- Santa Dorotea, Mártir
- San Tito, Obispo
- San Vaast o Vedast, Obispo y Confesor
- San Amando, Obispo y Confesor
- San Guarino, Cardenal Obispo de Palestrina
- Santa Hildegunda, Viuda
- Beato Raimundo de Fitero, Abad
- Beato Ángelo de Furcio
6 de febrero
SANTA DOROTEA, Mártir
¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo?
¿Acaso la tribulación, o la angustia, o el hambre, o la desnudez,
o el peligro, o la persecución, o el cuchillo? (Rom. 8,35).
MEDITACIÓN
SOBRE LA CASTIDAD
REPRESENTADA POR LA ROSA
I. Considera las rosas que trae el ángel a Doro tea; descubrirás en ellas tres cualidades que debe poseer una virgen para conservar la pureza. El color de la rosa es el pudor, y el pudor es el compañero de la virtud. ¿Quieres ser casto? Ten pudor; él guarda las murallas de tu corazón. Huye de los lugares donde se ven o se oyen cosas capaces de herir la pureza y de avergonzar a la virtud.
II. Tiene la rosa sus espinas, que punzan a to dos los que se le aproximan, nobles o ricos, rústicos o pobres. ¡Qué gran lección para una virgen! Siempre debe conservar una circunspección y una severidad que aparten de ella a las personas de vida desordenada; nunca debe complacerse en palabras, ni en actos, por mínimamente deshonestos que sean. Además, las espinas son emblema de la mortificación, y la mortificación es la salvaguardia de la pureza del cuerpo y del alma. Sin ella, imposible conservarse puro.
III. La rosa se eleva hacia el cielo, como para decir que só1o tiene belleza y amor para Dios, y que de Él espera el rocío y la luz necesarios para su conservación. Almas castas, pedid a Dios la pureza, no os fiéis de vosotras mismas; si Dios no os la concede, inútiles son vuestros cuidados y austeridades. Aprended de esta flor, vírgenes consagradas a Dios, que no debéis tener belleza sino para agradar a Dios, ni amor sino para Él. Que las vírgenes no busquen otra cosa que agradar a Dios, porque de Él solo esperan la recompensa de su virginidad. (San Cipriano)
La confianza en Dios
Orad por vuestros amigos.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Dorotea, virgen y mártir, implore por nosotros, oh Señor, vuestra misericordia, ella que siempre os fue agradable por la hermosura de su castidad y por su valentía en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.
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