubiera avisado que se estaba esperando para un negocio muy urgente. Se levantó al punto el Presidente, salió, subió las escaleras de Palacio, y avanzaba ya hacia la puerta, cuando un hombre de apellido Rayo que le venía siguiendo, sacó de debajo de su capa un machete, y se lo descargó por la espalda.

-¡Asesino! —exclamó el Presidente... pero en un instante salieron de detrás de las columnas varios conjurados; una nueva cuchillada de Rayo le rajó la cabeza, otra le partió el codo, otra le abrió la mano, dos balas le atravesaron la frente y un empujón lo derribó del atrio a la plaza de una altura de cuatro metros. Allí estaba tendido en el suelo cuando Rayo bajó airado las escaleras, y acometiéndole de nuevo, le descargó la última cuchillada, surcándole la cabeza y exclamando: 

- ¡Muere! ¡Verdugo de la libertad!
-¡Dios no muere!—respondió el heroico Presidente.

Mientras los sicarios se esparcían gritando: “¡Revolución! ¡Viva la libertad!”, la plaza se llenaba de gente que acudía a los tiros y al espectáculo, sobrecogida de terror y encendida de ira. Aún vivía el héroe. Conducido a la Catedral y reclinado al pie del altar de Nuestra Señora de los Dolores, recibió los últimos auxilios del cuerpo, que fueron inútiles; tomó los últimos sacramentos; perdonó a sus enemigos, y entregó su alma generosa a Dios; precisamente el primer viernes de mes. 

Sobre su pecho llevaba, cundo murió, una reliquia de la verdadera Cruz, un escapulario de la Pasión y del Sagrado Corazón de Jesús, un rosario con una medalla del Papa Pío IX y del Concilio Vaticano I, que estaba teñida de sangre fresca. En su bolsillo tenía una agenda con apuntes diarios, en los primeros renglones de la última página de aquel día había tres líneas de lápiz que decían: “¡Señor mío Jesucristo, dadme amor y humildad y hacedme conocer lo que hoy debo hacer en vuestro servicio!”

Así fue como entregó su vida García Moreno, convirtiéndose en el mártir del Corazón de Jesús y en modelo para otros cristianos, como lo fue para Anacleto González Flores; quien se enfrentó tranquilamente con sus enemigos, teniendo la calma de perdonarlos y de recordar las postreras palabras del primero: “¡Dios no muere!”

6 de agosto


  • Transfuguración de Nuestro Señor Jesucristo
  • Santos Justo y Pastor, Mártires
  • San Esteban y los doscientos Mártires de Cardeña
  • Santos Sixto II, Felicísimo, Agapito y Compañeros, Mártires
  • San Hormisdas, Papa
  • Santa Claudia, Matrona
  •  Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


LA TRANSFIGURACIÓN
DE NUESTRO SEÑOR
 
Tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juan
su hermano; y subiendo con ellos a un alto
monte, se transfiguró en su presencia.
(Mateo, 17, 1-2)
 

Jesús, habiendo subido al monte Tabor con tres de sus apóstoles, se transfiguró en su presencia. Su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestiduras blancas como la nieve. Entonces aparecieron a su lado Moisés y Elías y conversaban con Él. San Pedro, extasiado por el esplendor insólito de su Maestro, le dijo: "Señor, bueno es estarnos aquí; si os parece, formemos aquí tres pabellones, uno para Vos, otro para Moisés y otro para Elías". Todavía estaba hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos, y oyóse una voz que dijo: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien he puesto todas mis complacencias: ¡escuchadle!".
MEDITACIÓNSOBRE LA TRANSFIGURACIÓN DE JESUCRISTO

I. Jesús, para transfigurarse, se retira a la apartada montaña. ¿Quieres tú revestirte del hombre nuevo, que es Jesucristo? Huye de los estorbos y del tumulto del mundo. Además, recuerda que la obra de la conversión es una obra difícil; que hay que subir desde el fondo del abismo hasta las altas cumbres. Si quieres sanar de tus enfermedades y adquirir la verdadera sabiduría has de cambiar totalmente de vida 11 has de hacerte un hombre nuevo. (Salviano).

