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jueves, 22 de septiembre de 2011

LA PERFIDIA JUDAICA EN LA HISTORIA CRISTIANA II


 SE EXPANDEN DOS FUERZAS POR EL MUNDO
(SEGUNDA PARTE)



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Varios historiadores calculan que emigraron 160,000 hebreos y otros afirman que fueron 40,000. La mayor parte de los emigrados se radicó en Inglaterra y en Francia, donde muchos de ellos dieron luego impulso al protestantismo para debilitar al catolicismo, e incluso llegaron a ostentarse públicamente como protestantes, aunque en la intimidad seguían siendo israelitas.

Martín Lutero
Este fenómeno religioso-político del protestantismo se inició a principios del siglo XVI y tuvo considerable influencia en Europa. Resulta que el rabino Salomón-Raschi adoctrinó al monje franciscano Nicolás de Lyra (descendiente de judíos) y a través de éste influyó en el sacerdote católico Martín Lutero, primero, y luego en Juan Cauvín (Calvino) para realizar el cisma protestante. Lutero negó muchos de los preceptos católicos, se casó en 1525 y se lanzó a la lucha abierta contra su antigua Iglesia, a la cual acusó de inmoral. Su regla de fe era el libre examen de la Biblia, según lo cual cada lector es libre de interpretarla a su modo. Así se rompía la unidad del credo y de los fieles como se rompería la unidad nacional si cada ciudadano pudiera interpretar las leyes a su arbitrio.

El historiador judío Abrahams afirma en “Vida de los Judíos en Inglaterra” que Lutero “empleó a varios judíos para preparar su Biblia”. Berbier agrega que el sello personal usado por Lutero tenía los emblemas de los rosacruces, quienes eran judíos encubiertos que luego se constituyeron en rama masónica y agruparon a gente no judía. (“Las Infiltraciones Masónicas en la Iglesia”).

Otros hebreos como Elías Levita, fundador de la gramática hebrea moderna, y Jacobo Loans y Obadiah Sformo, tuvieron también activa participación de los orígenes de la Reforma protestante. “La Reforma se nutrió en la sangre viva de un hebraísmo racional”, dice Abrahams en “Vida de los Judíos en Inglaterra” y lo confirma Rabí Newman en “Influencia Judía en los Movimientos de la Reforma Cristiana”.
Por eso el judío Bernard Lazare decía que “el espíritu judío triunfó con el protestantismo”, bajo el cual se infiltró profusamente en Inglaterra y Alemania.

Calvino
Juan Cauvín, conocido luego como Calvino, fue más radical que Lutero y concibió la doctrina de la predestinación, muy en consonancia con las creencias judaicas, de que unos nacen siendo hijos de Dios y por lo tanto destinados a la salvación, y otros nacen predestinados a su perdición y de nada puede valerles hacer buenas obras. Calvino impuso sangrientamente un régimen tiránico en Ginebra, que duró 30 años. En 1558 y 1559 hizo ejecutar a 400 personas y desde entonces esa ciudad se convirtió en “sagrada” para la lucha contra los países católicos y el catolicismo. (1)

El verdadero apellido de Calvino era Cauvín y su origen es oscuro. Entre los principales predicadores de su doctrina figuraron Farel y Rousel, ambos judíos. El historiador Wernes Sombart relata cómo
varias sectas protestantes, entre ellas el puritanismo, eran judaicas. Numerosas familias judías que se habían instalado en Inglaterra desde la Edad Media (y que en 1376 ya habían organizado una célula masónica en el Tribunal del Consejo de los Comunes), acogieron y difundieron el protestantismo –para debilitar el catolicismo- y entre ellas se distinguió la familia del judío español Georges Añes (también llamado Gonzalo Añes y Dunstan Añes) considerada como una de las familias protestantes a las cuales se debe gran parte de la prosperidad en Inglaterra.
Enrique VIII
En Inglaterra el rey Enrique VIII quería casarse nuevamente y por ello entró en dificultades con la Iglesia; aconsejado por Tomás Cromwell acogió el protestantismo y se declaró jefe de su propia Iglesia (1532); así pudo casarse libremente seis veces y matar a dos de sus esposas, no sin emprender una sangrienta lucha contra el catolicismo, ayudado por el propio Tomás Cromwell, el cual se encargó de destruir los monasterios (1535) y de acosar a los sacerdotes fieles a Roma. (Posteriormente la reina Isabel, asesina de María Estuardo, permitió una nueva persecución y grandes matanzas para afianzar el protestantismo como religión de Estado, bajo el nombre de religión anglicana, en 1571).

Durante el siglo XVI las luchas de Reforma se extendieron a toda Europa y los judíos soplaban en el fuego de la controversia teológica para que se convirtiera en lucha política. Desde el primer momento del cisma luterano, el cardenal Jerónimo Aleander, nuncio del Papa en Alemania, había comunicado a Roma que los judíos imprimían y hacían circular la propaganda protestante. Desde Flandes la enviaban a España en toneles de doble fondo, y en Ferrar –centro financiero judío- se imprimían biblias luteranas para distribuirlas en Italia. Los médicos y negociantes judíos establecidos en todos los países europeos alentaban la difusión del protestantismo; se valían de todos los instrumentos, hasta el de la astrología, con el cual Miguel de Nostradamus ejercía influencia en la Corte francesa, fingiéndose católico. En Amberes el doctor Rodrigo López (judío-español) era el enlace de numerosos propagandistas y para actuar mejor se ostentaba como católico en el Continente y como protestante en Inglaterra.

En esa tarea de difusión cooperaban estrechamente con los judíos todas las logias masónicas. El padre A. Hillaire explica esa estrecha alianza de la siguiente manera:

“La masonería, en su forma presente, se remonta a la orden de los Templarios. Después que el Papa Clemente V (1305-1314) y el rey de Francia Felipe el Hermoso abolieron la Orden de los Templarios, muchos de éstos buscaron refugio en Escocia y allí se constituyeron en sociedades secretas, jurando un odio implacable al Papado, a la realza y a la fuerza armada. Tal sería el significado de los tres puntos con que firman.
“Después del Gólgota y de la ruina de Jerusalén, el propósito del judío es la destrucción de la civilización cristiana. Pero el judío solo no podría alcanzar su fin, si no hallara aliados en los pueblos cristianos.
“Los aliados de los judíos son los francmasones.
“El programa judío y el programa de la francmasonería son idénticos: es, sobre todo, la destrucción del cristianismo.
“Judíos y francmasones votan siempre unidos como un solo hombre, las leyes y determinaciones contra los cristianos” (2)

Y en medio de las convulsiones que la lucha de Reformas producía en toda Europa, España detenía la acción anticatólica y se afirmaba en su fe y en su potencia militar y económica.
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(1) Desde aquella época Ginebra quedó considerada como ciudad simbólica; ahí se refugió Lenin, ahí se estableció la Liga de las Naciones, ahí se han celebrado numerosas conferencias tendientes a debilitar al cristianismo y ahí se fragua una maniobra de desarme para dar preponderancia militar al marxismo.
(2) La Religión Demostrada. –Padre A. Hillaire. Versión castellana de Mons. Agustín Piaggio. Págs. 437 y 438.

Fuente: Salvador Borrego E. "América Peligra. 600 Años de Azarosa Historia de 1419 a 2010". 24a. Edición

Próximo jueves: “Las sombras de la Inquisición

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