II. Cuando los Apóstoles estuvieron en el Tabor, sus ojos fueron iluminados y vieron a Jesucristo radiante de gloria. Cuando hayas comenzado seria mente la obra de tu conversión, te asombrarás de la ceguera en que vivías antes. Te llenarás de gozo en medio de tus dolores, porque siempre tendrás ante tus ojos a Jesús crucificado y porque imitando su paciencia en la tierra, te será dada la esperanza de su gloria en el cielo.

III. Jesús manifiesta su gloria a sus discípulos e inmediatamente después les habla de sus sufrimientos, a fin de animarlos a soportar los oprobios de su Pasión. Aprendamos de este misterio a sufrir por Jesús, con la esperanza de participar en sus recompensas; si nos niega los consuelos terrenales, lo hace para procurarnos más abundantes en el cielo. No nos extrañemos de las aflicciones que nos sobrevengan: no es en este mundo, sino en el otro, donde Jesucristo nos ha preparado la felicidad. ¿Qué te ha prometido Cristo? Si Él te ha prometido la felicidad de aquí abajo, tienes derecho a murmurar porque no te la dé. (San Agustín).


La mortificación
Rogad por los afligidos.
 
  ORACIÓN
 
Oh Dios, que, en la gloriosa Transfiguración de vuestro Hijo unigénito, habéis confirmado los misterios de la fe en el testimonio de vuestros profetas, y que, mediante una voz celestial surgida de una nube resplandeciente, habéis anunciado de admirable manera la perfecta adopción de vuestros hijos, concedednos la gracia de ser coherederos del Rey de la gloria, y participar un día de su reino. Por J. C. N. S.
Amén.

jueves, 5 de agosto de 2010

5 de agosto


  • Nuestra Señora de las Nieves
  • Dedicación de la Basílica Santa María la Mayor
  • Santos Addai y Mario o Man, Obispos
  • Santa Afra, Mártir
  • Santa Nona, Matrona
  • San Osvaldo de Norteumbría, Mártir 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.

DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA
SANTA MARÍA LA MAYOR


Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia,
de la envidia, ¡mira a la estrella, invoca a María!
(San Bernardo)


Santa María la Mayor, es una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Las otras tres son: San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán. La basílica de Santa María la Mayor parece ser que fue la primera iglesia que se levantó en Roma en honor de María y podemos decir, lo mismo que se afirma de San Juan de Letrán en un sentido más general, que es la iglesia madre de todas cuantas en el mundo están dedicadas a la excelsa Madre de Dios. Por esto, y por ser una de las iglesias más suntuosas de Roma, mereció el título de la Mayor. Así se la distinguía de las otras sesenta iglesias que tenía la Ciudad Eterna dedicadas a Nuestra Señora.
 
En la Edad Media se adornó el hecho de su fundación con una leyenda romana que las lecciones del Breviario de hoy nos recuerdan.

En tiempo del Papa Liberio, segunda mitad del siglo IV, existía en Roma un matrimonio sin hijos. Lo mismo Juan que su esposa pertenecían a la más alta nobleza. Eran excelentes cristianos y contaban con una gran fortuna que las numerosas limosnas a los pobres eran incapaces de agotar. Se hacían ancianos los nobles esposos y, pensando en el mejor modo de emplear su herencia, pedían insistentemente a la Madre de Dios que les iluminase.

He aquí que la Virgen les declara de forma maravillosa sus deseos. A Juan Patricio y a su esposa se les aparece en sueños, y por separado, la Señora para indicarles su voluntad de que se levante en su honor un templo en el lugar que aparezca cubierto de nieve en el monte Esquilino. Esto ocurría la noche del 4 al 5 de agosto, en los días más calurosos de la canícula romana.

Van los dos esposos a contar su visión al Papa Liberio. Este había tenido la misma revelación que ellos. El Sumo Pontífice organiza una procesión hacia el lugar que había señalado la Madre de Dios. Todos se maravillaron al ver un trozo de campo acotado por la nieve fresca y blanca. La Virgen acababa de manifestar de este modo admirable su deseo de que allí se levantase en su honor un templo. Este templo es hoy día la basílica de Santa María la Mayor.

¿Qué valor tiene esta leyenda?

Parece que no tiene ninguna garantía de veracidad. El cardenal Capalti aseguraba a De Rossi que, cuando los canónigos de esta basílica terminaban en coro las lecciones de la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves y se disponían a entrar en la sacristía para dejar sus trajes corales, había uno bastante gracioso que solía decir que en toda la leyenda únicamente encontraba verdaderas estas palabras. "en Roma, a 5 de agosto, cuando los calores son más intensos".

La leyenda no aparece hasta muy tarde. Seguramente en el siglo XI. El caso es que cuajó fácilmente en la devoción popular y un discípulo del Giotto la inmortalizó en unos lienzos que pintó para la misma basílica. En un cuadro aparece el Papa Liberio dormido, con la mitra al lado; encima, ángeles y llamas, y, delante, la Virgen que le dirige la palabra. En otro cuadro aparece Juan Patricio, a quien se le aparece también la Virgen. Otra pintura nos presenta a María haciendo descender la nieve sobre el monte Esquilino.

Nuestro Murillo inmortalizó también esta leyenda en uno de sus cuadros. En él aparece el noble y piadoso matrimonio contando la visión al Papa, y en el fondo se contempla la procesión y el campo nevado.

Otros artistas reprodujeron en sus cuadros este milagro y los poetas lo cantaron en sus versos.

La devoción a la Virgen de las Nieves arraigó fuertemente en el pueblo romano y llegó a extenderse por toda la cristiandad. En su honor se levantan hoy templos por todo el mundo, y son muchas las mujeres cristianas que llevan este bendito nombre de la Santísima Virgen.

Esta basílica ha pasado por bastantes vicisitudes a través de los tiempos. Ocupa el Esquilino, una de las siete colinas de Roma. En tiempo de la República era necrópolis y bajo el Imperio de Augusto, paseo público. Allí tenía el opulento Mecenas unos jardines. Allí estaba la torre desde la cual contempló Nerón el incendio de Roma y allí había un templo dedicado a la diosa Juno, al cual acudían las parejas de novios para implorar sus auspicios.

Aquí quiso la Reina del Cielo poner su morada. En el corazón de la urbe penetra su planta virginal y los hijos del más glorioso de los antiguos imperios abrirán sus pechos al amor de tan tierna Madre.

La primitiva iglesia no estaba consagrada a María. Se llamaba la basílica Sociniana. En su recinto lucharon los partidarios del Papa Dámaso con los secuaces del antipapa Ursino. Esto sucedió a finales del siglo IV. En este tiempo se llamó también basílica Liberiana por su fundador, el Papa Liberio.

En el siglo V es reconstruida por Sixto III (432-440). Este mismo Papa es el que consagra el templo a la Virgen. Desde este momento el nombre de María se va a hacer inseparable de este templo.

El concilio de Efeso había tenido lugar el año 431. Los padres del tercer concilio ecuménico acababan de proclamar la maternidad divina de María contra el hereje Nestorio. Era el primer gran triunfo de María en la Iglesia y una crecida ola de amor Mariano recorre toda la cristiandad de oriente a occidente. La maternidad divina de María es el más grande de los privilegios de María y la raíz de todas sus grandezas.

Roma no podía faltar en esta hora de gloria Mariana. Este templo que renueva Sixto III en honor de la Theotocos es el eco romano de la definición de los padres de Efeso. La ciudad entera se apresta a levantar y hermosear esta basílica. Los pintores ponen sus pinceles bajo la dirección del Sumo Pontífice y las damas se desprenden de sus más vistosas joyas. Ahora es cuando la antigua basílica Sociniana se adorna con pinturas y mosaicos que celebran el misterio de la maternidad divina de María. Se levanta un arco de triunfo y sobre la puerta de entrada se lee una inscripción que empieza con estas palabras:

"A ti, oh Virgen María, Sixto te dedicó este nuevo templo... "

Las pinturas son de tema Mariano y generalmente relacionadas con la maternidad divina de María. Representan a la Anunciación, la Visitación, María con el Niño, la adoración de los Magos, la huida a Egipto y otras escenas de la vida de la Virgen.

Las tres amplias naves de la basílica se enriquecieron con los dones de los fieles y los ábsides se adornaron de lámparas y mosaicos. Algunos de éstos son especialmente valiosos.
En el siglo VII una nueva advocación le nace a esta iglesia: Santa María ad praesepe, Santa María del Pesebre. La maternidad de María acaba por llevar la devoción de los fieles al portal de Belén, a Jesús. Como siempre, por María a Jesús.

Al lado de la basílica surge una gruta estrecha, obscura y recogida como la de Belén. Allí irán los papas a celebrar la misa del gallo todas las Nochebuenas, y para que la piedad se hiciese más viva se enseñaban los maderos del pesebre en el cual había nacido el Hijo de Dios y trozos de adobes y piedras que los peregrinos habían traído de Tierra Santa.

Esta gruta llega a ser uno de los lugares más venerados de la Ciudad Eterna. Los Romanos Pontífices la distinguen con sus privilegios. Gregorio III (731-741) puso allí una imagen, de oro y gemas que representaba a la Madre de Dios abrazando a su Hijo. Adriano I (762-795) cubrió el altar con láminas de oro, y León III (795-816) adornó las paredes con velos blancos y tablas de plata acendrada que pesaban ciento veintiocho libras.

Son muchas las gracias que la Santísima Virgen ha concedido a sus devotos en este santo templo. Aquí organizó San Gregorio Magno unas solemnes rogativas con motivo de una terrible peste que asolaba la ciudad.

El año 653 ocurrió en esta iglesia un hecho milagroso. Celebraba misa el Papa San Martín cuando, al querer matarle o prenderle por orden del emperador Constante, el enarca de Ravena, Olimpo, quedó repentinamente ciego e imposibilitado.

Basten estos hechos para demostrar el gran aprecio que los Sumos Pontífices han tenido para con este templo a través de la historia.

Hoy mismo sigue siendo Santa María la Mayor una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma cuya visita es necesaria para ganar el jubileo del año santo. De esta forma la Virgen de las Nieves sigue recibiendo el tributo de amor de innumerables peregrinos de todo el orbe católico.

Actualmente es una de las iglesias más ricas y bellas de la ciudad de Roma. Conserva muy bien su carácter de basílica antigua. Tiene por base la forma rectangular, dividida por columnas que forman tres naves, techo artesonado, atrio y ábside.

El interior de la basílica es solemne y armonioso. Las tres naves aparecen divididas por columnas jónicas. Contiene notables monumentos y tumbas de los papas.

Tiene dos fachadas: la que mira al Esquilino, que es la posterior, y la que mira a la plaza que lleva el nombre de Santa María la Mayor. Esta, que es la principal, data del siglo VIII, y la posterior del XVII. El campanario, románico, es el más alto de Roma. Fue construido el año 1377.

Sobre el altar mayor hay una imagen de María del siglo XIII, atribuida a Lucas el Santo, y en la nave se halla el monumento a la Reina de la Paz, erigido por Benedicto XV al terminar la primera guerra mundial. Su cielo raso está dorado con el primer oro que Colón trajo de América. En la plaza de Santa María la Mayor se yergue una columna estriada de más de catorce metros de altura. En la plaza del Esquilino se alza un obelisco procedente del mausoleo de Augusto.

Santa María de las Nieves. He aquí una de las advocaciones más bellas de la Santísima Virgen. Ella, que es la Madre de Dios, Inmaculada, Asunta al cielo, Virgen de la Salud y del Rocío, es también Nuestra Señora de las Nieves.

La nieve es blancura y frescor. Pureza y alma recién estrenada, intacta. Espíritu sin gravedad. ¡Cuán hermosamente tenemos representada aquí la pureza sin mancha de María!
Nieve recién caída en el estío romano. La pureza al lado del calor sofocante de la pasión. Sólo Ella, como aquel trozo milagrosamente marcado por la nieve en la leyenda de Juan Patricio, es preservada del calor fuerte del agosto que es el pecado. Sólo Ella es sin pecado entre todos los hombres. Ella es blancura y candor. Ella refresca nuestros agostos llenos del fuego del pecado y la concupiscencia.

Ni el copo de nieve, ni el ala de cisne, ni la sonrisa de la inocencia, ni la espuma de la ola es más limpia y hermosa que María.

Verdaderamente es ésta una fiesta de leyenda y poesía, María es algo de leyenda y poesía. Es la obra de Dios. 

MARCOS MARTÍNEZ DE VADILLO

miércoles, 4 de agosto de 2010

4 de agosto


  • Santo Domingo de Guzmán, Confesor
  • Santas Ia y Compañeras, Mártires
  • San Molua o Lugaido, Abad  
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
Confesor


 n. 1170 en Caleruega, Burgos;
† 4 de agosto de 1221 en Bolonia

Patrono de la astronomía y los astrónomos; científicos; personas 
falsamente acusadas; República Dominicana.
 
Brille vuestra luz ante los hombres, a fin de que
vean vuestras buenas obras y glorifiquen
a vuestro Padre que está en los cielos.
(Mateo, 5, 16)


Santo Domingo, fundador de la Orden de los Hermanos Predicadores, es representado con un lirio en la mano, símbolo de la virginidad que conservó durante toda su vida. El can que su madre vio en sueños llevando una antorcha encendida, representa la guerra que hizo a los herejes, y la luz que difundió en el corazón de los pecadores por la pureza de su doctrina y la santidad de su vida. Acaeció su muerte en 1221.
 
MEDITACIÓNSOBRE LA VIDA DE SANTO DOMINGO
 
I. Se ve brillar una estrella sobre la frente de Santo Domingo inmediatamente después de su bautismo. Era el presagio del fulgor admirable que debía proyectar sobre la Iglesia de Dios. En efecto, desde tierna edad, edificó a cuantos lo rodeaban por su piedad, su austeridad y la práctica de las virtudes cristianas en general. ¿Has consagrado tú como Santo Domingo las primicias de tu vida a Dios? ¡Desgraciado el tiempo en el que no te amé, oh Dios mío! (San Agustín).

III. Este astro, tan radiante al levantarse, brilló con esplendor más deslumbrador aun a su mediodía. Santo Domingo alumbró y abrasó toda la tierra con el fuego del amor divino, con sus predicaciones y las de los religiosos de su Orden. Si tu profesión no te obliga a trabajar por la salvación de las almas mediante la predicación del Evangelio, debes por lo menos trabajar seriamente por tu propia salvación, y edificar al prójimo con tus buenos ejemplos.

III. Los astros no por ocultarse a nuestra vista pierden sus rayos: su fulgor no es menor a su ocaso que a su mediodía. Santo Domingo trabajó hasta su muerte por la gloria de Dios y la salvación de las almas, sin desalentarse por los obstáculos y sin perder nunca su primer fervor. Trabaja tú, mortifícate, haz penitencia hasta el último suspiro; y si alguien te invita a disiparte y a abandonar las austeridades de la penitencia, respóndele: Eso está bien para los bienaventurados; pero, para mí, que he ofendido a Dios, me hace correr el riesgo de perecer para toda la eternidad. (Paciano). 

El celo por la salvación de las almas
Orad por las órdenes religiosas.


ORACIÓN

Oh Dios, que os dignasteis esclarecer la Iglesia por los méritos y la doctrina de vuestro confesor Santo Domingo, haced, por su intercesión, que nunca se vea privada de los socorros temporales, y que siempre logre nuevos progresos en las obras espirituales. Por J. C. N. S. Amén.

martes, 3 de agosto de 2010

3 de julio


  • Invención o Hallazgo del Cuerpo de S. Esteban, Protomártir
  • Beato Pedro Julián Eymard, Confesor
  • Beato Agustín, Obispo de Lucera 
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


INVENCIÓN O HALLAZGO
DEL CUERPO DE SAN ESTEBAN
Protomártir


A quien me sirviere, mi Padre lo honrará.(Juan, 12,26).

 
Bajo el imperio de Honorio, se encontró cerca de Jerusalén el cuerpo de San Esteban, de Gamaliel y de Nicodemo. Un sacerdote llamado Luciano, había sido instruido por una visión acerca del lugar en que yacían, y había recibido la orden de pedir al arzobispo de Jerusalén, llamado Juan, de colocar los en más honroso lugar. Se trasladó el patriarca, con su clero, al lugar indicado, y encontró los cuerpos de los santos. Exhalaban un delicioso perfume y varios enfermos fueron sanados a su contacto.
 
MEDITACIÓN
SOBRE LA HONRA CON QUE DIOS COLMA A LOS SANTOS
 
I. Dios honra a los santos en la tierra, les da poder casi absoluto sobre la naturaleza, les da a conocer lo secreto de los corazones, les alza el velo de lo porvenir y les granjea el respeto de los pueblos. Mientras la gente se aleja horrorizada de los cadáveres comunes, tiene gran veneración por las cenizas y las reliquias de los santos. Si realmente amas tú la gloria verdadera, si quieres dejar aquí abajo memoria verdaderamente inmortal, trabaja por hacerte santo. ¡Tus amigos son muy honrados, oh Dios mío! (El Salmista).

II. En el cielo, los santos son aun incomparablemente más honrados. Son todos más gloriosos que los reyes en su trono: son los favoritos de Dios, los príncipes de su corte, y no temen ya perder la dicha de que gozan. Si tan grandes peligros se corren para ganar el favor de los príncipes de la tierra, ¡qué no deberemos hacer para hacernos amigos de Dios! ¿Qué haces para esto? ¿Buscas, acaso, la ocasión de agradar a Dios en todo?

III. ¿Quieres participar de los honores que se tributan a los santos en el cielo y en la tierra? Imita los; ama, como ellos, la humildad: oculta tus virtudes, y Dios las manifestará; desprecia las riquezas y los honores del mundo, y Dios te coronará de luz y te colmará de riquezas en el cielo. ¡Quieres llegar adonde llegaron los santos, y tomas un camino diametralmente opuesto al que ellos siguieron! Aspiras sólo a los bienes de la tierra, ¿cómo puedes esperar que alguna vez Dios te conceda los bienes del cielo?

El deseo de la santidad
Orad por la conversión de los pecadores.
 
  ORACIÓN
 
Señor, concedednos la gracia de imitar a los que honramos, y enseñadnos a amar a nuestros enemigos, ya que celebramos el Hallazgo de aquél que imploró, para sus perseguidores, la misericordia de J. C. N. S. Amén.

lunes, 2 de agosto de 2010

PARA PENSAR....

¿Habrá que volver a la educación en el seno de la familia?


¿Habrá que volver a la educación en el seno de la familia?


Valencia (España), 30 Jul. 10 (AICA).- ¿Qué tienen en común Frank Lloyd Wright, Wolfgang Amadeus Mozart, Abraham Lincoln, Louis Armstrong, Elijah Wood, Alexander Graham Bell o Jane Austin?. Que ninguno de ellos fue a la escuela. De la misma manera como hoy lo hacen unos dos millones de niños en los Estados Unidos, y en España casi 5.000, que son educados en familia, en casa. Una modalidad de escolarización que cada día tiene más demanda pero que también encuentra críticos entre quienes piensan que la educación compete a los poderes y administraciones públicas.

¿Cuál es el futuro de la Educación en Familia?. ¿Cómo se reconocerán estos estudios en España?. Estas y otras cuestiones serán debatidas en Valencia los próximos días viernes 22 y sábado 23 de octubre en el I Congreso Nacional de Educación en Familia que se desarrollará en la Universidad Cardenal Herrera-CEU en la capital del Turia, organizado por esa universidad y la Fundación Interamericana Ciencia y Vida, en colaboración con el Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares.

Este Congreso nace con cuatro objetivos fundamentales:

1. Reflexionar desde los diferentes enfoques académicos en las ciencias sociales y jurídicas acerca de los modos y la viabilidad del reconocimiento oficial de la educación en familia o homeschooling;

2. Reunir a expertos teóricos y prácticos de la educación en casa junto con políticos y técnicos de la administración educativa;

3. Proponer plataformas o centros de apoyo y expandir sinergias para la expansión de la educación en casa; y

4. Difundir la educación en casa a través de los medios de comunicación.

2 de agosto


  • Nuestra Señora de Copacabana, Patrona de Bolivia
  • Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Costa Rica
  • San Alfonso Mª de Ligorio, Obispo, Confesor y Doctor
  • San Pedro de Osma, Obispo
  • San Esteban I, Papa
  • Santa Teódota, Mártir
  •  Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


SAN ALFONSO Mª DE LIGORIO
Obispo, Confesor y Doctor  de la Iglesia

n. 27 de septiembre de 1696 en Nápoles, Italia;† 1 de agosto de 1787 en Nocera, ItaliaPatrono de los confesores; teólogos de moral; personas escrupulosas.Protector contra los escrúpulos y la artritis.Se lo invoca para que asista en la perseverancia final y en las vocaciones.
El celo por tu casa me devora.(Juan, 2, 17)


San Alfonso María de Ligorio, nacido en Nápoles en 1696, dejó el foro por el sacerdocio. Obró un gran número de conversiones y fundó la Congregación del Redentor. Toda su vida estuvo consagrada a ganar almas para Jesucristo, a inspirar a los fieles una tierna devoción a la Pasión del Salvador, a la Santa Eucaristía y a la Virgen Madre de Dios. Empleó los momentos que le dejaba la predicación de la palabra de Dios en la composición de gran número de obras de teología y piedad, que lo hicieron elevar al rango de los Doctores de la Iglesia, por disposición de Pío IX. Murió en 1787. 

MEDITACIÓN SOBRE LAS CUALIDADES DEL VERDADERO CELO
 
I. Todos debemos estar animados de un ardiente celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Quien ama a Dios no puede ver con indiferencia que se ataque su honor. Si ve a su prójimo internado por mal camino, hace todo por volverlo al bien; y, si no lo logra, gime y reza por él. ¿Así haces tú? Si no tienes celo, deduce que careces de amor. El celo es la señal de que Dios ha descendido a un alma. (San Bernardo).

II. No basta que nuestro celo sea ardiente; es menester, para que dé fruto, que sea tierno y compasivo. Los pecadores, decía San Alfonso, son ovejas descarriadas que Jesucristo iba buscando por entre las zarzas del camino y que volvía a traer al redil llevándolas sobre sus hombros para ahorrarles las fatigas del retorno. Es el modelo que se propuso en toda su conducta; de ese modo, ¡a cuántas ovejas descarriadas recondujo al ovil del divino Pastor! Mira si en las advertencias que haces a tus hermanos y en todas las buenas obras que realizas, no entra tu amor propio en gran medida en vez del a amor de Dios y del prójimo. Que sea la caridad la que inflame tu celo.

III. En fin, nuestro celo debe ser constante. San Alfonso, al fundar su Congregación del Redentor, hizo voto de no perder nunca el tiempo. Quería que Dios no hallase en su vida ni una sola hora que no estuviese consagrada a su gloria y a la salvación de las almas. ¿Qué intereses persigues tú? ¿Son los tuyos o los de Jesucristo? ¿Cuánto tiempo dedicas a ellos? No te olvides de la suerte reservada para el servidor que enterró su talento. Fue acusado, no de haberlo perdido, sino de haberlo dejado improductivo. No te canses de ganar almas para Jesucristo, pues tú mismo fuiste ganado por Jesucristo. (San Agustín).

El celo
Orad por el éxito de las misiones


ORACIÓN 
 
Oh Dios, que habéis inflamado de celo apostólico al bienaventurado Alfonso María, vuestro confesor pontífice, y os servisteis de su ministerio para dar una nueva familia a la Iglesia, haced, os lo suplicamos, que instruidos por sus saludables consejos y fortificados con sus ejemplos, podamos llegar a Vos dichosamente. Por J. C. N. S. Amén